Reynaldo Germán Martínez Velasco Investigador SNI Nivel I
Jefe de la línea de investigación Migraciones en la Frontera Sur de México E-mail: gmartine@ecosur.mx
Jaime Uribe Cortez
Estudiante de Doctorado en Ciencias
con orientación en Ecología y Desarrollo Sustentable E-mail: uribejaime@yahoo.com / juribe@ecosur.mx Colegio de la Frontera Sur,
Unidad San Cristóbal de Las Casas, Chi.
Recibido: Enero 9, 2012, Aceptado: Junio 8, 2012
Resumen
Los procesos de expulsión de población evangélica acaecidos a principios de la década de los setenta en las comunidades indígenas de Los Altos de Chiapas pueden ser explicados en base a nociones teóricas distintas a las acuñadas en el seno de las disciplinas sociales. En especial, mediante la noción de meta población construida en el contexto de la ecología de la conservación de la biodiversidad con sus acepciones particulares, fragmentación y dispersión de población de microorganismos animales y vegetales, muy útiles para la dilucidación de las especificidades biológicas subyacentes así como para la comprensión de los procesos que las caracterizan. Esta idea, originada desde las ciencias naturales posibilita explicar la dinámica de algunos fenómenos sociales como las migraciones por conflictos religiosos sin atenerse a fortiori al armazón teórico implícito e inherente a las ciencias sociales.
En este manuscrito, se trataran las particularidades de la idea de metapoblación, fragmentación del ambiente y dispersión que vinculadas al factor religioso como catalizador de “Meta Poblaciones Humanas Religiosas” en la región de Los Altos de Chiapas, ayudaran a observar algunos rasgos de la dinámica de formación de este conjunto de sub poblaciones y algunas de sus características más importantes.
Palabras clave: estado, política, poder, intelectuales, ideología.
The formation of religious human metapopulations, as a case of application of a biological concept to a social phenomenon, the case of expulsions by religious change in Los Altos de Chiapas
Abstract
The intellectuals in Latin America have characterized themselves by to be more similar to ideologists or social prophets who abstract constructors of the thought locked up in the academy or the arts. Its obsession went and is the critic to the power, rather, the critic to the State like articulator of the power. But the excessive attention was not given in a desire to assault the state apparatus, on the contrary, believed in its capacity to be the political conscience able to catalyze social desires of justice, development and nation.
Two were the types of Latin American intellectuals who had their stellar moment in 20th century: the intellectual ideologists in strict sense, headed by Raul Haya de la Torre, and;
the expert intellectuals, with Raul Prebisch at the top. The test explains desires and obsessions of the Latin American Vista through the APRA and of Cepal, still effective intellectuality with other names.
Keywords: estate, politic, power, ideology, intellectuals.
Introducción
No hemos encontrado referencias literarias que constaten la hechura de estudios que expliquen el desarrollo de fenómenos sociales a partir de la aplicación de nociones conceptuales vinculadas a otros campos disciplinares distintos a las ciencias sociales. En el tema migratorio, son prácticamente inexistentes los estudios que traten los procesos de salida y llegada de poblaciones humanas y organismos de otras clases en base a la vinculación de nociones propias de la biología y sociología respectivamente.
Esto significaría establecer una relación más estrecha entre ambas disciplinas que durante el devenir de la historia humana han pugnado por definir su propia lógica de desenvolvimiento aunque sin mezclar los contenidos particulares identificando la trama disciplinar a la cual se suscriben ¿Qué ventajas habría en la encomienda de encontrar los puntos de comunión para explicar fenómenos sociales y biológicos? Consideramos dos puntos: el primero es que se abriría una puerta para el diálogo interdisciplinario con el fin de iniciar un encuentro perdurable y edificante, mientras que el segundo se refiere a la constitución de conceptos que contemplen nociones de ambos campos disciplinares con el fin de explicar parte de la realidad circundante, biológica y social. Percibimos que el análisis de fenómenos a partir de nociones distintas al armazón teórico de las ciencias sociales y naturales abre un panorama especial y diferente de visualización de la realidad circundante.
