COMPROMISOS CON LA CIENCIA, LA INVESTIGACIÓN Y LA SOCIEDAD

Reflexiones sobre las inplicaciones éticas de lainvestigación en ciencias sociales

Artemio Arroyo Mosqueda, Verónica Kuge Antonio Lorenzo Monterrubio, Cannen Lorenzo Monterrubio, Arturo Vergara Hemández, Elena Ve"ez Aretia. Coordinación: Verónica Kugel.

Centro de Investigaciones del Instituto Hidalguense de Desarrollo Cultural e Investigaciones Sociales

RESUMEN

En el presente trabajo, se discuten las experiencias acerca de problemas de ética de cinco Investigadores del Instituto de Investigaciones del Estado de Hidalgo. Se presentan las conclusiones de un seminario de investigación en ética.

ABSTRACT

The current paper discusses the experiences about ethical problems of five researchers of the Instituto de Investigaciones del Estado de Hidalgo. The conclusions of a seminar in research ethics is presented.

INTRODUCCIÓN

Este texto es el resultado de discusiones llevadas a cabo en un seminario cuyo propósito fue compartir, desde la práctica de cada uno de los miembros, experiencias y criterios sobre las implicaciones de nuestro trabajo de investigación. Nos cuestionamos esencialmente a dos niveles: nuestra responsabilidad hacia las personas y grupos que son el sujeto de nuestros estudios y nuestra responsabilidad hacia el público a quien proponemos el resultado de estos estudios.

El seminario estaba compuesto por cuatro antropólogos, una arqueóloga y un arquitecto. Para dar fe de la diversidad de puntos de vista que se pueden generar desde las tres disciplinas, cada uno de los investigadores contribuyó con un pequeño relato sobre una situación que lo cuestionó personalmente.

Más que llegar a un consenso, el seminario buscó ser un espacio en el que nos detuviéramos a reflexionar. En la práctica profesional muchas veces nos dejamos llevar por la dinámica de nuestra investigación, dando por hecho nuestro criterio ético. Vale la pena, de vez en cuando, tomarse el tiempo de confrontar esta práctica con nuestros principios. Es en este sentido que se presenta nuestra reflexión.

LA INVESTIGACIÓN CIENTIFICA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

En términos generales, la investigación científica tiene corno finalidad ampliar los conocimientos sobre los procesos de la realidad: la naturaleza, el hombre, la sociedad. Este conocimiento científico requiere ser sistemático y verificable.

Surge inmediatamente la pregunta sobre la uti idad de la investigación: ¿Puede plantearse como meta el conocimiento por el conocimiento mismo? ¿Puede considerarsl3, también, que el resultado de la investigación científica deba aportar necesariamente algo en beneficio del hombre?


Las ciencias sociales son generalmente cuestionadas de manera más aguda en cuanto a su utilídad. Sin duda una respuesta oportuna tendrla que ver con el hecho necesario de presentar un cuadro coherente de la vida humana. Ahora bien, este cuadro o propuesta explicativa ordenada de las relaciones entre los hombres puede a su vez ser cuestionado en cuanto a su justificación o razón de ser.

Conocer y entender los diversos niveles en las relaciones creadas entre los hombres, a la vez que las circunstancias que las han determinado, tanto en la historia como en la actualidad, puede de hecho ser útil para la construcción de una convivencia más justa y adecuada. Sin embargo, ¿es necesario justificar toda investigación mediante una aplicación práctica inmediata?

En cualquiera de los casos, el saber adquirido sólo tiene sentido, más allá del individuo que lo investiga. si es comunicado a los demás. El lenguaje académico, necesario en gran medida por su mayor precisión, muchas veces limita el acceso al conocimiento a un grupo particular de personas: las relacionadas con la actividad científica. El impacto social de este tipo de investigación se limita, finalmente, a las áreas reducidas de los institutos o universidades. ¿Qué lugar debe otorgarse a la divulgación de la ciencia?

De cualquier manera, tanto la investigación "pura" de la realidad social como la "aplicada" se enfrentan a fenómenos que implican los intereses de los individuos relacionados en sociedad. Esta dinámica de las relaciones sociales resulta el marco en el que cualquier investigador social tiene que involucrarse. de un modo u otro. ¿Hasta dónde es posible mantener una neutralidad u objetividad cientifica en la investigación social? ¿Es importante (y posible} conservarla a toda costa. o es válido "tomar partido", siempre y cuando esto sea explicito? En nuestra tarea como investigadores, ¿nos definimos como académicos, humanistas, militantes? ¿Hay un momento para cada postura? ¿Dónde están los límites?

