Migración, salud y masculinidad. Don Leovigildo y su familia: tres generaciones entrelazadas por la salud y migración en Guanajuato. Estudio de caso 1

Verónica Montes de Oca Zavala Investigadora SIN, Nivel II

E-mail: monteso@unam.mx

Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM Margarita Díaz Ábrego

Profesora de Tiempo Completo, Cuerpo Académico Cultura y Arte

Campus León, Universidad de Guanajuato Mirna Hebrero Martínez

Estudiante del Doctorado en Estudios de Población

E-mail: mhebrero@colmex.mx El Colegio de México

Recibido: Enero 12, 2012, Aceptado: Junio 12, 2012

Resumen

El presente artículo2 [1] primero presenta una reflexión teórica sobre la relación entre la masculinidad y la migración en contextos de pobreza a través de un estudio de caso que muestra la trayectoria familiar en el tema migratorio y su relación con la masculinidad vista a lo largo de tres generaciones. Desde esta óptica se muestra explícitamente la necesidad de analizar a los varones desde la construcción social de su masculinidad como un proceso social, que atraviesa la estructura, cultura y subjetividad de los hombres en un contexto de migración y en diversas trayectorias generacionales.

Palabras clave: Masculinidad, Generación, Migración, Salud.

Migration, Health and Masculinity. Don Leodigildo and his family:

three generations intertwined by health and migration in Guanajuato. Case of study.

 

Abstract

The article which it is proposed, considers some of the results of the investigation: juvenile identity in different neighborhoods of Havana City. In these pages the reader will be able to come closer to some premises assumed by the author to develop the triad: identity, young people and neighborhoods, as well as, some of the results obtained starting from the information given by youths of the five selected neighborhoods of the cuban capital: Náutico, Jesus María, Pogolotti, Guaicanamar and La Víbora, they correspond to the municipalities: Playa, Habana Vieja, Marianao, Regla y Diez de Octubre respectly Keywords: masculinity, generation, migration, health.

Introducción

Guanajuato es uno de los estados de mayor expulsión de población en el país y ocupó el segundo lugar en intensidad migratoria hacia Estados Unidos en el año 2010. [1] Algunos municipios y localidades del estado tienen una mayor intensidad migratoria como son los municipios de Ocampo, Santiago Maravatío y Acámbaro principalmente, entre otros de menor intensidad migratoria como Salvatierra. En dichos municipios hay una tradición migratoria desde hace décadas, por lo que ya se tienen conformadas redes sociales que permiten que los flujos migratorios continúen y sea un comportamiento que viven generación tras generación de guanajuatenses.

La comunidad de “Las Cruces”, pertenece al municipio de Salvatierra, el acceso es vía brechas de terracería que comunican a “Las Cruces” con la cabecera municipal y con carreteras que acercan a Salvatierra más con Michoacán que con la capital del Estado. La principal actividad económica en el municipio y la comunidad es la agricultura, y las necesidades insatisfechas obligan a muchas personas a buscar suerte fuera de Guanajuato. En “Las Cruces”, la vida de sus 757 habitantes transcurre entre las historias familiares de migración, donde más de uno de sus miembros ha probado suerte en los Estados Unidos. Este comportamiento se da en un contexto de pobreza y vulnerabilidad en el cual la migración es la estrategia para poder sortear la sobrevivencia cotidiana que viven generaciones de guanajuatenses. Sin embargo, las circunstancias que viven estas poblaciones a veces tienen que ver con la superación económica y otras veces con la superación de problemas específicos como es la enfermedad de alguno de los miembros de la familia. Este es el caso del padre de Don Leovigildo y su hijo a quienes el deterioro de la salud de un miembro de la familia motivó su incursión como migrante hacia los Estados Unidos. A través de la historia personal de Don Leovigildo es que podemos rescatar una estrategia que atraviesan tres generaciones de varones de una misma familia en la localidad Las Cruces, municipio de Salvatierra, Guanajuato.

El presente artículo primero presenta una reflexión teórica sobre la relación entre la masculinidad y la migración en contextos de pobreza. Posteriormente se señala la metodología de la investigación en la cual se inserta este estudio de caso, así como las dimensiones de análisis que se rescatan como relevantes. Un tercer apartado recupera la biografía y la trayectoria familiar y de migración de este caso. Por último se presenta la exposición de resultados de la interpretación de la entrevista realizada a partir de las dimensiones analíticas que se rescatan.

Referentes teóricos sobre masculinidades y migración

En la última década los estudios sobre masculinidad y masculinidades, salud reproductiva y migración se han entrelazado de una manera virtuosa. Inicialmente, la perspectiva de género había aludido explícitamente a la necesidad de analizar a los varones desde la construcción social de su masculinidad como un proceso social, que atraviesa la estructura, cultura y subjetividad de los hombres. A partir de la discusión teórica se ha mencionado la importancia de hablar de masculinidades, otorgando claridad a las diferentes connotaciones de la masculinidad dominante y a las otras que se resisten a la imposición social. Muchos estudios fueron abordando temáticas relacionadas con el ejercicio del poder, el papel de la ciudadanía y aspectos relacionados con la identidad, la subjetividad, la sexualidad y salud reproductiva, así como sobre la paternidad, la violencia, el cuerpo y la migración. [3-6] Pero también se han hecho aportaciones que cuestionan la estigmatización feminista de ver únicamente a los varones inmersos en una sola forma de masculinidad. Núñez [7] propone no generalizar los conocimientos producidos a todos los hombres, y hacer a estos sujetos de análisis. Este autor rescata el enfoque constructivista que retoma los puntos de vista de los sujetos estudiados, los cuales son experiencias sociales variables, no homogéneas ni coherentes. Él distingue entre los discursos dominantes de género que legitiman la dominación masculina y los varones concretos, como sujetos sociales con trayectorias que viven en sociedades desiguales. [8]

Sobre la relación masculinidad y migración, es curioso que a raíz del estudio de la masculinidad un tema relacionado inexorablemente sea la migración, lo cual es explicable para un país como México, con una de las fronteras más grandes que se comparten con el país más poderoso del mundo. La migración en los varones es un fenómeno que no puede dejar de atravesar las discusiones sobre la masculinidad y la reproducción en el sentido que propone Núñez, [9] trascendiendo el papel de la fecundidad y paternidad para consolidarse en un sentido de protección de los miembros de la familia.