La relación entre elementos conceptuales pertenecientes a ámbitos de estudio diferentes no tendría que ser objeto de exclusión y de disputas, somos partidarios de encontrar puntos de comunión entre sí, y de concertar un diálogo para dirimir puntos de discusión y hallar elementos que potencien acuerdos teóricos, metodológicos y explicativos. La postura de las ciencias sociales frente a las ciencias naturales y viceversa ha sido históricamente un puente para entender la evolución de las especies y también de las sociedades. Queremos mencionar los estudios de Herbert Spencer dedicados a la reflexión comprensiva de los hechos sociales. El contenido académico de tales trabajos es aleccionador porque da cuenta de la evolución de sociedades simples en sociedades complejas por medio de la comparación con el desarrollo de microorganismos animales y vegetales.
Auguste Comte analizó las etapas por las cuales atraviesa la sociedad en diferentes estadios evolutivos. Esto sobre la base de las leyes naturales del desarrollo. Sin embargo, a pesar de estas referencias, tal relación actualmente se ha vuelto intratable. En nuestra experiencia empírica y charlando con serios profesionales de la sociología, historia y economía, se ha encontrado que los científicos sociales no hayan la utilidad en la aplicación de nociones biológicas para dar cuenta de los fenómenos sociales que surgen cotidianamente. Sin embargo, es pertinente observar la dinámica de los microorganismos para entender el desarrollo de la vida humana, colectiva y personal. El desarrollo de las sociedades y de las propias disciplinas sociales no exime el estudió sobre el crecimiento y evolución de otras formas de vida orgánica e inorgánica no humanas.
Estudiar la vinculación entre nociones como meta población y cambio religioso, ha permitido vislumbrar como las ciencias naturales no son tan distintas a las ciencias sociales, sino que las dinámicas de desarrollo que se viven en uno y otro caso son muy similares sin ser idénticos. En esta línea, este manuscrito se erige como una oportunidad para explicar los flujos de expulsiones a partir de la idea de meta población. Específicamente, para dar cuenta de su devenir por causa de la influencia del factor religioso sucedido en por lo menos 13 de 19 comunidades indígenas en la región de Los Altos de Chipas desde la década de los setenta.
Por esto, el propósito en este escrito es analizar brevemente cómo el factor del cambio religioso afecta a la dispersión de población humana en la región de Los Altos de Chiapas. La cuestión central es explicar la dinámica de los flujos migratorios en términos de dispersión poblacional y fragmentación del hábitat para presentar la emergencia de “meta poblaciones humanas evangélicas” en el Estado de Chiapas, especialmente en la región de Los Altos enfatizando un breve recuento de la aplicación de ambas concepciones a la problemática migratoria de salida y llegada de los grupos evangélicos a San Cristóbal de Las Casas.
El concepto Meta población
El primer antecedente de la Teoría de las Meta Poblaciones es la Teoría de la Biogeografía de Islas que inició durante la década de los sesenta como un constructo conceptual útil para explicar el problema de la fragmentación de hábitats en biología de la conservación [1]. Esta teoría señala que las islas también llamadas hábitats insulares son de mayores tamaños y más cercanos a la fuente de especies conocidas como áreas continentales por lo cual tendrán un mayor número de especies que aquellas más pequeñas y más alejadas. [2]
El paralelismo entre islas propiamente dichas y áreas protegidas llevó a pensar en la posibilidad de diseñar unas reglas sencillas para el diseño de
reservas fundamentadas en la teoría de McArthur y Wilson [3]. Por su parte, Hanski y Gilpin consideraron la necesidad de bordear el problema desde otra
lente [4]. En la década de los 90 la fragmentación y reducción del hábitat se estudió desde una perspectiva de población referenciando con esto el
aspecto social y minando el potencial explicativo del término comunidad biológica que caracteriza a la Teoría Biogeogràfica de Islas [5]. Aun cuando el
termino meta población parece por demás complejo, no lo es tanto, pues su acepción más simple describe a una “población de poblaciones” [4]. Esta
noción ha sido utilizada por especialistas de la ecología permeando todos los campos de la biología de poblaciones [5]. Dicho término nace cuando se
modifican las nociones acerca de la naturaleza, estructura y funcionamiento de las poblaciones.
Uno de los primeros teóricos que acuña esta idea es Richard Levins quien ha usado el término para analizar las poblaciones de organismos en base a las nociones de conservación de los recursos naturales, sustentabilidad, pérdida, fragmentación y reducción del hábitat. [4] Posteriormente, Harrison y Hasting [7]; Harrison y Taylor [3]; Hanski [8] estudiaron pequeños grupos de insectos distribuidos en parches susceptibles a prontas extinciones debido a accidentes demográficos, amplias fluctuaciones ambientales o a la naturaleza transitoria de su hábitat.
