Rev. del Centro de Inv. (Méx.) Vol. 10 Núm. 40 Jul. - Dic. 2013
111
Los nuevos movimientos
religiosos como formas
inéditas de organización
eclesial y sociopolítica
Jaime Uribe Cortez
Estudiante Doctorado en Ciencias con
Orientación en Ecología y Desarrollo Sustentable
E-mail: uribejaime@yahoo.com.mx
Colegio de la Frontera Sur
Unidad San Cristóbal de Las Casas
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas
Recibido: Marzo 8, 2013, Aceptado: Septiembre 5, 2013
Resumen
Este manuscrito da cuenta de las características que se consideran más representativas
acerca de la génesis de los movimientos religiosos en Chiapas como formas de
organización eclesial y política. En el devenir de la historia de México se ha presentado el
nacimiento de movimientos sociales de distintos tintes, por ejemplo, estudiantiles,
campesinos, laborales, culturales, etc., que han remodelado la vida social y han puesto en
la lente internacional a la nación. También han aparecido movimientos religiosos que
contienen nuevas maneras de organizarse eclesial o religiosamente con el fin de defender
los derechos humanos de algunas minorías étnicas y abrirse paso en campos de acción
como el comercial, económico y político. Debido a que estos movimientos han
reconfigurado la escena socio política y cultural de la frontera sur de Chiapas, el objetivo
de este escrito es explicar la génesis de su aparición, detallar algunas de sus
características y mencionar los más importantes con el fin de compartir su nacimiento y
desarrollo.
Palabras clave: movimientos religiosos, organización eclesial, fragmentación social,
sociopolítica y pluralidad religiosa.
New religious movements as innovation forms
of ecclesial and sociopolitical organization.
Abstract
This manuscript realizes of the characteristics that are considered to be more representative
brings over of the genesis of the religious movements in Chiapas as forms of organization
ecclesial and political. In to develop of the history of Mexico has appeared the birth of social
movements of different dyes, for example, student, rural, labor, cultural, etc., that has
remodeled the social life and has put in the international lens to the nation. Also there have
appeared religious movements that contain new ways of being organized ecclesial or
religiously in order to defend the human rights of some ethnic minorities and way be made
in fields of action as commercial, economically and politically. Due to the fact that these
movements have re-formed the scene partner political and cultural of Chiapas's south
Rev. del Centro de Inv. (Méx.) Vol. 10 Núm. 40 Jul. - Dic. 2013
112
border, the aim of this writing is to explain the genesis of his appearance, to detail some of
his characteristics and to mention the most important in order to share his birth and
development.
Keywords: religious movements, organization ecclesial, social fragmentation, sociopolitical
and religious plurality.
“Indio americano, unamos la voz, del Inca y Arándano,
del Maya y del Araucano, cantemos al mismo son,
en un movimiento común de amor”.
Hernaldo Zúñiga [1]
Introducción
En México es hasta la segunda mitad del siglo XX cuando la pluralidad religiosa cobra
notoriedad, sobre todo en las fronteras norte y sur que desde los años setenta se
caracterizaron por el crecimiento de la oferta religiosa de agrupaciones no católicas y
organismos para eclesiásticos cuyos móviles y fines rebasaron las fronteras de lo
meramente religioso.
Los nuevos movimientos religiosos definidos como la unión de actores eclesiales
organizados socialmente que resisten y cuestionan el poder estatal y reivindican la
participación de la sociedad civil [2], se constituyeron a partir de la fragmentación social y
el brote de nuevas formas de acción colectiva en México y toda Latinoamérica [3].
En este sentido, los nuevos movimientos religiosos son formas inéditas de organización
eclesial y sociopolítica [4] se caracterizan por “las reiteradas críticas y reprobación al
estado, y por los discursos culturales provenientes de la globalización, especialmente la
participación de la sociedad civil” [5]. Asimismo, su fuente de inspiración emana de varios
campos de acción como el político, económico, cultural, social, etc. [6].
Van desde las protestas contra el gobierno hasta la reivindicación de los derechos
humanos. Surgen como antecedente de los movimientos contraculturales que irrumpieron
en la escena nacional a mediados de la década de los noventa con el fin de demandar el
respeto a los derechos de las minorías y la dignidad de la mujer. Se hace notoria su
presencia desde los inicios de la década de los noventa con la revolución mexicana, 1910.
