Anaximandro: ápeiron, primer metafísico.

  • Jesús Enrique Márquez Núñez

Resumen

Resumen— En el siguiente ensayo, mostramos, o demostramos, basándonos en los fragmentos conservados, en su mayoría, por Teofrasto, que el término o concepto de arché fue utilizado por vez primera por Anaximandro de Mileto, y no, como nos parece sugerir Aristóteles, por Tales de Mileto al proponer el agua como origen o “principio” de todo lo que es, pues, como vemos, Tales de Mileto cuando define o postula al agua como “principio” no lo hace en el sentido de arché, es decir, el ve y habla del agua únicamente como eso de común que tiene todo aquello que existe y sin lo cual no podría existir, observa en el agua el elemento básico de la vida, mas nunca ve, ni dice de ella que es de donde nació el universo; mostramos también que es Anaximandro el primer pensador metafísico, esto al postular el ápeiron como ese arché del universo, pues, a diferencia de los pensadores anteriores a él, Anaximandro encuentra este principio en algo fuera de la naturaleza, en algo diferente a los elementos y los sentidos, pues vimos que Tales no vio en el agua a ese ser supremo o divino ajeno al universo y creador de él, no vio en el agua a un dios; por su parte, Anaximandro sí define al ápeiron como una especie de Dios infinito y de donde procede la mezcla original que con el devenir origina y mantiene al universo existiendo. Así, pues, demostramos que la idea de arché es original de Anaximandro, él es el primero en utilizarla para referirse a un nacimiento, a la procedencia del universo, y es, así mismo, él el primer metafísico (antes que Jenófanes y Parménides), al proponer esta procedencia en un “Dios” infinito y ajeno o apartado del universo, es decir, que no forma parte de él, y lo llama ápeiron, que es lo indefinido, infinito, ilimitado, indeterminado, que creó al universo (y permanece fuera de él), dotándolo del devenir, este constante cambio que, por medio de la finitud y cambio constante de sus individuos, lo vuelve infinito. Finalmente demostramos lo mal que, por culpa de la dogmatización de la obra de Aristóteles, ha sido tratado el pensamiento presocrático.

Publicado
2016-05-30
Sección
Educación, Artes y Humanidades