Queremos retomar la idea de fragmentación del hábitat y dispersión de poblaciones orgánicas no humanas como dos conceptos propios de la biología de la conservación de la biodiversidad, que aunque metodológica y empíricamente utiliza sus elementos constituyentes para el análisis de grupos animales y vegetales, consideramos que su constructo conceptual permite comprender el estudio de las poblaciones humanas fragmentadas afectadas debido a interferencias de factores sociales y/o no biológicos como la religión, la política, la economía, etc., como casos de estudio en los cuales se puede aplicar de manera pertinente el concepto meta población.
Por lo tanto, consideramos que algunos conceptos inherentes a las ciencias naturales pueden llegar a iluminar la escena social para dar cuenta de los fenómenos y procesos colectivos que ahí acaecen. En especial, para el caso de este manuscrito, en la explicación de la dinámica de expulsiones de indígenas evangélicos por razón del cambio religioso que se suscitó durante la década de los setenta en la región de Los Altos de Chiapas. Asimismo, cabe señalar que el potencial explicativo del término meta población posibilita dilucidar la dinámica migratoria en torno a procesos de descomposición del ambiente, fragmentación y dispersión de poblaciones humanas.
La fragmentación del hábitat y dispersión de poblaciones son concepciones útiles, subyacentes al concepto de meta población, permiten comprender el comportamiento de asociaciones de individuos humanos sin que su campo disciplinar de pertenencia este insertado en las ciencias sociales, no obstante, posibilita indagar y explicar el devenir de procesos sociales diferentes. Tal es el caso de las expulsiones de indígenas evangélicos por motivo del factor religioso. En esta línea, ambas nociones explican que las poblaciones que tienen un arreglo espacial en secciones (parches), son consideradas como meta poblaciones, sucede cuando la población original se divide en sub poblaciones por la fragmentación del ambiente, fenómeno ocasionado por la aparición de barreras que si son infranqueables, limitan sustancialmente la comunicación entre poblaciones resultantes [9].
El hábitat fragmentado ocasiona la aparición de sub poblaciones a partir de un grupo fundador de individuos que se ha dispersado a zonas nuevas y habitables [10]. En el caso del fenómeno de dispersión se caracteriza por el establecimiento de una población a partir de un grupo fundador de individuos que se ha diseminado a nuevas regiones intercomunicadas por medio de la identificación simbólica del grupo de referencia [11].
En ambos procesos, de no existir una posterior migración o interconexión de individuos entre las poblaciones no podrán considerarse como integrantes de una meta población [11]. Su dinámica dependerá de que exista una comunicación parcial entre sus componentes, pero ésta debe ser menor que la que ocurre dentro de las poblaciones locales, de tal forma, que lo que numéricamente sucede en una población local no afecte la dinámica de ninguna otra que pertenezca a la meta población [6].
El reto en este escrito, en lo sucesivo radica, en revisar brevemente cómo se aplica esta noción para denotar la dinámica de los flujos de expulsados evangélicos en las comunidades de Los Altos de Chiapas. Específicamente, el caso de las emigraciones por conflictos religiosos que se originaron a partir de la división de la comunidad religiosa católica tradicional que conllevó a la separación de los indígenas evangélicos de las actividades tradicionalistas que por varias décadas dominaron la escena pragmática en las comunidades originales. En el siguiente apartado, se estudiará cómo el factor religioso fue un catalizador que desencadenó las dispersiones de población evangélica y orilló a la formación de meta poblaciones humanas religiosas.
El factor religioso como proceso de fragmentación de poblaciones: la formación de “Meta Poblaciones Humanas Religiosas”
Queremos afirmar que el factor religioso es fundamental como proceso de fragmentación de poblaciones y precursor de “meta poblaciones humanas religiosas” específicamente en la población evangélica de Los Altos de Chiapas. La fragmentación de población se inició con la aparición de fragmentación religiosa cuyos orígenes se remontan a los inicios del siglo veinte hasta la década de los setenta cuando diversos credos no católicos aparecieron en la escena regional y estatal realizando actividades proselitistas cuyo fin fundamental fue adherir en sus filas a la mayor cantidad de personas y ocasionar con esto el cambio religioso [12]
El cambio de adscripción eclesial originó que aparecieran diversos procesos conflictivos intracomunitarios que desde la perspectiva de Medina [13] rebasaron las fronteras de los meros conflictos y separaciones de índole religiosa y se insertaron en otras esferas sociales, por ejemplo, la cuestión política y económica. Quiero destacar los agrupamientos y reagrupamientos en torno de la pertenencia a grupos caciquiles y políticos adscritos al partido oficial lo cual generó serias fragmentaciones sociales dentro de las comunidades y una marcada reelaboración de las prácticas políticas.