Hay muchas reflexiones teóricas sobre estos problemas. Aquí los abordaremos desde los aspectos más concretos de la actividad del investigador social. Nos cuestionaremos. por ejemplo, sobre las actitudes concretas en la interacción con las personas o grupos estudiados, los efectos de la presencia del investigador en estos grupos, las consecuencias, para ellos, de la publicación de los resultados del estudio. Estas interrogantes se plantean, no desde la teoría, sino a partir de situaciones concretas, muchas de ellas conflictivas, ya que las dificultades que presentaron para el investigador resultan particularmente instructivas.

No todos los temas de investigación alcanzan altos grados de conflicto; tan es cierto, que los estudios sobre folklore (comida tipica, ropaje, cuentos y leyendas, etc.} son estimulados muchas veces por las propias comunidades. en el entendido de que con ellos puede revalorarse su identidad desde el exterior. En oposición a esto, las temáticas politicas y religiosas son mucho más problemáticas para el científico social, más aún, cuando trabaja en comunidades donde las diferencias han antagonizado superlativamente a sus miembros y los intereses en juego son tan irreconciliables para los involucrados, que es diflcil escapar de la tensión existente.

Las investigaciones necesitan de la colaboración de las personas o grupos estudiados. Estos pueden, con razón, preguntar por la reciprocidad: ¿qué beneficio les aporta la actividad en la que están apoyando al investigador? Aquí también, la gama de situaciones es amplia. Si un análisis de cuentos y leyendas, por ejemplo. puede parecerle interesante a la comunidad en la que éste se efectúa, una investigación sobre cacicazgos rurales, al contrario, puede entrar en conflicto con intereses creados, encontrando oposición entre quienes buscan mantener privilegios e incluso entre aquellos que los sufren y temen represalias si colaboran abiertamente con el estudioso. ¿Qué ofrecemos a los sujetos de nuestra investigación? ¿Por qué los ponemos en peligro? ¿Para qué? ¿Hasta dónde nos toca asumir las consecuencias de los resultados de nuestro trabajo académico?


LA AMBtGÜEDAO DEL TRABAJO DEL INVESTIGADOR SOCIAL

Precisamente porque el centro de las preocupaciones del investigador social es el hombre. no puede dejar de preguntarse cuáles van a ser los efectos de su estudio sobre ese hombre: no sólo sobre el sujeto de su estudio, sino también sobre la sociedad en general. Existe una tensión entre lo estrictamente académico y la preocupación inmediata por el bienestar del hombre. Esta tensión es más o menos aguda según lo que se esté estudiando concretamente. ¿Nuestro estudio fomentará una mayor comprensión, una actitud más tolerante y plural, hará ver injusticias, creará opinión pública en torno a los temas que plantea?

¿Queremos transformar la sociedad, o simplemente describirla? ¿Qué tanto queremos hacerlo desde nuestro punto de vista? ¿Qué tanto le damos cabida al punto de vista de los sujetos de nuestro estudio (y no sólo a nuestra interpretación del mismo)? Todas estas interrogantes nos colocan en una posición de ambigüedad, que involucra diversos aspectos.

Buena parte de esta ambigüedad se deriva de la técnica de observación/participación, común sobre todo en antropología. Concebir la observación de la realidad a distancia, para evitar la pérdida de la objetividad, parece un método completamente impracticable. Se presenta, pues, la propuesta metodológica de la observación participante, cuya caracterfstica principal es el más amplio involucramiento con la vida diaria, a fin de conocerla en sus partes íntimas y finas, asi como en sus relaciones complejas .

Esta metodología puede implicar dificultades -concretas, como por ejemplo:

1) Cuando el grupo de estudio se encuentra dividido en facciones por algún motivo. Aún cuando el investigador pueda sentir preferencia por alguna de ellas.generalmente tiene cuidado de no ser identificado como miembro simpatizante de alguno, pues de esta manera estaría cerrándose las puertas del grupo contrario. La neutralidad y el desinterés personal manifiesto hacia el conflicto parecen deseables para la objetividad del estudio. pero ¿son posibles?, ¿son deseables bajo cualquier circunstancia?