Aunque la reproducción social ha sido una temática muy abordada en los estudios sociodemográficos. [10-11] y en especial los que se vinculan a la salud reproductiva [4,6,12] es claro que la interrelación de estas tres dimensiones de análisis puede fructificar en aspectos novedosos que no se habían estudiado a profundidad. Igualmente las aportaciones más significativas para la investigación derivan de los planteamientos teóricos sobre lo que significa ser hombre y de qué masculinidad o masculinidades se está hablando, bajo qué paradigma teórico y sobre todo cuáles son las debilidades de dichos planteamientos. [5,9]

Núñez [9] menciona que resulta relevante el papel de los varones y su sentido de hombría, la cual explica el rol de proveedor no sólo de alimentos, sino de vivienda y protección. El sentido de obligación hacia estos deberes de hombre es lo que determina sus decisiones y en este sentido el de migrar para obtener los recursos necesarios que permitan cumplir con ese papel socialmente establecido. [9] Rosas [13] en un estudio con varones que deshicieron sus planes de migración alude a la necesidad de analizar a los varones no sólo desde una perspectiva de masculinidad, que vincula la dominación y el disfrute, sino también desde otras masculinidades que visualicen a los varones como sujetos que sufren, sienten dolor y miedo, en este caso, a experimentar migración y alejamiento de su familia. En estos casos analizados la autora concluye que la migración es la manifestación de dos crisis en Veracruz, la crisis agraria y la crisis de la masculinidad. Además, señala que la relación migración-masculinidad propone tres mandatos: la del papel de proveedor, el control sobre la mujer y la valentía. Aspectos que hay que señalar suceden en un fenómeno migratorio más reciente como el que experimenta Veracruz en hombres muy jóvenes, situación que nos hace entender también lo que observa como transición la migración de Don Leovigildo, con respecto de su propio hijo.

En el campo rural mexicano una decisión que trasciende de generación en generación es la de migrar. Así, la migración masculina tan estudiada en México, no sólo conlleva una serie de tendencias y continuidades, sino que cualitativamente hablando también esboza una configuración de condicionantes sociales externos que se entrelazan con construcciones sociales derivadas de su condición de hombre. Ser hombre en estos contextos rurales en municipios de alta migración, donde la vulnerabilidad y el endeudamiento forman parte de la vida cotidiana equivale a tomar la decisión de migrar. Equivale a enfrentarse con su propia autoconcepción de hombre, de hombría y del papel de proveedor. Este último mandato que subyace en las tres generaciones que observamos a partir de Don Leovigildo. Esto se vuelve un comportamiento repetitivo cuando la salud de alguno de los miembros se quebranta y la inseguridad sanitaria prevalece. Las condiciones de la población que vive en estos espacios cambian muy poco en el tiempo histórico y los padres reproducen en sus hijos los mismos patrones reproductivos y la adaptación al rol de mantener a la familia y proveer los recursos necesarios. Sin duda la carga de la desprotección social recae en los varones, mientras que en las mujeres esta carga se centra en la reproducción biológica, la maternidad y el mantener los cuidados a los demás miembros del grupo doméstico en ausencia del varón.

El caso que aquí se presenta de Don Leovigildo, muestra con claridad cómo se articulan el papel de ser hombre en estas comunidades con amplia gama de desventajas estructurales y una sola alternativa hacia la migración. Los progresivos endeudamientos de la familia para atender la enfermedad de la esposa/madre originan una serie de estrategias familiares en las que la migración circular es fundamental así como el envío de remesas. Además, este caso permite analizar cómo el concepto de reproducción trasciende los ámbitos de la fecundidad y paternidad e incluye su papel en la división del trabajo, su vínculo emocional y el compromiso de superación familiar con los hijos. [7] A partir del caso de la generación intermedia es que podemos observar la continuidad de estrategias, teniendo la permanencia de los contextos como base.

Metodología y dimensiones de análisis

La historia de Don Leovigildo fue captada en una amplia entrevista y observación participante durante el desarrollo de la investigación Diagnóstico sociodemográfico y de la política pública dirigida hacia la población adulta mayor en Guanajuato, el cual se desarrolló entre 2003-2004. La investigación contó con una etapa cuantitativa y otra cualitativa, esta última de naturaleza exploratoria, ya que no había antecedentes sobre ese tema en particular en Guanajuato, México. El objetivo principal de la investigación fue “conocer cómo se vivía la vejez en situaciones rurales y urbanas en Guanajuato, así como con qué políticas públicas contaba la población con 50 años y más para su bienestar”. Un objetivo específico consideró conocer “cómo el fenómeno de la migración en Guanajuato condiciona la calidad de vida en la vejez, principalmente en función de modificar o intervenir en la dinámica de las redes sociales y familiares que abastecen a la población de apoyos económicos y no económicos” [14]

La guía de la entrevista contempló aspectos como datos sociodemográficos, historia familiar, historia de enfermedades familiares, uso de servicios médicos, estrategias curativas, consumo de medicamentos, historia migratoria, historia de embarazos, hijos sobrevivientes, convivencia con los hijos en México y en Estados Unidos, estrategias de ayuda transnacional, envío de remesas, historia migratoria, antecedentes y condiciones de salud actual, percepciones sobre la migración, estrategias de vida en México y Estados Unidos, actividad laboral en Estados Unidos, retorno a México, apoyos gubernamentales en México y redes sociales, entre otros temas.

Se eligió el caso de don Leovigildo de la comunidad de “Las Cruces” por la peculiaridad de las circunstancias que lo motivaron a migrar, ya que la migración fue la estrategia para enfrentar la enfermedad en la familia ante un contexto de desprotección en materia de atención a la salud. Además, el entrevistado forma parte de un patrón migratorio intergeneracional que su padre e hijo también constituyen, lo que permite observar cómo la estrategia de migrar se reproduce entre generaciones. Otro aspecto interesante del caso de don Leovigildo es que permite ver con claridad cómo el fenómeno migratorio es una experiencia diferente en cada periodo, lo cual es evidente desde la percepción que se construye con la vivencia de lo que ellos escucharon y vieron entre sus familiares ascendientes y descendientes.