En la cuestión económica, es preciso distinguir la condición financiera que imperó en las fragmentaciones. En este caso, el factor económico no es el elemento principal que explica el estallido de los flujos de expulsiones de población. No es aconsejable que el fenómeno se deba definir en función de una migración voluntaria, consiente, individual y debido a la exigencia de satisfacer necesidades básicas familiares e individuales. Más bien, de acuerdo con Pérez Enríquez, [14] el problema se suscitó en la esfera de la producción y circulación de bienes de consumo, en contra de usureros e intermediarios que se beneficiaban mediante el intercambio desigual de las ganancias que originaba la venta de alcohol y las concesiones de la empresa de refrescos Coca Cola.
Los caciques tenían controlado el sistema de reproducción de la riqueza que de ningún modo pensaban abandonar. Las diferentes formas de apropiación de la riqueza generada a nivel regional, aunque no influyó de manera definitiva en la religiosidad popular, sirvió como un factor que permitió el desencadenamiento de conflictos [15-16- 17]. En este sentido, considero que el cambio religioso fue fundamental para la fragmentación de población especialmente por dos aspectos, el abandono de prácticas tradicionales y la manifestación de nuevas pugnas y enfrentamientos entre una nueva clase media rural compuesta por comerciantes y los nuevos grupos religiosos contra caciques y líderes tradicionalistas que mantenían el control, la regulación de la economía y el cambio social [18].
La población indígena que profesaba la religión tradicional (catolicismo) se separó y adhirió a tres denominaciones principales, históricas, pentecostales y bíblicas no evangélicas o para cristianas [20]. Esto ocasionó una ruptura definitiva con la forma de concebir el sistema tradicional de organización religiosa y política. Se incrementó considerablemente la convivencia entre los “nuevos” feligreses evangélicos y los adeptos de la religión tradicional. Las relaciones fueron de conflicto puesto que las autoridades gubernamentales y religiosas concebían que el cambio de filiación se convertía en un desafío a su poder y una merma a las ganancias económicas que obtenían a partir de la participación de la población en los sistemas de cargos y fiestas.
El cambio religioso produjo no sólo la separación de los conversos del sistema de creencias sino también del orden político tradicional y económico abandonando los compromisos establecidos con el sistema comunitario que entonces imperaba [19]. Se generaron violentas muestras de intolerancia religiosa que significó la fragmentación poblacional de evangélicos caracterizada por la separación de los nuevos creyentes de su ámbito territorial comunitario, de su forma convencional de concebir la vida cotidiana y los rituales religiosos, así como una dinámica de dispersiones o exilios de indígenas quienes se dirigieron hacia nuevos territorios del estado de Chiapas.
Esta dispersión humana tomó rumbo hacia otras regiones, entre ellas la Selva Lacandona, las Chimalapas (Oaxaca) y San Cristóbal de Las Casas. Esto ocasionó la intercomunicación entre creyentes de los nuevos asentamientos de llegada con las comunidades de salida generando una vinculación constante. El espacio que anteriormente ocupaban en su mayoría las creyentes católicos se dividió derivando con esto en una “fragmentación simbólica del espacio religioso” definido básicamente por la presencia de creyentes afiliados al catolicismo tradicional y los adeptos de las nuevas denominaciones conformando con ello inéditas relaciones sociales caracterizadas por intercomunicaciones con integrantes de su misma fe, con otros credos y con actores sociales inmiscuidos en otros territorios y ámbitos como el político y económico [21]
Este hecho, desde nuestro punto de vista acarreó una recomposición del territorio caracterizado por la presencia de sub poblaciones de evangélicos [22-23-24], que impactaron la región V Altos tsotsil-tzeltal en la cual prácticamente los 19 municipios que la conforman serian los principales testigos de los nexos e interacciones entre los grupos evangélicos y católicos, que interconectados y comunicados entre sí han sido actores fundamentales para la existencia de nuevos grupos religiosos.