La guerra cristera en 1926. Los movimientos feministas en 1953 alcanzarían el derecho a
la ciudadanía de la mujer, además de conseguir que las mujeres votaran a partir de ese
mismo año.
En la década de los sesenta destacaría el surgimiento de varios movimientos sociales
de distintas formas sociopolíticas. Destacan los movimientos estudiantiles en todo el país,
con referencia específica en la revuelta de Tlatelolco en el año 1968 que derien la
masacre de cientos de estudiantes en esa entidad del Distrito Federal. Sobresale el
movimiento anti fraude electoral en 1988 después de la victoria de Carlos Salinas de Gortari
y el movimiento zapatista que estalló en 1994.
Otros de índole eclesial, novedosos en el sentido de establecer un puente entre la
sociedad indígena de la frontera sur de México y el gobierno federal. Especialmente en
Chiapas, los movimientos de población perteneciente a una etnia indígena como lo son los
tzotziles y los tzeltales tuvieron un papel preponderante para reconfigurar la dinámica social
y política de los Altos.
En esta región, aparecieron movimientos de cuño religiosos surgidos como formas
inéditas de organización clerical y sociopolítica en regiones de la República Mexicana, el
norte y la frontera sur de México especialmente, la región V Altos de Chiapas que abarca
19 municipios, la mayoría indígenas entre los que destacan Chamula y Zinacantán,
Rev. del Centro de Inv. (Méx.) Vol. 10 Núm. 40 Jul. - Dic. 2013
113
organizados de acuerdo al sistema tradicional mediante un sistema de cargos y un sistema
de fiestas los cuales rigen la vida comunitaria en dicha región.
Esta forma de organización fue impactada por la presencia de asociaciones no
católicas y de misioneros evangelizadores quienes con su mensaje bíblico lograron afiliar
a la población indígena e insertarlos en su estructura doctrinal. Con ello, se produjeron
choques violentos entre la nueva clase media rural conformada por maestros rurales
bilingües y comerciantes contra caciques y políticos quienes detentaban y “manipulaban”
los recursos económicos y los medios de poder allí imperantes.
Esto originó flujos de indígenas y evangélicos, que expulsados y violentados en sus
comunidades natales y que considerados como migrantes forzados; fueron orillados a dejar
sus tierras y propiedades para establecerse en otros territorios en San Cristóbal de Las
Casas y Chalchihuitan con el fin de abrir inéditas colonias constituidas en su mayoría por
población tzotzil y tzeltal.
Una vez en establecidas las nuevas colonias, la población expulsada, a través de
liderazgos étnicos y una emergente feligresía regional instituyeron organizaciones de
ayuda y defensa de los derechos humanos identificados por la cooperación entre pastores
y líderes políticos, y a nivel de los creyentes como la relación entre pastores feligreses,
etc.
A la formación de estas nuevas organizaciones se le atribuye la decisión de los
pastores de reunirse a nivel local y estatal lo cual representa un cambio de estrategias en
la evangelización y en el “pastoreo” de los feligreses. También es parte del reconocimiento
mutuo que resulta de la nueva identidad evangélica basada en la participación política,
protesta social y el cuestionamiento gubernamental en la región de Los Altos de Chiapas.
De acuerdo con Álvarez los movimientos religiosos no se restringen a los rituales dentro
del espacio cultico, sino que desafían las formas establecidas de comprender la práctica
política y su relación con la cultura, la economía, la sociedad y la naturaleza [7].
En esta tesitura, se considera que hay antecedentes suficientes que esclarecen el
nacimiento y conformación de algunos movimientos religiosos que como organizaciones
eclesiales producen y reproducen prácticas políticas, sociales y económicas en la zona de
Los Altos, a nivel estatal y nacional. Se movilizan como grupo social participando de
diversas actividades, manifestando inconformidades y adoptando conductas propias del
campo político que les ayuda a ser atendidos por las autoridades y la sociedad civil. En las
siguientes líneas se procedera a revisar los más significativos.