El análisis del contenido de la entrevista se realizó desde el enfoque del interaccionismo simbólico, buscando encontrar el sentido y significado de lo que ha representado la experiencia de la migración para el entrevistado y la familia, considerando en la medida de lo posible el contexto social de la comunidad donde habitan. La elección del marco teórico y las dimensiones de análisis han sido construidas bajo las premisas de que es posible encontrar el sentido de la experiencia del entrevistado, ya que su realidad es un producto de su construcción subjetiva, la cual es estructurada por el lenguaje, se crea en el discurso y está incorporada en el sentido común; [15] considerando que el lenguaje proporciona las objetivaciones, significados indispensables y dispone del orden de la vida cotidiana. [16]

Para este artículo se decidió analizar el caso de Don Leovigildo observando sólo el fenómeno de la migración, por ello el objetivo es identificar el sentido y el significado de la migración intergeneracional, a través del discurso de nuestro entrevistado. Por confidencialidad el nombre de nuestro informante ha sido cambiado, así como no hay coincidencia entre las fotos presentadas en este artículo.

Los conceptos principales o dimensiones de análisis con las que se interpretará la entrevista son tres. La primera es la condición de vulnerabilidad del entrevistado y su familia en su lugar de origen, en este caso la comunidad de “Las Cruces”, con dimensiones de análisis al interior relacionadas con la incertidumbre, aleatoriedad, temporalidad, precariedad o pobreza y la imposibilidad de poder avanzar o mejorar con sus propios recursos.

La segunda dimensión es la decisión de migrar, con subdimensiones de análisis como mejorar sus condiciones de vida, hacer frente a la adversidad reflejada en la enfermedad en este caso (deudas y pagos de médicos) y adquirir o alcanzar salud o bienestar.

Otra dimensión es el condicionamiento de género con desventajas hacia los hombres en cuanto a la construcción del papel tradicional de proveedores, responsables de solucionar los problemas económicos y familiares en general, que se asumen como una obligación o mandato, [5] que repercuten en ocasiones en una mayor exposición al riesgo de muerte, maltrato y deportación cuando eligen la opción de migrar.

La biografía de Don Leovigildo

Don Leovigildo nació en 1953, al momento de la entrevista era un hombre de 51 años. De actividad campesino desde la infancia y migrante de una pequeña comunidad rural llamada Las Cruces en el municipio de Salvatierra. Don Leovigildo cuenta con seis hectáreas de tierra de temporal, es decir, no son tierras de riego sino que dependen de la lluvia para obtener una cosecha; él siembra maíz y fríjol, principalmente. Actualmente Don Leovigildo vive con su esposa, seis hijos y su padre, quien también fue migrante y recién enviudó hace tres años. Habitan en una casa que cuenta con cuatro cuartos para dormir y una cocina. Su historia y la de su familia gira en torno a lo que ha representado la migración en Salvatierra como medio para resolver sus necesidades básicas. La migración a Estados Unidos para esta familia ha sido vista como el único recurso para intentar resolver sus necesidades económicas, pues su padre, Don Leovigildo, y recientemente su hijo mayor, Pedro, han probado suerte en el vecino país del norte.

La historia migratoria de Don Leovigildo encuentra coincidencias con la de su padre. Ambos deciden migrar por las malas condiciones económicas de la familia y por los delicados y progresivos problemas de salud de sus respectivas esposas. En el caso del hijo, tres veces se vio obligado a migrar en condiciones de ilegalidad. Anota también el fuerte endeudamiento adquirido en su comunidad para realizar los viajes a los Estados Unidos que, sin embargo, fueron resueltos en su primera ida al norte. Las migraciones realizadas en 1994 y 95 le permitieron mantener el papel de proveedor de su familia aunque su estancia fue menor debido a no acreditar permanencia legal; situación que no representó mayor importancia dado a que la gran mayoría de los migrantes de su comunidad no poseían ningún tipo de documentación que asegurara una ruta menos riesgosa. (Figura 1)

Fig. 1. Hombre mayor de Guanajuato.

Foto: J. L. Uriona

La trayectoria hacia los Estados Unidos representaba desde su origen una serie de retos a vencer; aquellos que tenían que ver con la obtención de los recursos para realizar el viaje; las que delineaban cambios inmediatos en la dinámica familiar y los que formaban parte natural de la ruta geográfica establecida tanto por el sistema de transporte terrestre como por los apoyos humanos utilizados. Para Don Leovigildo, Las Cruces-Salvatierra-Celaya-Tijuana-California-Washington era el trayecto que le permitía encontrar oportunidades de obtener recursos para su familia en el sector primario, principal actividad desarrollada por los migrantes de estas comunidades rurales del estado de Guanajuato y que, en el caso específico de la familia de Don Leovigildo, su hijo mayor Pedro empezaba a reproducir.

Diagrama 1. Trayectoria del curso de vida de Don Leovigildo


Autoimagen de los jóvenes cubanos

La identidad juvenil constituye una de las diversas subidentidades que confluyen en los seres humanos y que trata de “determinar cómo ciertos valores y características (los que objetivamente existen) son internalizados y apropiados por los individuos o cómo son reflejados”. [17:157]

Así tenemos que los jóvenes residentes en la capital autoperciben como rasgos positivos más sobresalientes el ser alegres, críticos, revolucionarios, responsables, decididos y sensibles. En negativo apuntan sobre todo, el ser promiscuos, vagos y desorganizados.

Los jóvenes en sentido general, reconocen más características positivas que negativas como típicas del cubano. Es interesante este comportamiento, pues, por un lado, en todos los territorios, los jóvenes perciben la criticidad como una particularidad del cubano y por el otro, ellos mismos no son críticos cuando se trata de manifestar las cualidades negativas. En otros estudios [17] se ha comprobado que al cubano lo distingue cierta autosuficiencia en el momento de valorarse, esta autovaloración trasciende al discurso cotidiano y se manifiesta en los chistes o cuentos jocosos. Este rasgo se sobredimensiona en el habanero, revelándose en la comparación no solo con el extranjero sino también con otras regiones del país. Frases como, “la Habana es Cuba y lo demás, áreas verdes”, “la gente del interior o del campo”, “los palestinos (orientales)”, denotan determinadas posiciones de superioridad –a veces fundadas en elementos objetivos de la realidad como las migraciones-. Por otro lado, vivir en la capital del país brinda posibilidades diferentes, que generan una atmósfera elitista ante el otro significativo, convirtiéndolo en alter endótico. Esto ocurre incluso cuando es el habanero el que vive en condiciones más desfavorables.