A nuestro juicio, la afirmación de dichas “meta poblaciones de evangélicos” tuvo como sello fundamental, entre otras cosas, el incremento progresivo de población evangélica en Chiapas que registró las siguientes cifras, en 1950, 2.13 puntos; 1960, 4.2; 1970, 4.8; 1980, 11.47; 1990, 16.25 y el año dos mil ascendió a 21.88 puntos porcentuales. [14] De acuerdo con la postura de Robledo [25], la población adscrita al catolicismo decaería desde la década de los cincuentas hasta el año 2000. En los cincuenta teníamos 97.47 puntos porcentuales de católicos en la entidad chiapaneca; en 1960, 92.74; 1970, 91.22; 1980, 76.87; 1990, 67.63 y el año 2000, 63.83 puntos totales, registrándose con ello un considerable descenso de católicos en la región.
Consideramos que el factor religioso es un concepto útil que explica la dinámica fragmentada de la dispersión de población humana no sólo en el estado chiapaneco sino en cualquier región donde se presenta este fenómeno. Posibilita observar cómo a partir de la dispersión de población confluyen diversos sujetos con características distintas que interactúan y se relacionan entre sí [26] Ha sido un aprendizaje interesante observar la dinámica evolutiva de los flujos migratorios como dispersiones de población humana en base a altos riesgos de diseminación por causa de factores como la religión y la migración. El concepto de meta población es un elemento que demuestra que las ciencias naturales contienen aspectos que pueden aplicarse al estudio de fenómenos generados en las ciencias sociales, la interconexión y comunicación entre ambas podría derivar en un estudio sobre la génesis de una “meta disciplina” cuya naturaleza biológica y social bien podría facilitar la comprensión de objetos de análisis implicados en ambos campos disciplinares.
Reflexión final
La relación entre dos disciplinas aparentemente diferentes como la sociología y biología aportan elementos interesantes para dar cuenta de fenómenos circunscritos a los campos sociales y naturales respectivamente. Si no en su totalidad, algunos rasgos son perfectamente aplicables a la explicación de diversos fenómenos en los cuales los aportes resultantes posibilitan conocer los eventos de la realidad evangélica desde otras ópticas de análisis. La utilidad de la vinculación entre conceptos devenidos de distintas ciencias es sobremanera fecundo para caracterizar la situación de un fenómeno específico. En especial, hablamos de dos nociones vivificantes para la entender la esencia de la lógica de la realidad social, nos referimos a la meta población y el cambio religioso.
Los dos conceptos, son de gran ayuda para explicar el devenir de los flujos de expulsados por conflictos religiosos en la región de Los Altos de Chiapas. Las referencias en torno a la dispersión de población humana y la fragmentación del hábitat aportan elementos para dilucidar la dinámica y algunas de las características más importantes que posibilitan entender las particularidades de las expulsiones de personas quienes cambiaron de preferencia eclesial, del catolicismo tradicional al cristianismo bíblico y no evangélico.
La relación entre el cambio religioso y la idea de meta poblaciones, desde nuestro punto de vista, permite pensar en una vinculación más estrecha entre las disciplinas naturales y sociales reduciendo la confrontación enemiga entre una y otra. El cambio religioso relacionado con la idea de meta población permitió observar las especificidades subyacentes a los flujos migratorios de población humana evangélica, entendiéndose como dispersiones de población cuyos orígenes se encuentran en la fragmentación religiosa y poblacional especialmente.
Realmente, para los fines del análisis social, fue una novedad aplicar el concepto de meta población al análisis del fenómeno migratorio. Consideramos que las ciencias sociales están muy cerca de las naturales en cuanto a la conciliación de una metodología para explicar eventualidades diversas y sobre todo para edificar, en un futuro no muy lejano, un constructo teórico con el fin de dar cuenta de problemáticas insertadas en ambos campos del saber. La noción de meta población permitió el acercamiento a la explicación de la dinámica expulsiva experimentada en la praxis por la población evangélica en Los Altos de Chiapas.
La desarticulación de una fe dominante provocó en la región de Los Altos fracturas en los sistemas de vida de la población indígena que se queda y también en la población evangélica que va a habitar en otros territorios. Entre otras cosas, se caracterizó por la labor misionera de credos no católicos, los problemas en las esferas de circulación y consumo, el reagrupamiento en torno a intereses partidistas, y la formación de una nueva clase media rural emergente. Estas características forman parte de la noción principal de este manuscrito; “meta poblaciones humanas religiosas” específicamente de corte evangélico.