Movimientos evangélicos como grupos sociales
Durante la década de los ochenta, explícitamente en 1982 aparecen el Comité de Defensa
de Amenazados, Perseguidos y Expulsados del Estado de Chiapas bajo el impulso de la
diócesis de San Cristóbal y el Consejo Regional Indígena de Los Altos de Chiapas
(CRIACH), quienes al principio estatuyeron demandas de tipo social, económico y político
aunque con el paso del tiempo tomaron como propios las denuncias de las expulsiones de
evangélicos en las localidades alteñas [8]. En el año de 1988 nace la ORIACH, con una
cobertura territorial más amplia, y con la participación de organizaciones sociales ya
existentes cuyos fines fundamentales se refieren al ensanchamiento de las facultades
sociales y políticas de sus líderes y agremiados.
Posteriormente, bajo el liderazgo activo de actores institucionales, emergieron
intermediaciones particulares insertadas en ámbitos de acción político, jurisprudencia y en
el desarrollo social. En este tenor, aparece en la escena municipal de la década de los
noventa el Comité Estatal de Defensa de Los Evangélicos del Estado de Chiapas
Rev. del Centro de Inv. (Méx.) Vol. 10 Núm. 40 Jul. - Dic. 2013
114
(CEDECH) con epicentro en el municipio de San Cristóbal dedicándose principalmente a
la defensa legal de los grupos protestantes agredidos en sus comunidades [9].
Emergieron otras agrupaciones representantes de los intereses indígenas y
políticamente organizadas, por ejemplo, la Alianza Ministerial Evangélica de Los Altos de
Chiapas en 1992 formada en el contexto de las coyunturas políticas regionales y las
constantes expulsiones por motivos religiosos, dirigida en sus inicios por Abdías Tovilla
líder de la Comisión Evangélica de Defensa del Estado de Chiapas, Esdras Alonso
presidente del “Ejercito de Dios” y actualmente por Emiliano Sánchez, líder de la Iglesia
Independiente Tzotzil de Los Altos [10]. Fue cambiando y ampliando su rango de acción
hasta extenderse política y económicamente para constituirse como un movimiento que
aglutina a diversas asociaciones religiosas [11].
Por su ´parte el “Ejercito de Dios” se distingu por el acelerado incremento en el
número de adeptos; una alianza fugaz con la Iglesia de Cristo en Restauración “Elohimen
1998 y un crecimiento considerable en el número de casas de oración en la región de Los
Altos [12]. A finales de la década de los noventa, se incrementaron hasta cuarenta las
comunidades donde hay presencia de esta organización [13]. Este movimiento se ha
caracterizado por detentar una especie de escalafón militar que por su estructura de
mando, visten uniformes camuflados y boinas verdes, en sus actos públicos empuñan
cuernos de antílope cual si fuesen armas largas para simbolizar que están listos para
reaccionar contra las violaciones a los derechos humanos de creyentes evangélicos [14].
Subsecuentemente, también en la década de los noventa nació la Confraternidad de
Iglesias Evangélicas del Estado de Chiapas con sede en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez;
concentró a por lo menos 350 asociaciones religiosas por todo el estado y con presencia
de sobra a nivel nacional [15]. La confraternidad se ubicó en la capital Tuxtla Gutiérrez e
incluyó a distintas denominaciones evangélicas no católicas constituyendo una unidad
regional eclesial a nivel estatal erigida para discutir asuntos importantes en escalas
sociales, políticas y religiosas.
Cabe mencionar que no sólo han aparecido movimientos de índole evangélica. De
manera indirecta a través del Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las
Casas”, fundado en 1989 y el Comité de Defensa Evangélica “Esteban” fundado en 2002,
la diócesis de San Cristóbal ha mantenido un papel activo en torno a los conflictos y su
resolución política y jurídica, dedicándose a la defensa de los derechos humanos de
cualquier creyente agredido, incluyendo no católicos [16].
A la par de las anteriores, surgieron otras con metas ligadas a la venta y
comercialización de sus productos agrícolas y artesanales. Se trata de la Organización de
Pueblos Evangélicos del Estado de Chiapas (OPEACH) en 1995, la Organización de los
transportistas Emiliano Zapata (OCEZ) y la Sociedad Cooperativa para el Mejoramiento de
Nuestra Raza (Scopnur). Asimismo, otras instancias civiles, estatales y religiosas han
jugado un rol central en la búsqueda de mecanismos de encuentro y diálogo, por medio de
consejos inter religiosos ubicados en la zona de Los Altos y Tojolabal.
