Consecuencias de una educación sexual basada en la moral católica y la represión

  • Carolina Abarca Huerta Universidad La Salle

Resumen

México fue uno de los países pioneros en implementar la educación sexual en sus planes de estudio, sin embargo, los padres de familia han mostrado resistencias a que se hable de manera abierta de este tema con sus hijos, debido a la moral católica arraigada a la cultura. En esta investigación se estudió cómo favorece o afecta a la salud sexual de los jóvenes que sus padres hablen de manera abierta de sexualidad con ellos o, por el contrario, que la sexualidad sea un tema prohibido en casa.

Por ello, se realizaron entrevistas a 5 jóvenes dentro del rango de edad de 25 a 27 años; 3 hombres y 2 mujeres, de los cuales 3 habían recibido una educación sexual basada en la moral cristiana y 2 habían podido hablar con sus padres de sexualidad de manera abierta.

Se pudo reconocer que las personas que platican de sexualidad de manera abierta con sus padres son más cuidadosas con su higiene personal y salud física. Igualmente son más conscientes de los riesgos que implica el tener relaciones sexuales, por lo que prefieren tener una sola pareja sexual.  A la par, se reveló que iniciaron su vida sexual aproximadamente a los 17 años. Por el contrario, las personas que recibieron una educación sexual limitada y restrictiva iniciaron su vida sexual a una edad más temprana de 14 o 16 años.

En este sentido, se propone la planeación de una educación sexual para los jóvenes que comience en los últimos años de la primaria con información objetiva y sin prohibiciones. Y de esta manera avanzar en dos objetivos de desarrollo sostenible, pues al impulsar una educación sexual integral mejora la salud y el bienestar de las personas, lo cual involucra tanto su salud física como mental; asimismo, impulsa la igualdad de género, pues capacitará a las personas respecto a la importancia del consentimiento y la comunicación que se debe de tener como pareja en una relación sexual.

México fue uno de los países pioneros en implementar la educación sexual en sus planes de estudio, sin embargo, los padres de familia han mostrado resistencias a que se hable de manera abierta de este tema con sus hijos, debido a la moral católica arraigada a la cultura. En esta investigación se estudió cómo favorece o afecta a la salud sexual de los jóvenes que sus padres hablen de manera abierta de sexualidad con ellos o, por el contrario, que la sexualidad sea un tema prohibido en casa.

Por ello, se realizaron entrevistas a 5 jóvenes dentro del rango de edad de 25 a 27 años; 3 hombres y 2 mujeres, de los cuales 3 habían recibido una educación sexual basada en la moral cristiana y 2 habían podido hablar con sus padres de sexualidad de manera abierta.

Se pudo reconocer que las personas que platican de sexualidad de manera abierta con sus padres son más cuidadosas con su higiene personal y salud física. Igualmente son más conscientes de los riesgos que implica el tener relaciones sexuales, por lo que prefieren tener una sola pareja sexual.  A la par, se reveló que iniciaron su vida sexual aproximadamente a los 17 años. Por el contrario, las personas que recibieron una educación sexual limitada y restrictiva iniciaron su vida sexual a una edad más temprana de 14 o 16 años.

En este sentido, se propone la planeación de una educación sexual para los jóvenes que comience en los últimos años de la primaria con información objetiva y sin prohibiciones. Y de esta manera avanzar en dos objetivos de desarrollo sostenible, pues al impulsar una educación sexual integral mejora la salud y el bienestar de las personas, lo cual involucra tanto su salud física como mental; asimismo, impulsa la igualdad de género, pues capacitará a las personas respecto a la importancia del consentimiento y la comunicación que se debe de tener como pareja en una relación sexual.

Publicado
2024-04-06
Sección
Desarrollo Humano y Social