Los jóvenes tienden más a la descripción que a un análisis de la etapa juvenil; sus necesidades y aspiraciones, las causas que conducen a determinados comportamientos y relaciones con sus iguales y/o con el mundo adulto no se identifican explícitamente. Se hacen referencias, con mucha frecuencia, a elementos positivos relacionados con sentirse joven, por la posibilidad de realizar actividades como el deporte, oír música, jugar, estudiar, divertirse y relacionarse con los demás. Esto se presenta como característica identitaria. Sin embargo, las mismas no son privativas de la juventud, se asumen como clichés inscritos en las representaciones que las personas tienen sobre la edad juvenil. Igualmente se alude, en no pocas ocasiones, a que la realización de estas actividades es posible dada la condición de ser jóvenes y sin mayores dificultades, evadiendo responsabilidades familiares, escolares y laborales o impedimentos físicos.

Por otro lado, se aprecia cierta implicación emocional y vínculo afectivo, al relacionar la juventud con acciones que proporcionan placer y bienestar, lo que les hace sentirse complacidos con su condición de joven, pero sin que ello signifique que tengan plena conciencia de su papel en los diferentes ámbitos de socialización y de su responsabilidad como agentes de transformación social.

Una vida en condiciones de vulnerabilidad: la interpretación

A continuación mencionamos el concepto de vulnerabilidad social que, para efectos de este trabajo, se retoma de Perona y Rocchi, [18] donde se define como una condición social de riesgo y dificultad, que inhabilita e invalida de manera inmediata o en el futuro, a los grupos afectados en la satisfacción de su bienes─taern tanto subsistencia y calidad de vida─ en contextos sociohistóricos y culturalmente determinados.

Estos autores sugieren que el concepto de vulnerabilidad incluye al de pobreza, así como la exclusión social en el caso más crítico y se le puede aproximar a través de las "condiciones de vida", en las cuales se vincula la necesidad de abarcar los diversos planos y dimensiones, tanto de la vida privada como comunitaria, que se refieren al equipamiento y/o provisión de bienes del hogar con relación a la cantidad de miembros, a las características de la inserción ocupacional de los miembros, a los niveles de educación alcanzados por los mismos, al acceso a los beneficios sociales y a la posibilidad de expresión y participación en la vida pública (esquema 1).

Esquema 1. Condiciones para migrar a partir de la experiencia de caso y acceso eductivo limitado a la primaria

Enseguida aludimos a las categorías de análisis que surgen de la entrevista a Don Leovigildo con algunos testimonios que manifiestan su condición de vulnerabilidad:

Don Leovigildo no alcanzó a terminar la primaria y la mayoría de sus hijos tienen una baja escolaridad derivándose principalmente de las dificultades de acceso a niveles superiores a la secundaria, así como por los altos costos económicos y de tiempo que implican que sus hijos e hijas puedan asistir al bachillerato fuera de la comunidad. La siguiente respuesta la da el entrevistado cuando se le pregunta si fue a la escuela:

No. Casi no tuvimos escuela nosotros, por la razón de que en ese tiempo nomás había hasta primaria y luego en ese tiempo hasta lo sacaban a uno de la escuela para que los ayudara a los papás en el campo y ni siquiera sacaba la primaria. Yo creo que unos 4 o 5 años aunque no fueron completos, por eso también uno no pasaba, reprobaba a veces porque no llevaba la escuela como tenía que ser.

Y sobre la escuela en sus hijos Don Leo contesta:

¿A sus hijos les dio escuela?

Poquito más de escuela lo que hay aquí, no mas hay hasta telesecundaria y en ese tiempo no había ni kinder, tienen pocos años que empezaron con eso de la escuela del kinder, y luego ya la secundaria es lo que han estudiado mis hijos porque todavía me faltan dos que no salen, los demás si sacaron su certificado de primaria, de secundaria pero hasta ahí nada más porque ya aunque quiera uno que estudien sus hijos ya no hay forma para darles más, una es por la razón económica que está viviendo y sale muy caro la preparatoria, en primer lugar los pasajes, los alimentos, darles dinero para que estén conviviendo y luego los libros, pasando a esas escuelas hay que comprar muchos útiles, no es fácil, por eso mejor así se queda viviendo nomás así hasta donde alcance …

Este testimonio pone de manifiesto la necesidad de recursos aún para acceder a la educación pública. En comunidades rurales, las distancias entre localidades y municipios impiden contactar a las poblaciones con los servicios públicos de transporte que permitiría, a mediano plazo, movilidad social entre generaciones. Además, los materiales que se solicitan impiden el que las familias puedan solventar el costo de la educación. Esta forma de vida y los mecanismos que establecen las instituciones educativas hacen inaccesible la movilidad generacional, lo que reafirma un estilo de vida donde el trabajo colectivo de la unidad familiar es la que permite una sobrevivencia colectiva. Las instituciones educativas, en este caso, no facilitan un ascenso social sino que incorporan un estilo de vida que dificulta la reproducción social de las unidades familiares, pero que además rompe una dinámica de sobrevivencia grupal. La incorporación de la educación en la vida social de “Las Cruces” queda manifiesta en la generación de don Leovigildo y en la oferta que ya tienen sus hijos, no obstante a pesar de la expansión educativa, las condiciones económicas no permiten hacer efectiva estas oportunidades en beneficio de las nuevas generaciones.