2) Cuando se estudian grupos cuyo común denominador es una fuerte identificación mental,ya sea de tipo ideológico, étnico o religioso. En estos casos, la característica principal es una gran intolerancia y la autodefinición del grupo y/o su líder se presenta como la única instancia válida, portadora de conocimientos y verdades trascendentales. Es precisamente la gran intolerancia y sobrevaloración del propio grupo lo que dificulta el trabajo del investigador social, quien a veces, incluso. debe esconder su identidad bajo el disfraz del simpatizante o iniciado.

La necesidad que tiene el grupo de ubicar al investigador dentro del conflicto que vive se hace patente en la experiencia de Arturo Vergara en una situación de lucha sindical (anexo 1).

En el marco de su investigación el estudioso puede encontrarse ante situaciones humanas que lo interpelan y pueden llevarlo a la denuncia, lo cual también conlleva ciertas limitantes. De esto nos habla Elena Velez, que se vio envuelta, más allá de su propósito de investigación, en un conflicto municipal (anexo 2).

Como vemos, se presenta una serie de ambigüedades en el quehacer del investigador social, por un lado como científico y por el otro como humanista, militante o hasta político. La definición de los compromisos del investigador en su quehacer científico puede ayudarnos a analizarlas con mayor precisión.

COMPROMISOS DEL INVESTIGADOR SOCIAL CON SUS SUJETOS DE ESTUDIO

En principio,la investigación social no reporta ningún beneficio concreto y a corto plazo al grupo estudiado. Enfrentarse a la reciprocidad constituye, de hecho, un problema ético para el investigador social. Esta retribución debe concebirse más bien a largo plazo y de distintas maneras.


El trabajo antropológico, por ejemplo, implica la estrecha e intensa relación entre el investigador y el grupo o sociedad que investiga, es decir, su convivencia e interacción con un grupo de personas unidas por alguna característica común. Asi, los campes inos, los obreros y sus sindicatos. los grupos religiosos,

los movimientos urbano-populares, las minorfas étnicas, etc., son el medio por excelencia donde tiene lugar ta práctica del antropólogo. Sin embargo, al estar estos grupos constituidos po< personas actuantes y pensantes, con pautas. motivaciones e intereses propios, en muchas ocasiones se torna diflcil y tenso el proceso de investigación, en la medida que implica la irrupción de un extraf'lo (el investigador) en un medio ajeno a él. Los miembros del grupo pueden sentirse incomodados, al ver alterada su vida o actividad por la presencia de alguien que no cesa de observar, preguntar y anotar toda la información que obtiene. Esto se agrava cuando el investigador, por razones éticas, manifiesta su intención de dar a conocer el resultado de sus pesquisas a través de algún medio escrito.

Conforme el investigador se íntegra a la vida del grupo donde trabaja y va creando lazos con sus miembros, frecuentemente acaba encontrándose con una situación que le exige una definición dentro del marco de las relaciones del grupo o que se posicione, junto con el grupo, en las relaciones de éste con el mundo exterior. Lo que se estarla interrogando con ello es: ¿Hasta dónde llega el compromiso con la vida a la que de algún modo se ha ligado el antropólogo?

Evidentemente, aún cuando la movilidad e integración social es posible, resulta por demás pernicioso para la comunidad recibir promesas de compromisos sociales por parte de su invitado, el investigador, si éstos no podrán ser asumidos con la responsabilidad, disposición y profundidad que se requiere. De hecho, la estancia del investigador en el lugar de su estudio es regularmente temporal, por lo que se encuentra involucrado circunstancialmente en asuntos que probablemente notendrá solvencia temporal para enfrentar y que, además, no forman parte integral de su historia personal y por ende de su futuro.

Una situación concreta que ilustra este problema es la experiencia de Artemio Arroyo en lztapalapa (anexo 3). La invitación a asumir una mayordomía para la fiesta muestra la relación de aceptación y de respeto lograda, también pone al antropólogo ante los limites de su convivencia con el grupo.