Sorprende sobremanera que un aspecto como el religioso es suficiente para desencadenar fragmentaciones, dispersiones y la apertura de otros espacios potencialmente habitables que subsecuentemente traen consigo serias consecuencias para la población de las comunidades indígenas. Impresionan las implicaciones evolutivas que posee el factor religioso en los procesos migratorios por conversión religiosa. Este escrito, sólo fue una parte de la inmensa realidad que falta explicar sobre el tema. Nos motiva fuertemente saberlo. Aunque incentiva mucho más la idea de indagar qué hay detrás de la realidad cognoscente, retomarlo y compartirlo con la comunidad académica y personas interesadas con el fin de originar debates pertinentes.
En suma, la utilidad de los conceptos propios de otras disciplinas ubicadas afuera del radio de pertenencia de las ciencias sociales, son nuevas oportunidades para observar la dinámica del “mundo de la vida” con otros anteojos científicos, es decir; los diferentes acontecimientos, fenómenos, estructuras y funcionamientos originados al interior de la vida social y que sólo en ella tienen su correlato fundamental. Claro que existen ciertas limitaciones en la utilización de elementos procedentes de distintos campos de adscripción disciplinar, sin embargo, creemos necesario hacer un esfuerzo por vincular los distintos entramados de análisis.
La fecundidad en el abordaje de una misma realidad mediante dos estilos disciplinarios diferentes; caso concreto la biología y la sociología, son parte de un bagaje analítico que abriría la puerta para una reflexión más profunda y pormenorizada de los fenómenos sociales. La interrelación entre ambas ciencias es posible. La vinculación entre las ideas de meta población y cambio social para explicar los flujos migratorios de población indígena evangélica en Los Altos de Chiapas es una situación que bien puede llevarse a cabo con la colaboración de los expertos en cada materia. No imaginamos el vasto caudal de resultados positivos que potencialmente arrojaría una explicación sustentada en una relación simbiótica de estos dos campos científicos distintos, sin mencionar el rigor y coherencia teórica, metodológica y empírica que dicho uso acarrearía. Finalmente, unificar criterios de trabajo, establecer agendas de investigación y proponer estrategias de análisis en común, sería el comienzo de una relación profesional y temática muy productiva cuyos resultados darían mayor profundidad a las explicaciones sobre lo qué está pasando en la realidad social y natural hoy en día.
Referencias
[1] Caughley, G. (1994). Direction in conservation biology. Journal of Animal Ecology.
UK: British Ecological Society, vol. 63, no. 2, april, pp. 215-244.
[2] Ehrlich, P. R. y Birch, L. C.. (1967). The balance of nature” and population control. The American Naturalist Journal, EE.UU.: University of Chicago, vol. 101, no. 918, march-april, pp. 97-107.
[3] Harrison, S. y Taylor, A. (1997). en: I. Hanski y M. Gilpin (Eds.) Empirical evidence for metapopulation dynamics. London, UK: Academic Press, pp. 27-68.
[4] Hanski, I. y Gilpin, M. (1991). Metapopulation dynamics: brief history and conceptual domain. Biological Journal of the Linnean Society, EE.UU.: Wiley, vol.42, no. 1-2, pp. 3-16.
[5] Wiegand, T., Moloney, K. A., Naves, J. y Knauer, F. (1999). Finding the missing link between landscape structure and population dynamics: a spatially explicit perspective, The American Naturalist Journal, EE.UU.: University of Chicago, vol.154, no. 6, december, pp. 605-627. [En línea] Disponible en:
<http://www.oesa.ufz.de/towi/pdf/WiegandEtAll1999_AmNat.pdf>, consultada: mayo de 2011.
[6] Levins, R. (1969). Some genetic and demographic consequences of environmental heterogeneity for biological control. Bulletin of the Entomological Society of America, EE.UU.: John Hawks, vol.15, no. 3, pp. 237-240.
[7] Harrison, S. y Hasting, A. M. (1996). Genetic and evolutionary consequences of metapopulation structure. Trends in Ecology and Evolution, UK: Elsevier, vol.11, no. 4. April, pp. 180-183.
[8] Hanski, I. (1999). Metapopulation Ecology. Oxford, UK: Oxford University Press, 328pp.
[9] Begon, M., Harper, J. L. y Townsend, C. R. (1996). Ecology: individuals, populations and communities. Oxford, UK: Blackwell Science, 1086pp.