El trabajo es insuficiente en la comunidad de Las Cruces y sólo está disponible en el sector agrícola. En el caso de aquellos que no poseen tierras o deciden buscar opciones más rentables para obtener recursos, la solución es salir del lugar de origen. Don Leovigildo, aunque cuenta con un pequeño número de hectáreas, la producción de su tierra depende de la lluvia y de su trabajo e inversión en semillas. Una vez que llegan los tiempos de cosecha, el proceso de distribución y comercio es complicado ante las nuevas condiciones donde la competencia impide vender con facilidad y a buenos precios los productos. Frente a ese escenario la migración es una estrategia a la que recurren las familias, como lo vivió el mismo Leovigildo cuando era niño:

“No pus, mi apa’ es el que estaba en los Estados Unidos se fue por la misma razón como ella [su madre] estaba enferma. Y uno aquí cómo saca uno un cinco si aquí no hay trabajo, el de ver la situación en que estábamos, a veces algunos salimos para Estados Unidos, a veces por necesidad porque así se requiere de la necesidad de enfermedades (…) yo aquí trabajaba pero ya sabe que aquí lo que uno trabaja uno en el campo no consigue nada porque es temporalmente lo que uno siembra y hasta el año es que uno tiene una esperanza de que a ver si va a haber la cosechita más o menos y si se da la cosecha pus fíjese que no vale la semilla…”

La situación socioeconómica aproximada a través del equipamiento de la vivienda es limitada, aunque se tiene televisión y aparato de sonido, la estufa se usa poco y la carencia de refrigerador para el entrevistado tiene un significado relacionado con la satisfacción de las necesidades básicas de alimentos y la posibilidad de guardar reservas, manifestándolo con el siguiente testimonio:

“Un refrigerador siempre hay que utilizarlo donde aiga que ponerle que tenga ahí en la casa hago pus cositas para que no se echen a perder, y pus uno no tiene el alcance para tener cosas que ponerle al refrigerador, ahí claramente a penas vamos viviendo provisionalmente, a veces por ahí como si tuviera uno que una gelatina, que unas frutas, que una leche, cositas así que no quiera uno que se le echen a perder pus es lo que se le vienen poniendo, aquí como le platico escasamente junta uno su maicito, su frijolito hay veces que una carne y ese día que la compras te la comes y no hay que echarle al refrigerador, por eso mismo no nos hace fuerza tener porque si es necesario pero no podría uno tenerlo para tenerlo sin desconectar (sic) y ahí sin trabajar se echaría a perder y si lo tiene uno sin nada se gastaría más luz y ahí no la vamos llevando, un día que puedamos que aiga la facilidad compraremos uno.”

Falta de recursos para la producción agrícola como falta de agua para el riego, altos costos de producción en las semilla, fertilizantes y maquinaria; aunado a que no existen precios justos de venta, los programas de apoyo al campo son limitados, temporales e insuficientes dadas las características del sector. Además, en la comunidad hay escasez de servicios públicos sobre todo problemas de abasto de agua para el riego de los cultivos, para el consumo y el acceso por carreteras.

“… las tierras yo las trabajo pero en ese tiempo era cuando mi señora estaba aquí y yo no estaba creo, a ella fue la que le dijeron tienes que hacer esos papeles tienes el programa del PROCAMPO y no lo dejes desaprovechar no está él pero tú misma puedes y la animaron a que ella le entrara, si hay algunas personas que reciben esa ayuda del PROCAMPO.”

“…esa ayuda que la dan como para fertilizante para el temporal, desquelitar y todo eso para fumigar y si no la dan luego, luego ya llega muy tarde por septiembre o a mediados de septiembre y pues creo que no mas les dan dinero a los que tienen menos hectáreas y a los que tienen de 4 hectáreas para abajo hasta una ya se los andan más pronto como en julio o a principios de agosto y a nosotros nos lo andan dando como en mediados de septiembre pus lo que hace uno es endrogarse uno en lo que llega la ayuda si no, no abona.”

“Si, siembro una parte porque uno solo es mucho gasto, y no sale si yo dijera siembro todo y la semilla me la van a comprar bien a lo mejor haría el intento aunque gastara pero le mete uno mucho trabajo y no sale, ni el de uno sale.”

“… ya no puede sembrar mucho uno porque es mucho costo, como toda la gente espera irse pa’ el norte ya no mas unos cuantos que nos quedamos aquí, ya como le dijo ya no podemos sembrar mucho, en denantes uno sembraba porque estaba el papá estaban los hijos, se ayudaban que a echarle el fertilizante, la hierba.”

Entrevistador:“¿aquí no hay posibilidades de poner riego?

¿de que manera lo pondríamos? Entrevistador: de las lagunitas

No, pus no alcanzaría, es que son borditos muy pequeños, los animales casi se la terminan, si tratara de sembrar uno eso se podrían sembrar orillas nada más, no mucho pero entonces los de los animales no les parecería porque mis animales se van a morir de sed porque por decir los que no tienen animales esos sí estaríamos de acuerdo pero los que tienen animales casi no convendría por la razón de que ellos tienen sus animales y dicen se acaba el agua y se van a morir de sed .

Entrevistador: ¿el agua es muy escasa?

Si no más bordito que se han hecho, como para los animales pero no se hizo como el pueblo pensaba porque si iba hacer pero a la hora de la hora no quedo muy bajo el bordo, en años que ha llovido mucho se llena muy pronto pero en este caso no se puede y ora como ahorita es el pozo que se perforó ya con que nos alcance para tomar si se hiciera un pozo para regar pues también algunas parcelitas se sembraran pero la razón es que está muy duro.”

Los servicios médicos a los cuales acude la población en la comunidad o a los cuales se dirigen fuera de ella, en caso de necesitarlo, son de carácter privado, ya que por las condiciones de su inserción laboral no disponen de derecho a la seguridad social. Además, el perfil epidemiológico es severo dado la lejanía con los servicios médicos. La Encuesta Estatal para las Personas Adultas Mayores en Guanajuato [19] señala que entre los padecimientos más frecuentes entre la población guanajuatense se encuentra la hipertensión arterial, diabetes, reumatismo y pérdida de la vista. También muestra que esta presencia es ligeramente menor en las áreas rurales pero no así para las mujeres, quienes padecen una mayor multimorbilidad, sobre todo en edades entre los 70 y los 89 años. La situación familiar se empeora si se carece de servicios médicos.