La cuestión de la reciprocidad no sólo se plantea en antropología o sociología. Quienes investigan el patrimonio cultural, a pesar de trabajar esencialmente con elementos materiales, deben involucrar a la población para conocer y proteger conscientemente aquello que constituye su pasado histórico. Facilitando material documentaly gráfico al igual que asesorías periódicas, el investigador puede retribuir de alguna manera, tanto a sus informantes como a la comunidad misma. Antonio Lorenzo nos relata un ejemplo concreto de esto, que tuvo Jugar en el municipio de lxmiquilpan, Hidalgo (anexo 4).

Algunos investigadores, para compensar el tiempo que les consagran sus informantes, les pagan el servicio que prestan. Esta práctica, en si discutible, puede tener incluso efectos perniciosos para la investigación: surge la tentación de contar mucho para recibir más dinero, de buscar complacer al investigador con lo que se cuenta. Sin embargo, no deja de ser cierto que informantes de escasos recursos dedican tiempo a un estudioso para que, con su ayuda, éste se gane el pan. Este desequilibrio puede llegar a serle reprochado al investigador, como fue el caso de la acusación de hacer comercio con fotograflas que se le hizo a Verónica Kugel (anexo 5).

El problema de la reciprocidad se ve reflejado directamente en las publicaciones producidas por investigadores sociales, donde es común encontrar líneas o incluso apartados especiales destinados a los agradecimientos dirigidos a las personas de la comunidad donde se hizo el estudio. Suele ponerse énfasis en aquellas que mayor apoyo ofrecieron, ya con su información, ya con ser guias, o bien, ofreciendo su albergue, amistad o confianza. Para los lectores ajenos, tanto a la comunidad como al autor, la lectura de tales llneas puede resultar tediosa. Sin embargo, es un intento por compensar el desequilibrio creado entre lo que se recibió y lo que puede darse a cambio.


La publicación de los resultados de una investigación conlleva consecuencias que involucran a la comunidad estudiada. Cuando publicamos algo ya no es exclusivamente nuestro y no podemos prever todos los usos que se le puedan dar. Sin 'embargo, podemos y debemos cuestionamos, con base en experiencias propias y ajenas, sobre los intereses que pueda despertar un determinado estudio y de qué manera podemos evitar exponer a los directamente involucrados. los sujetos de nuestra investigación.

Si siempre ha sido importante proteger el anonimato de los informantes -por lo menos en las investigaciones que tocan a su vida privada o en las que se expresan puntos de vista en privado que el informante no haria públicamente- lo es más hoy dia, debido a un mayor acceso de las publicaciones al público en general. De hecho, si hace años era muy poco probable que el grupo estudiado pudiera leer lo que sobre él se escribió, hoy en dia esto es cada vez más común. Esta lectura es por demás deseable, pero también enfrenta al estudioso a problemas nuevos. Es evocador el ejemplo de un antropólogo que escribió un estudio sobre su pueblo natal en la provincia francesa, revelando toda una serie de detalles sobre la vida privada de la gente (cambiando nombres, pero dentro del pueblo, por supuesto, eso no le impidió a nadie reconocerse ni reconocer a los demás). Las consecuencias en las relaciones humanas del pueblo fueron terribles y el investigador recibió varías amenazas de muerte. Según él todo esto valió la pena porque era indispensable para su estudio, pero ciertamente parece legftimo que los habitantes de su pueblo natal no piensen lo mismo.

Otra repercusión que debe tomarse en cuenta es la lectura que personas ajenas al grupo o a la comunidad cientifica hagan de las investigaciones. por ejemplo. profesionistas e instancias de gobierno. Es bien sabido que las publicaciones de cientlfícos sociales han sido y son usadas incluso para controlar actividades políticas de grupos minoritarios. Hay ejemplos concretos de esto, por ejemplo, en la investigación contrainsurgente que llevó a cabo la Inteligencia estadounidense en Asia del Sudeste y en América Latina. Obviamente. este tipo de lectura de una investigación se aleja por completo de su propósito científico inicial.

Sin llegar a tales extremos, los resultados de la investigación social, una vez publicados, pueden incidir en que decisiones políticas concretas hayan sido realizadas o no para este fin. Además, las ciencias sociales aplicadas, por definición, se realizan buscando que sus resultados desemboquen en una polltica en beneficio de los sujetos de estudio. Empero, el científico suele tener poco control sobre la aplicación concreta de su trabajo. Cabe preguntarse, en este contexto, qué tanto se presenta directamente el punto de vista de las personas estudiadas o más bien la interpretación que el investigador hace de las mismas. Tampoco es fácilconciliar la metodologia y el lenguaje científico con la lectura y la aplicación práctica que harán de la investigación los políticos.