[10] Nelson G. y Platnick, N. (1984). Biogeography. EE.UU.: Carolina Biological Readers, 16pp.
[11] Barton, N.H. y Whitlock, M. C. (1997). The evolution of metapopulations. In Hanski, I. y Gilpin, M. Metapopulation Biology: Ecology, Genetics and Evolution. San Diego, California: Academic Press, pp- 183-210.
[12] Pérez Enríquez, M. I. (1998). El impacto de las migraciones y expulsiones indígenas de Chiapas: San Pedro Chenalho y San Andrés Larrainzar. Chiapas: UNACH, 190pp.
[13] Medina, A. (1983). Los grupos étnicos y los sistemas tradicionales de poder. Nueva Antropología, México: UNAM, vol. V, no. 20, enero, pp. 5-30. [En línea] Disponible en: < http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/nuant/cont/20/cnt/cnt1.pdf >, consultada: noviembre de 2011.
[14] Pérez Enríquez, M. I. (1990). Migración y religión en los Altos de Chispas. Tesis de maestría. México: Universidad Autónoma de Chapingo.
[15] Bastian, J. P. (1989). Los Disidentes, Sociedades protestantes y Revolución en México, 1872-1911. Argentina: Fondo de Cultura Económica, 389pp.
[16] Maurer Ávalos, E. (2000). Los tseltales y tsotsiles ¿cristianos o paganos? Su religión, ¡sincretismo o síntesis? Ponencia presentada en la Reunión Cuarenta años de Investigaciones Antropológicas en Chiapas, Centro Cultural El Carmen en San Cristóbal de Las Casas, julio 19-23.
[17] González Rabanal, M. C. (2004). El control de migraciones y la globalización de las economías ¿Fenómenos compatibles?, Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, España, vol. 51, pp. 101-116. [En línea] Disponible en:
< http://www.empleo.gob.es/es/publica/pub_electronicas/destacadas/revista/numero s/51/Inf05.pdf >, consultado: octubre de 2011.
[18] Angulo, J. (1996). Algunas consideraciones sobre cultura, economía y migración en los Altos de Chiapas. Chiapas: UNACH-IEI, SCLC.
[19] Gutiérrez, D.; León-Cortés, J. L.; Menéndez, P., et al., (2001). Metapopulations of four Lepidopteran herbivores on a single host plant, Lotus corniculatus.” Ecology, EE.UU.: Ecological Society of America, vol. 82, no. 5, may, pp. 1371-1386.
[20] Rivera Farfán, C. (1988). La diáspora religiosa en Chiapas, notas para su estudio. En Chiapas: el factor religioso, Revista Académica para el Estudio de las Religiones, México: UNAM, pp. 173-188. [En línea] Disponible en:
<http://www.revistaacademica.com/TII/Capitulo_9.pdf>, consultada: mayo de 2011.
[21] Bigmore, P. y Perezgrovas, R. (2003). Vida cotidiana en las colonias indígenas en la zona peri-urbana de San Cristóbal de las Casas. Anuario de Estudios indígenas. Chiapas: UNACH-IEI, SCLC.
[22] Morquecho Escamilla, G. (1992). Los indios en un proceso de organización. La Organización Indígena de Los Altos de Chiapas, ORIACH. Tesis de maestría, San Cristóbal de las Casas: UNACH.
[23] Rivera Farfán, C. (2004). Los evangélicos y la política regional. La Alianza Evangélica Ministerial de Los Altos de Chiapas. México: CIESAS.
[24] Hernández Castillo, R. A. (1991). Cambio y reelaboración religiosa: Los testigos de Jehová en una comunidad CHUJ-K´ANJOBAL de Chiapas. Anuario CEI, vol. III, México: Centro de Estudios Indígenas, UNACH-IEI, pp. 113-126.
[25] Robledo Hernández, G. P. (2009). Identidades femeninas en transformación: religión y género entre la población indígena urbana en el altiplano chiapaneco. México: Publicaciones de la Casa Chata-CIESAS.
[26] Gaona, P.; Ferreras, P. y Delibes, M. (1997). Dynamics and viability of a metapopulation of the endangered Iberian lynx (Lynx pardina). Ecological Monographs, EE.UU: Ecological Society of America, vol. 68, pp. 349-370. [En línea]: < http://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/jonate/Ecologia/Tema%2025/Delibes199 8.pdf >, consultada: mayo de 2011.