“No, es que aquí en el rancho donde vivimos nosotros casi hay pocas personas que están aseguradas ahorita, pero esto ha sido últimamente pero en ese tiempo no había nadie asegurado.”

Los programas gubernamentales más recientes como el Seguro Popular comenzaron en ese tiempo a afiliar a la población. Ahora es posible que muchos de ellos tengan una atención médica básica que sólo atiende padecimientos sencillos, no enfermedades crónicas de larga duración. Pero en el momento del estudio este servicio no existía.

La organización comunitaria es mermada por la desconfianza, ya que se han hecho esfuerzos por manifestarse en grupo y solicitar demandas de abasto de agua a través de pipa y construcción de pozos, así como de la solicitud de un bachillerato, sin embargo, no ha habido respuesta de las autoridades y ello genera desconfianza, desanimando cualquier otro acto similar, además que derivados de las preferencias electorales de la mayoría, algunas autoridades de corrientes contrarias argumentan no ofrecerles el apoyo por tal situación.

“Cuando hicimos un plantón que fue poquita gente de aquí del rancho, fue gente de El Tejocote, La Lagunilla, La Huerta, El Carmen, La Virgen, y nosotros de ver la necesidad que teníamos en el camino como está y como estaba nos vimos obligados a ir a decirles, de primero así en palabras no en el platón sino antes que nos echara la mano, y el sí tenía la voluntad pero que no podía, ¿por qué razón? Es que no hay monto, y nosotros sabíamos que sí hay monto porque ahí siempre le llegan recursos para todo, para los caminos cada año les dan eso pienso que todos lo sabemos noms que ellos creen que uno no sabe, ya de ver que no quiso fuimos nosotros hicimos el plantón y lo presionamos, un plantón es para presionarles que den la palabra de que sí lo va hacer, y no noms de palabra, si el presidente o las personas de desarrollo social o sabe como se llamen las personas que están dentro del gobierno que están de acuerdo ellos toman un compromiso de hacerlo tienen que hacerse con un papel no más a palabras pero no aceptó, a las últimas dijo que sí se iba hacer pero que le diéramos un poco más de tiempo pero paso el plazo y no lo cumplió…”

“…hay algunos que nos tienen casi olvidados o presionados, una vez lo dijo el presidente que si nosotros no tuviéramos algo que ni agua nos da que porque estábamos exigiendo mucho. Y nosotros no le habíamos dado ni siquiera el voto, así no la dijo secamente.”

Algunas autoridades politizan la dotación de servicios públicos que tienen una repercusión importante en la cadena de bienes y servicios que permiten una mejoría en la calidad de vida. La situación de muchas comunidades rurales aún en el México del siglo XXI pasa por el poder de las autoridades locales y la escasa distribución de los recursos económicos, lo que administrativamente es una negligencia que indirectamente fomenta la búsqueda de otras alternativas para superar la pobreza.

La decisión de migrar, la familia y las deudas

Existen diferentes abordajes teóricos sobre la migración, como en todos los fenómenos, dependiendo de la metodología usada, dentro de los estudios cuantitativos sobre migración éstos son construidos a nivel agregado usando variables macroeconómicas y algunos micro con datos de encuestas hechos por los demógrafos donde se analiza la migración como un componente de la dinámica demográfica y, la mayoría de las veces, aislada de las diferencias y particularidades sociales. Dentro de los abordajes con métodos cualitativos los antropólogos y los sociólogos comparten marcos teóricos con aproximaciones basadas en los trabajos de Marx, Durkheim y Weber, donde cada tendencia enfatiza las relaciones sociales como un elemento central en el proceso de la migración. [20]

Dentro de las razones por las cuales se migra, en los estudios macro y micro, convergen en que existen factores del lugar de origen y destino que afectan los flujos migratorios. En los análisis micro se ha examinado que los flujos están en función de decisiones y acciones de los individuos y familiares y cómo éstos afectan los cambios en las comunidades, al respecto Bretell y Hollifield, [20] mencionan que los economistas han teorizado acerca de cómo el salario y las oportunidades de empleo entre los países receptores y expulsores afectan las decisiones de los individuos y de los hogares en relación al costo-beneficio de migrar o permanecer en el lugar de origen.

Dadas las condiciones de vulnerabilidad en el lugar de origen, sin empleo fuera del sector agrícola, con pocos recursos para producir, el campo y la venta de los productos a costos bajos como ya se vio en el apartado anterior, la migración representa la única opción que permite a estos varones mejorar sus condiciones de vida, construir una vivienda y asegurar la alimentación de la familia, con la posibilidad de cubrir deudas del pasado por las diferencias notables en el ingreso por hora de trabajo. En pocas palabras, a través de la migración, ellos pueden cumplir con el mandato de proteger a su familia. Además, se presentan circunstancias adversas en las que asociadas a la vulnerabilidad en la que viven, se enfrenta la enfermedad de algún familiar y las deudas generadas por las atenciones, son costos que deben cubrir los familiares por carecer de protección institucional a la enfermedad y servicios de salud.

Aunado a las motivaciones que asumen como un compromiso consigo mismos y con la familia para mejorar sus condiciones de vida, también existen ideales de poder mejorar aún más y por ello trabajan con empeño, dando a la salud uno de los altos valores y al bienestar como un ideal posible de alcanzar con un trabajo arduo. Enseguida se rescatan tres testimonios del entrevistado, el primero se refiere a la migración de su padre, el segundo a Don Leovigildo y el tercero a su hijo mayor. En estas narrativas se destaca la apreciación de Don Leovigildo sobre la motivación del padre a migrar. Se reproduce en él no sólo la misma estrategia sino también el hecho de que como hombres deben proteger a sus mujeres y mantener a sus hijos. Ante ello, la migración es una solución temporal que permite aligerar el costo de las deudas a nivel comunitario. La migración circular de padre e hijo adulto, permite ver una etapa de la migración hacia Estados Unidos, mientras que la migración más reciente del nieto, hijo de Don Leovigildo, se torna más peligrosa y permanente.