Algunos puntos sobre los que habrla que cuestionarse para cada proyecto podrían ser:

- Tener claro,nosotros mismos, por qué y para qué hacemos nuestra investigación. más allá del argumento científico o las razones alimenticias;

- Informar, desde un principio, a los "estudiados" tanto de qué trata el estudio, como quienes podrán posteriormente interesarse en él y, hasta donde nosotros mismos lo sabemos, con qué fin;

- Con base en estos elementos posibilitar una real opción a los informantes y a la comunidad de decidir sobre y en qué términos les interesa que los tomemos como base y tema de nuestro estudio;

- Ciertamente, proteger el anonimato de personas y lugares cuando asi se requiera;

- Plantear el problema de la reciprocidad: si es posible, en qué términos puede darse y cuáles son sus límites;

- Pensar también en posibilidades de devolución de los resultados de nuestro trabajo: no sólo las fotografías, filmaciones, etc., sino también los escritos que produzcamos, incluso considerando la producción de textos de divulgación destinados para los grupos estudiados.

No hay respuestas tijas para estos planteamientos. No es evidente, por ejemplo, que en todos los casos sea pertinente informar a la comunidad sobre los detalles de nuestro estudio; hasta puede afectar directamente los objetivos que nos planteamos. Sólo podemos decidir caso por caso cuál sería una conducta responsable dentro del marco de nuestro quehacer como investigadores.


COMPROMISOS DEL INVESTIGADOR SOCIAL CON LA COMUNIDAD CIENT(FICA

Si bien es cierto que la investigación, por si misma, no logra retribuir a la comunidad estudiada por todo lo que ésta aportó para hacerla posible, si puede hacerlo, a mediano o largo plazo, en unión con otras más. Es el conjunto de la producción cientifica lo que contribuye al avance de las ciencias humanas y sociales, da elementos nuevos para la comprensión del hombre; de su comportamiento en el pasado y de su vida en sociedad. Es por esto que la comunicación de los trabajos a la comunidad científica es esencia!.

En este marco, el investigador tiene el compromiso de proporcionar datos confiables, de ser posible verificables (lo cual puede entrar en conflicto con la protección del anonimato de sus informantes. por ejemplo). Además, aunque resulte evidente decirlo, la contribución del investigador debe ser original o dar crédito a quien lo merece.

La mayoria de los investigadores sociales realizan actividades de docencia, de las que depende en gran parte el futuro desarrollo de la ciencia. El maestro debe tener como criterios éticos ser justo, equilibrado, sincero. tolerante, honesto, ser un ejemplo a seguir y realizar criticas constructivas. Tanto los alumnos como el producto de sus investigaciones deberán reflejar estas consideraciones.

COMPROMISOS DEL INVESTIGADOR SOCIAL CON LAINSTITUCIÓN QUE AVALA ElPROYECTO DE INVESTIGACIÓN

La relación con la instancia o institución para la cual el investigador social presta sus servicios no siempre está exenta de tensiones. En algunas ocasiones los intereses, estilos y preferencias de ambas partes difieren, creándose situaciones conflictivas en las que el profesionista se enfrenta al rechazo o sesgo de su trabajo. Esto se da sobre todo en el trabajo sociológico y antropológico. esencialmente critico por naturaleza, que pone de relieve situaciones y hechos que afectan determinados intereses.

Como es bien sabido, en México los principales empleadores de los cientlficos sociales son las universidades y el gobierno. En el primer caso. la autonomla de la institución garantiza en gran medida la independencia del trabajo de investigación y de docencia. Sin embargo. esta situación puede cambiar si se trata de trabajos auspiciados por el gobierno federal o estatal, deseosos muchas veces de que 1-3 investigación sea directamente aplicable a la población bajo la forma de proyectos de desarrollo o la introducción de modificaciones -positivas o negativas- a las condiciones de vida de las comunidades. Estos programas muchas veces están previamente definidos y puede haber un deseo implícito o inclusive explicito de que la investigación venga a avalarlos. Estas situaciones difíciles también pueden darse cuando la institución empleadora es privada o no oficial.