El objetivo ha sido evitar conflictos entre instituciones religiosas y se busca el encuentro
entre líderes para establecer diálogos a fin de evitar cualquier eventualidad asociada con
el pasado. Estos movimientos nacieron durante la década de los ochenta, se trata del
Consejo Estatal de Iglesias Evangélicas de Chiapas (CEIECH), el cual opera en todo el
estado. Es una asociación “fraternal” cristiana formada por representantes de las
asociaciones religiosas y civiles evangélicos debidamente acreditados, reconocidos por el
gobierno estatal y por la comunidad no católica. Una de sus actividades más importantes
consiste en detener la impunidad a favor de los agresores y buscar el apoyo de la
ciudadanía para concientizar a la sociedad respecto de la detención de los responsables
Rev. del Centro de Inv. (Méx.) Vol. 10 Núm. 40 Jul. - Dic. 2013
115
de cometer actos violentos contra creyentes no católicos e incluso contra católicos
diocesanos [17].
Su líder es Clever Salazar Mendiguchia hermano del ex gobernador, Pablo Salazar.
Esta institución no trabaja aisladamente, en conjunción con la Alianza Pastoral de Los Altos
de Chiapas que floreciera a mediados de la década de los noventa, dirigida por el pastor
Salomón Molina López se dedicaron a la capacitación de los pastores adscritos con el fin
de construir argumentos viables frente a las autoridades gubernamentales para solicitar su
intervención en el cese de las expulsiones religiosas durante la década de los noventa. Sus
principios son de carácter moral, político y espiritual. La finalidad primordial es servir como
organismo representativo de las Iglesias Evangélicas del Estado ante las autoridades
federales, estatales y municipales, así como ante los medios de comunicación y la sociedad
civil.
Por otro lado, en el norte del país, aunque no dedicados a la defensa de creyentes, se
localizaron otros movimientos orientados a la captación de nuevos evangélicos, la
preparación litúrgica de pastores y la inserción en espacios públicos; la Alianza de
Ministerios Evangélicos del Noreste de México se formó a finales de los ochenta como una
institución capacitada en los discursos políticos cuyos objetivos religiosos y sociales
incentivaron el aumento del número de las iglesias evangélicas y la colocación de sus
adscritos a través de la incursión en ámbitos municipales tales como el comercio y el
gobierno [18].
Todos estos movimientos son los mejores ejemplos de organizaciones sociales
agrupadas para manifestándose políticamente con el fin de transformar una parte de la
realidad municipal. Todos y cada uno han impactado en mayor o menor medidas las fibras
gubernamentales y sociales consiguiendo beneficios diferentes e insertarse en los
diferentes espacios que ofrece la ciudad de San Cristóbal [19].
Finalmente, la tendencia a negociar con las autoridades ha devenido en la inserción a
los diferentes espacios, llámese mercados, autotransportes, venta de artesanías, por decir
algunos cuantos Los movimientos de corte evangélico se han consolidado en ámbitos
económicos y políticos, han producido liderazgos evangélicos y alianzas con partidos
políticos, lo cual ha dado nueva vida a las generaciones posteriores de desplazados
indígenas, a la dinámica social del municipio, y con ello han podido acceder al
reconocimiento público y diversos espacios comerciales [20].
Referencias
[1] Zúñiga, H. (1976). Raíces americanas. Álbum del arco iris, una canción.
[2] Barabas, A. (2002). Utopías Indias. Movimientos socio religiosos en México. México:
INAH-Plaza y Valdés, 225pp.
[3] Offe, C. (1985). New Social Movements: Challenging the Boundaries of Institutional
Politics. Studies of Social Research, E.U: Academic Journal, vol. 52, no. 4, december,
pp. 817-68.
[4] Melucci, A. (1980). The New Social Movements: A Theoretical Approach. Social
Science Information. American Journal of Sociology. E.U.: University of Chicago, vol.
86, no. 2: pp. 199-226.
[5] Touraine, A. (1985). An Introduction to the Study of Social Movements. Studies of
Social Research. E.U: Academic Journal, vol. 52, no. 4: pp. 749-787.
[6] García Aguilar, M. C. (1997). Las organizaciones no gubernamentales en Chiapas:
algunas reflexiones en torno a su acción política. en Anuario 1997. Chiapas, México:
CESMECA, pp. 37-80.