1. “No pus, mi apá’ es el que estaba en los Estados Unidos, se fue por la misma razón como ella estaba enferma y uno aquí como saca uno un cinco si aquí no hay trabajo, el de ver la situación en que estábamos, a veces algunos salimos para Estados Unidos a veces por necesidad porque así se requiere…”

2. “La primera fue por casi por la misma razón. Mi señora se había puesto mala de las fiebres, según los doctores le habían dicho que le había pegado las tres fiebres y ya estaba endrogadito [endeudado], debía algún dinerito y uno como está viviendo aquí provisionalmente y no hay trabajo y se ve uno obligado a salir por allá. Yo cuando salí fue de una necesidad y pidiéndole a Dios que me ayudara El a pagar el dinero que debía y del dinero que me iba a endrogar para irme también y pus sí, Dios me ayudó gracias a Él me hice llegar allá y ya empecé a trabajar por ahí, gracias a Dios la suerte me ayudó, encontré trabajo rápido y empecé a trabajar y echarle ganas, ya luego mandé pa que pagaran el dinero que debíamos, no crea que todo de un trancazo pero Dios me dio licencia de pagar todo lo que debía y seguir manteniendo a mi familia, mandarle dinero para medicinas porque tenía que seguirlo comprando y de esa manera me fui para allá duré un poquito mas de un año, ya cuando me vine al menos sí me vine contento porque ya había pagado mis drogas [deudas] que debía y mis hijos también los estaba manteniendo, no mandar dinero para hacerse rico pero sí de menos para la manutención y ya me vine, junté para venirme para estar unos días con mis hijos y seguir igual, al siguiente año me volví a ir ya duré de unos 9 a 10 meses, estuve trabajando para estar manteniendo a mi familia, de ahí hice estos dos cuartitos porque tenía un cuartito de piedra y ahí estábamos todos amontonados y pus se ve uno muy aprisionado en esa forma viviendo muy apachurrados y casi con esa intención me fui la siguiente vez, Dios me dio licencia de hacer unos cuartitos pero es de menos una sombrita, por esa razón, por otras ya ve que cuando Dios se acuerda de uno se acuerda, lo completa ya ve que de ahí para acá mi esposa le salieron otras enfermedades y ahí vamos.”

3. ¿Qué hijo salió?Es Pedro, el anda en 18 años.

¿ C u á n d o se fue?

Yo creo que anda pa los dos años, yo me iba a ir por allá por lo mismo, para conseguir y darle tratamiento a mi esposa y me dice, déjame ir pero es que tú no eres el de la obligación, el de la obligación soy yo pero dice, si Dios me da licencia y llego a pasar allá yo voy a estar activo mandando para que sigas curando a mi mamá y me rogó mucho, hasta ahorita él ha sido el que ha estado mandándonos un dinero para las medicinas de su mamá, para estar yendo a cita el doctor y si no fuera por él no sé cómo nos fuera porque ya ve que mi esposa está muy grave, y pus ni modo, hay que sufrirle a la vida.” (figura 2)

Fig. 2. Mujer anciana de Guanajuato.

Foto: A. Uriona

Desde la antropología de la deuda, los procesos de falta de ingresos generan un continuo endeudamiento con los familiares y los miembros de la comunidad, esto impide el cumplimiento del papel social del varón en México. Zanotelli [21] menciona que el endeudamiento es más que una práctica económica es progresivamente una institución social en donde se concretan relaciones de poder y relaciones de parentesco. La falta de protección a la salud, la falta de vivienda, de trabajo e ingreso propician una cadena intergeneracional que reproduce la vulnerabilidad, pero en donde hay una dinámica de préstamos no oficiales que sustituyen la ausencia de apoyos oficiales y la falta de crédito rural. Para Zanotelli [21] el endeudamiento surge principalmente para atender problemas de salud, para el año escolar, para emigrar a Estados Unidos y para comprar materia prima para sembrar o para trabajar otras actividades como la artesanía. También para comprar utensilios para la agricultura y para los gastos de la fiesta patronal. Tener hijos en el norte tiene un sustento material y simbólico, y garantiza poder ser sujeto de crédito entre las familias, las redes de vecindad y otras organizaciones. Otro aspecto que se señala es que la circulación del dinero mediante el endeudamiento en comunidades pequeñas es una forma de entrar a la globalización pues la entrada y la misma circulación de éste dinamiza a gran parte de la población. [21]

Esta situación no es reciente lo han vivido anteriores generaciones como fue el padre de Don Leovigildo y su primer hijo varón. No obstante, el cambio más importante en esta reproducción intergeneracional de la migración es que la decisión de migrar a Estados Unidos se da en un ambiente cada vez más hostil que genera la pérdida paulatina de la circularidad. Si bien el padre de Don Leovigildo y él mismo regresaron a sus lugares de origen, la experiencia de los más jóvenes en Salvatierra muestra que regresar tiene un costo y riesgo que no se quiere correr. Con ello se pierde paulatinamente la lógica de los apoyos intergeneracionales y los motivos originales de la migración que fue lograr mejorar la calidad de vida de los miembros de la familia.

Roles de género y la masculinidad

La discusión sobre la perspectiva de género plantea el condicionamiento social y el establecimiento de roles a hombres y mujeres desde su nacimiento a partir de su caracterización biológica. En el caso del varón mexicano, el rol de género preestablecido es el de proveedor de los recursos económicos, el responsable de la seguridad de la familia y la resolución de problemas, o situaciones de crisis relacionadas con cuestiones materiales que puedan solucionar o mejorar las condiciones. [6,7]

El marco conceptual del hombre con el rol de proveedor se retoma de Salles y Olivo, [22] donde la figura surge de un modelo de familia que al interior del hogar se basa en una estructura rígida de división sexual del trabajo. Ahí, la figura del rol de proveedor se articula en torno a un conjunto de reglas, de la que resalta el proveer a la familia de un determinado estilo de vida, bajo las dimensiones que aseguren las condiciones materiales de vida y el salario, así como el prestigio asociado con el salario obtenido y su ubicación en la estructura ocupacional.

Las cargas sociales tradicionales de ser proveedor aún predominan en muchos individuos, familia, comunidades y poblaciones, dichas cargas se asumen como una obligación de los hombres de las familias inicialmente de los padres y posteriormente aprendidas por los hijos, hacia el núcleo familiar o del grupo al cual pertenecen.