No siempre es fácil deslindar las normas científicas del uso que quiera darse a los resultados. Es esencial tener claridad en esto y definir los términos de un contrato de investigación de antemano para reducir al máximo las presiones contrarias a nuestra ética profesional.

COMPROMISOS DEL INVESTIGADOR SOClAL CON LA SOCIEDAD EN GENERAL

Una de las tareas primordiales de algunos investigadores sociales es la protección del patrimonio cultural. ya sea herencia o legado material de antiguos grupos humanos o patrimonio vivo, como por ejemplo las costumbres. Estos vestigios o restos materiales, así como las costumbres, son parte de la comunidad, de la sociedad en general y de la nación.

El registro y análisis de sitios arqueológicos o de arte rupestre conlleva responsabilidades del investigador para con la sociedad. Gran parte de la tarea del arqueólogo consiste en denunciar e impedir el saqueo y proteger de este modo el patrimonio arqueológico. No sólo los vestigios materiales son objetos de estudio de la arqueologia, y sin ellos tal disciplina vería permeada una parte importante de su


investigación, sino también se privaría a las generaciones futuras de poder ver y/o estudiar e identificarse con estos vestigios. Lo mismo cabría para el patrimonio histórico-arquitectónico. que proporciona valiosa información acerca del panorama histórico , de etapas específicas, sea éste del tipo religioso, económico, político o socia!.

La publicación de investigaciones sobre el patrimonio cultural {arqueológico e histórico) con todo y ayudar a crear conciencia de respeto y divulgar el conocimiento del mismo, tiene también una peligrosa contraparte: el proporcionar datos valiosos sobre bienes muebles e inmuebles a saqueadores y contrabandistas profesionales. Debe buscarse, pues, un criterio de equilibrio entre los dos aspectos sin perder el objetivo central, que es preservar la memoria histórica de los pueblos. Carmen Lorenzo relata algunos elementos de la complejidad de esta tarea (anexo 6).

CONCLUSIONES

Lo que podemos ofrecer aquí, más que conclusiones es elplanteamiento de nuestras interrogantes .

¿Cuáles son nuestras obligaciones con el grupo que queremos investiga r? ¿Hasta dónde somos claros en la presentación de nuestros propósitos? ¿Hasta dónde. en dado caso, podemos serlo? ¿Le damos a los grupos o personas una opción real de ser o no ser nuestros sujetos de estudio? ¿Qué ofrecemos a cambio? ¿Hasta dónde se puede prever o evitar que las investigaciones salgan fuera del control del investigador? ¿Hasta dónde es ésto responsabilidad del mismo investigador? ¿Siempre va a usarse un estudio científico para aplicar acciones dirigidas a la población estudiada? ¿Van a ser aquellos a los que lo destinamos los que van a usarlo o pueden hacerlo también otros cuyas intenciones desconocemos? ¿El estudio, en vez de que nosotros se lo devolvamos a la comunidad en su beneficio (apoyando un reforzamiento de sus rarees. por citar un ejemplo). no puede acaso serles devuelto disfrazado de diversos programas con otros intereses, más o menos justificables? ¿Hasta dónde existe un diálogo con la sociedad? ¿Dónde nos desligamos de él? ¿Cuándo llega el momento en el que nos desligamos de esto, contrariamente a un periodista, por ejemplo? ¿Hay un llmite entre la ciencia y el militantismo? ¿Hay momentos de incompatibilidad? ¿Hasta dónde se puede proteger el patrimonio cultural sin afectar otros intereses? ¿Es posible concientizar a la población a este respecto?

Tantas preguntas que no tienen respuesta más que caso por caso pero que, ciertamente. debemos plantearnos una y otra vez en el ejercicio de nuestra profesión.


APÉNDICE 1

En mi experiencia personal como investigador he vivido varias situaciones difíciles de manejar. En una de ellas asistí al desarrollo de un conflicto obrero-patronal de una empresa automotriz de alrededor de 5000 obreros. Estos se hablan declarado en huelga por aumento salarial y la no modificación de su contrato colectivo de trabajo. Mi intención era observar la actividad polltico/sindical y correlacionarla con la extracción o perfil social de la persona, arguyendo la hipótesis de que los obreros de extracción campesina

