Rev. del Centro de Inv. (Méx.) Vol. 10 Núm. 40 Jul. - Dic. 2013
software, asesoría, entre otros, proporcionados o creados por recursos humanos altamente
calificados. Las materias primas y mano de obra poco calificada no son, en muchos de los
casos, los principales componentes de los costos, de manera que la investigación que
genere nuevo conocimiento y nuevas formas de aplicación práctica del mismo y los
espacios de formación de mano de obra altamente calificada o "mente de obra", se
convierte en una actividad fundamental que ha sido ya revalorada por casi todas las
naciones.
«La importancia del impacto que la ciencia tiene sobre todas las actividades de la vida
cotidiana, obliga también a que el proceso incluya, indispensablemente, una labor de
difusión hacia la sociedad. Es necesario aumentar el interés y preocupación sobre el
desarrollo científico, al menos al mismo nivel en que se ocupa de otras actividades de
creación intelectual ya que, como el arte, la ciencia sólo puede tornarse en cultura en la que
se aplique al entorno social más amplio posible, se incorpore plenamente a los procesos de
trabajo diario, y se transforme en conciencia social.»[1]
Este primer apartado, nos enuncia claramente la necesidad y la importancia de una
Investigación Científica, pero, también Humanística y Tecnológica. Las diferentes
explicaciones de los tipos de investigación nos permite identificar claramente el valor
científico, sin embargo, quiero plantearles la recuperación del aspecto Humanístico, tan
necesario y tan difícil de lograr al mismo tiempo, parafraseando alguna de tantas historias
sobre este punto en un lenguaje coloquial: cuentan que un día, varios Dioses se
preguntaban dónde podían esconder el secreto del éxito. Uno propuso que en el fondo del
mar, pero otro respondió que no era un buen lugar, porque en un maremoto saldría a la
superficie y sería encontrado. ¿En qué otro sitio? se preguntaban, pensaron que en el
centro de la Tierra sería un buen lugar, pero otro Dios, replicó que no, porque un volcán
haría erupción y arrojaría a la superficie el secreto más buscado; un tercer Dios señaló: ¡Ya
sé dónde! :
““Escondámoslo en el interior del ser humano”.
Seguramente ahí será difícil de encontrar, pues exige conocimiento propio, búsqueda
y tenacidad cualidades poco comunes entre los mortales.
¡¡SOLAMENTE LOS COMPROMETIDOS Y LOS TENACES LO PODRÁN
DESCUBRIR!!
Lo anterior, busca enfocar este sentido humanístico a la búsqueda del éxito, pero, de
un éxito personal basado en el conocimiento propio, construido y contextualizado a su
realidad, sustentado en la ética, lo cual nos pondría en una dimensión diferente dónde
valoraríamos más el cuidado de la naturaleza y del medio ambiente en general.
Conclusiones
Lo invito a reflexionar sobre algunos aspectos, identificando el término enseñar en el
sentido de formar, ya sea, como profesionista capacitando a un colaborador, como asesor
o capacitador empresarial, como docente o simplemente como padre, hermano, tío, sobrino
o amigo, ¿Cómo enseñamos actualmente?, si enseño lo que sé, estaré enseñando pasado,
si por el contrario, enseño lo que hago, entonces estaré enseñando presente y
desarrollando competencias, competencias que me sirvieron a mí en mi experiencia, con
mis actitudes, con mis aptitudes, pero no, lo que otra persona necesita o el ámbito dónde
ella se desempeñará. Por consiguiente, lo que necesitamos es formar para el futuro:
“Aprender a Aprender” lo cual implica un compromiso personal de quien desea aprender y
para el formador docente, asesor, consultor implica el uso de técnicas que permitan en
primer instancia, que el aprendiz sea capaz de identificar las fortalezas que posee, las
oportunidades que puede generar con ellas y las competencias que necesita desarrollar
para aprovechar las oportunidades presentes y generar nuevas. Es precisamente por esto,