El rol de proveedor y la obligación con la familia influye en que se tome la decisión de migrar, pero la migración conlleva riesgos que algunos autores como Ruíz [23] denominan intrínsecos, relacionados con el sistema socioeconómico y político de su lugar de origen, lo cual genera una situación de vulnerabilidad y falta de recursos, que los imposibilitan para conseguir una visa para EU, usar transportes seguros, hospedarse en lugares confiables una vez que se cruza la frontera; pero aunados a los riesgos intrínsecos existen riesgos en las rutas de tránsito, que se diferencian por tiempo y espacio; de tal manera que el riesgo para el migrante se potencializa en el transcurso y llegada al lugar de destino, como la constante vigilancia en las fronteras y el riesgo latente de ser capturado, maltratado, robado, en el último y mejor de los casos deportado y en el peor morir en el intento de migrar al país del norte. Como menciona Rosas, [6] la perspectiva de la masculinidad dominante no permite visualizar a los hombres como sujetos que no sólo disfrutan sino que también temen y sufren al tratar de resolver el mandato de proveedor. Al respecto Don Leovigildo nos dice lo siguiente:

“Si las tres veces fue de mojado (…) hay algunos que tienen sus papeles pero son pocos, casi la mayoría se van de mojados”.

“Habrá sido como en el 94’, 95’ fue la última vez, trabajé poco esa vez, serían unos 3 meses ya luego me agarró la migración y me echó para acá desde entonces ya no me he ido…”


“…dicen que en el norte es muy bueno, y pus no es tan bueno, pero cuando uno va de aquí para allá de mojado viera que le sufre uno y hay veces que pone en peligro su vida.”

A continuación se anota el testimonio que considera las dimensiones anteriores, los ideales de mejorar sus condiciones de vida y los riesgos que ello conlleva asumiendo la carga del rol de proveedor:

“…yo no por la razón de que tenga uno ganas de andar por allá sino por la razón de que para vivir un poco mas bien y conseguir unos centavos y pus ya ve los muchachos a penas se forman y ya se van por allá por la razón de aquí la vida está muy difícil, que si hubiera trabajo a qué va uno allá, porque allá lleva uno el peligro de perder la vida cuantos no quedan en el camino que dicen que van a alivianarse y resulta que hay veces que unos no regresan y hay muchos accidentes, unos de accidentes y otros por de malas, ya ve los desiertos.”

En síntesis, hemos mostrado, a través de los relatos de Don Leovigildo, cómo la condición tradicional de masculinidad hegemónica [9,24] ha determinado su rol de proveedor, motivándolo a reproducir, al mismo tiempo, patrones de migración que le permitieron sostener la condición social de principal responsable del bienestar familiar pese a los riegos inherentes del proceso migratorio. Este recurso predeterminado socialmente en su comunidad de origen como fuente de poder y autoridad tanto en la esfera privada como pública de la vida de este adulto mayor guanajuatense; sigue destacándose como una estrategia intergeneracional de la dinámica familiar en la búsqueda de mejora de las necesidades básicas y particularmente de salud.

Conclusiones

El análisis anterior permite identificar que la migración internacional se rige como la única alternativa real para resolver la situación de vulnerabilidad que sustituye a la economía campesina o a la migración hacia alguna ciudad del país. La intención del sector campesino tiene una dirección preferente: el norte; aún y con todos los riesgos que ello conlleva, dentro de los que está perder la vida.

Las condiciones de vulnerabilidad, la decisión de migrar y el rol de proveedor mantienen un mismo patrón a través de las tres generaciones de migrantes, condiciones que permiten se perpetúe la migración hacia Estados Unidos. De tal forma que la migración intergeneracional además de que ser un patrón aprendido y/o heredado de padres a hijos, para la familia de Don Leovigildo en la comunidad de “Las Cruces”, representa la única opción de sobrevivencia familiar, dado que no se visualizan otras alternativas que permitan mejorar sus condiciones de vida.

Resulta importante observar que la migración responde en las comunidades rurales a patrones de revaloración social y reconocimiento familiar. Los adultos mayores que cuentan con una historia de movilidad hacia los Estados Unidos mantienen, a la vez, su condición de masculinidad hegemónica.

Los testimonios de Don Leovigildo permitieron constatar que la contribución a la economía familiar de quien migra, es factor significativo para detener el deterioro económico de las familias rurales. Aunque también es preciso anotar que estos apoyos no son una constante. El ciclo de vida de las familias que forman sus propios migrantes, es factor determinante en las estrategias de sobrevivencia que implementan los hogares campesinos.

En ese sentido, el proceso migratorio de los guanajuatenses que se construye a través del tiempo impacta en la configuración de su esfera privada. Con la expectativa de la migración, los hijos y nietos dan forma a su vida lejos de su comunidad de origen. A pesar de los riesgos latentes de la migración y de los cambios al interior de la dinámica familiar, los varones adultos son conscientes que ésta es una opción para cubrir las expectativas de éxito tanto individuales como sociales.

No debemos dejar de observar que la caracterización de la migración ha dado un vuelco significativo. Si antes se hablaba de un patrón de relevos familiares, para las nuevas generaciones migrar significa permanecer en un nuevo espacio geográfico fuera del alcance de los familiares. Este cambio en el patrón migratorio obedece, entre otras consideraciones, a las rígidas medidas regulatorias del fenómeno migratorio impactando sin duda en la calidad de vida emocional y física de los varones; puesto que siempre sueñan que sus hijos y familias regresarán algún día como lo atestigua la vida de Don Leovigildo.

En comunidades de alta migración como “Las Cruces” detectamos cómo la escasez de recursos económicos y la falta de oportunidades de las generaciones jóvenes conlleva participar en la aventura─a vece s sin retorno─ de la migración hacia el vecino país del norte, reproduciendo los ciclos migratorios e impidiendo el arraigo a sus comunidades de origen.

El fortalecimiento de las redes sociales de apoyo, así como las transformaciones que han sufrido los roles de género tradicionales, podrían impactar positivamente en nuevas formas de socialización de los varones y asumir nuevos roles al interior de la familia, que fomentarían vínculos de solidaridad entre sus miembros y una mejor calidad de vida.

Referencias

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