tendrían menos interés por los asuntos sindicales. Para ello, me presenté con el Secretario General del Sindicato, y le expuse a grandes rasgos mi plan de investigación, al cual no mostró objeción, permitiéndome participar de las actividades sindicales durante el conflicto. El problema estribó en que, debido a la gran actividad y movilización obreras, el Secretario General no pudo comunicar a los trabajadores sobre mi investigación. Asf , en una asamblea general el') la que los ánimos estaban muy

caldeados por el tiempo transcurrido y los pocos avances, un grupo de trabajadores me recriminó y amenazó al ver que tomaba nota de todo sin ser obrero, creyendo que trabajaba como oreja o espla de

la patronal. En ese momento fue diffcil para mi explicarles mis verdaderas intenciones, por lo que estuve en riesgo de ser golpeado y sacado del recinto sindical. Afortunadamente otro obrero, informante clave, intercedió por mi y garantizó ante sus compañeros la neutralidad y la intención académica de mi presencia ahf.

Arturo Vergara Hemández

APÉNDICE 2

Trabajando sobre las fiestas que se llevan a cabo en el estado de Hidalgo fui al Carnaval de la Huasteca. Como cma regla para "evitar" problemas y para facilitar que la gente aceptara ser entrevistada, acostumbraba identificarme con los presidentes municipales mostrando un oficio de comisión. En uno de los municipios el presidente comisionó a uno de sus ayudantes a que me acompañara durante mi estancia.

En poco tiempo descubrí, por información de mí propio acompañante, que habia serios problemas con el Presidente Municipal y que se estaba organizando la toma de la presidencia. Traté entonces de desviar la conversación y me dispuse a bailar. platicar con las mujeres y seguir su recorrido. Traté de evadir a mí acompaHante e integrarme con el resto de la gente.

Como pasé varias horas con ellos, mi acompañante se retiró y al poco tiempo se acercaron a mí algunos maestros quienes en breve empezaron a comentarme Ja situación. Pese a que yo trataba de desviar la conversación, ellos insistlan, insinuando que probablemente por ser empleada del gobierno del estado yo podla ayudarlos. Para terminar con esa situación, que para mí se hacía cada vez más tensa, decid! retirarme aclarando nuevamente que mi labor era otra y que en realidad no podla hacer nada. Unos se pusieron de mi parte y otros me miraron con recelo.

Por la noche sentla una gran carga, ya que personas de Huejutla me comentaron que ese Presidente Municipal era un hombre violento y represor. Sin embargo, me di cuenta de que, en realidad, no podía hacer nada .

Elena Velez Aretia


APÉNDICE 3

En un trabajo de campo llevado a cabo en la delegación lztapalapa, D.F.. en 1988, algunos mayordomos y ciertos miembros de la Mesa Directiva de la celebración al "Seño! de la Cuevita" en su ceremonia correspondiente a la Santísima Trinidad, habían decidido ofrecerme, con las responsabilidades y sanciones humanas y sagradas que esto acarrea, el cargo de mayordomo de la imagen. según correspondiera en el calendario establecido.

La propuesta fue hecha precisamente en el santuario de esta imagen de Jesucristo, de manera por demás informal, pero a través de un representante importante. El cargo es oneroso e involucra por ello a varios niveles del parentesco familiar; pero además, deter1T1ina compromisos con las instancias organizativas de las celebraciones y con representantes de los barrios de tal manera que hay que fungir como representante obligado del desarrollo de la fe del pueblo de lztapalapa.

La situación anotada nos plantea lo siguiente: ¿hasta dónde un "no nativo" del pueblo es capaz de establecer un nuevo estilo de vida en donde la fe a las imágenes obliga a conseguir fondos económicos. quizá durante un par de años, a fin de tener aceptación y prestigio social comunitario y guardar la tradición?

Afortunadamente yo no cumplia con todos los requisitos que un mayordomo debe guardar, especialmente en lo que respecta a ser originario del asentamiento, razón por la que se desistió de seguir adelante con el proyecto, salvando en consecuencia, una serie de conflictos que ya empezaban a manifestarse.