Rev. del Centro de Inv. (Méx.) Vol. 10 Núm. 40 Jul. - Dic. 2013
116
[7] Álvarez, S. (1992). The Making of Social Movements in Latin America: Identity, Strategy
and Democracy. Boulder. U.S.A.: Westview Press, 402pp.
[8] Morquecho Escamilla, G. (1992). Los indios en un proceso de organización. La
organización Indígena de Los Altos de Chiapas. ORIACH. Tesis de maestría, UNACH,
San Cristóbal de las Casas.
[9] Robledo, G. (2010). Vivir en frontera. Movimientos socioreligiosos en Chiapas y
Guatemala. Revista Liminar. Estudios sociales y humanísticos, México: Universidad
Autónoma de Chiapas, año 8, vol. VIII, núm. 2, diciembre, pp. 182-190.
[10] Kauffer, E. (2002). Movimientos migratorios forzosos en la frontera sur: Una revisión
comparativa de los refugiados guatemaltecos en el sureste mexicano. en Identidades
migraciones y género en la Frontera Sur de México, México: SCLC, pp. 215-242.
[11] Rivera Farfán, C. (2007). Acción política de organizaciones evangélicas en los Altos de
Chiapas. Conflictos locales y religiones globales. Revista Iztapalapa. México:
Universidad Autónoma Metropolitana, año 28, vol. 1, no. 62-63, pp. 15-27. [En línea]
<http://tesiuami.uam.mx/revistasuam/iztapalapa/include/getdoc.php?id=1587&article=
1631&mode=pdf>, consultada: septiembre de 2012.
[12] Rivera Farfán, C. (2001). Expresiones del cristianismo en Chiapas. Una sociografía
religiosa. Pueblos y Fronteras. México: PROIMMSE-UNAM, no. 1, pp. 67-91. [En línea]
Disponible en:
<http://www.pueblosyfronteras.unam.mx/a01n1/pdfs/4_expresiones_cristianismo.pdf>
consultada: septiembre de 2012.
[13] Gaxiola, M. J. (1993). Las cuatro vertientes del pentecostalismo en México: Iglesias
Unipentecostales, Misioneras o “Clásicas”, Autóctonas y Neo-Pentecostales. Ponencia
presentada en la XXIII Asamblea Anual de la Sociedad para los Estudios
Pentecostales, Guadalajara, Jalisco, México, 11-13 de noviembre.
[14] Bastián, J. P. (1997). La mutación religiosa en América Latina. Para una sociología del
cambio social en la modernidad periférica. México: FCE, 230pp.
[15] Garma C. (1998a). Liderazgo, mensaje religioso y contexto social”. Cristianismo y
sociedad. México: UAM, año XXVI, no. 95, pp. 89-99.
[16] Rivera Farfán, C. (1988). La diáspora religiosa en Chiapas, notas para su estudio. en
Chiapas: el factor religioso, 2a. parte, cap. 9. México: Publicaciones para el Estudio
Científico de las Religiones, pp. 173-188.
[17] Garma C. (1988b). Los estudios antropológicos sobre el protestantismo en xico.
Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. Antropología Nuevas Perspectivas.
México: Universidad Autónoma Metropolitana, pp. 53-66. [En línea] Disponible en:
<http://tesiuami.uam.mx/revistasuam/iztapalapa/include/getdoc.php?id=1140&article=
1166&mode=pdf>, consultada: septiembre de 2012.
[18] Galaviz, G. (2005). El cambio religioso en la frontera norte de México (1950-2000).
Tesis de licenciatura en historia, Escuela de Humanidades, Universidad Autónoma de
Baja California, Tijuana.
[19] Hvoustoff, S. (2009). La comunidad abandonada. La invención de una nueva indianidad
urbana en las zonas periféricas tzotziles y tzeltales de San Cristóbal de las Casas,
Chiapas, México (1974-2001). en Estrada, M. Chiapas después de la tormenta:
Estudios sobre economía, sociedad y política. México: El Colegio de México, Gobierno
Estado de Chiapas, Cámara de Diputados, LX Legislatura, 633pp.
[20] Rus J. (2008). Una relectura de la etnografía tzotzil: la antropología y la política en Los
Altos de Chiapas, 1955-2000. Anuario CESMECA, México: UNICAH, pp. 337-370.