Artemio Arroyo Mosqueda

APÉNDICE 4

En 1991 realicé una visita a la localidad de Los Remedios, en lxmiquilpan. Su iglesia, de planta en cruz latina con cubierta de cañón y ábside poligonal,es una construcción que probablemente se remonta al siglo XVIII, suposición basada en su planta arquitectónica, propia de esa época, y por una serie de fechas inscritas en sus parámetros exteriores y la inscripción de una campana (1776). La portada del monumento, bellamente trabajada en cantera, ofrece semejanzas formales con la fachada de la cercana iglesia de Orízabita. Hace pocos ai'os fueron construidos dos tejabanes adosados a la entrada principal, hechos con columnas de concreto, lámina metálica y barandal de tabique con el objeto de alojar ahí a la banda de música que suele ambientar la fiesta anual. Estos añadidos recientes. de ningún valor ni estético ni arquitectónico, desenton rn gravemente con la fachada. llegando ir:iclusive a ocultar una porción de la antigua fábrica. En Irecorrido efectuado, con la presencia de las autoridades, encargados, mayordomos y vecinos, se les hizo la recomendación de cambiar de lugar el templete de músicos hacia la barda atrial y demoler esos tejabanes. Esos cambios fueron realizados tiempo después.

Antonio Lorenzo Monterrubio


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APÉNDICE 5

llevaba más de un año viviendo de manera continua en una comunidad indlgena del Valle del Mezquital. Se estaba festejando et día de las madres en el patio de la escuela del lugar. Yo estaba sacando fotografías del evento, cuando se acercó un señor que conocla bien diciéndome que dejara de fotografiar a !a gente. Detrás de mi estaba parado el juez auxiliar de la comunidad. Lo volteé a ver y me dijo: "Yo soy el que mando aqui y te ordeno que sigas sacando fotos." La tensión de la situación era evidente y obviamente me sentí muy mal. Saqué otra foto para acatar a la autoridad y me fui.

Mi asombro fue grande ya que había actuado con mucho cuidado en este asunto de las fotografías que, evidentemente, puede ser delicado e inclusive habla esperado meses antes de sacar mi cámara. Lo habla hablado con muchas personas y había llegado a ser algo natural. Les llevaba sus fotos y hablan empezado a pedirme que los fotografiara en muchas situaciones.

Al día siguiente de este incidente. platicando con unos y otros, empecé a entender. Por un lado había un conflicto antiguo entre dos grupos que oponía justamente a quien me habia interpelado y al juez auxiliar, con sus respectivas gentes.

Por otro lado, el señor que me prohibía la fotografía se justificó después del incidente diciendo que yo hacía comercio con sus fotos. Cuando fui a verlo entendí que su disgusto conmigo tenía que ver con unas fotos de su hija, fallecida de parto tres meses antes, y que aún no le había dado. Reparé pero, por supuesto. la relación con él y su familia ya no fue del todo igual. En cuanto a !a comunidad en su conjunto el asunto fue visto como un incidente más con este grupo, bastante minoritario, caracterizado por los demás como "conflictivo".

En todo caso fue una situación muy instructiva. Me reveló conflictos internos de la comunidad que ignoraba, me ubicó en uno de los dos grupos sin que yo lo hubiera deseado. Fue la oportunidad, además, de cuestionarme nuevamente sobre el problema de la fotografía y hablar de esto claramente con muchas personas. Hablamos de los negativos, del hecho que yo, aunque les de ..su foto", puedo sacar más copias, etc. Si desde que empecé a sacar mi cámara en la comunidad ya se había hablado ahora quedó mucho más claro aún el destino de las fotos y el acuerdo de las personas para ser fotografiadas fue mucho más consciente.

Verónica Kugel


APÉNDICE 6

El patrimonio arqueológico es objeto de continuo saqueo y destrucción, tanto por la población local como por gente extraña. Quizá la degradación de los sitios arqueológicos por parte de los propios lugarei'\os es una de las principales causas de la pérdida de este patrimonio.

En muchos casos me encontré, al realizar elregistro de los sitios arqueológicos en elestado de Hidalgo, que los lugarei'\os construlan casas, escuelas, bardas y caminos con las piedras que conformaban los montículos. En otros casos, el paso de un camino o carretera seccionaba literalmente los sitios.

Para la población local es relativamente fácil construir teniendo cerca las estructuras prehispánicas, considerándolas como una mina potencialmente explotable. Esto, desde el punto de vista arqueológico, es una actividad deplorable, ya que se destruye la información que nos pudieran ofrecer los vestigios prehispánicos.

Por otra parte,la población tiene necesidad de construir, ya que no obtienen apoyo de las instituciones encargadas de ofrecerles vivienda y otros servicios, por lo que hacen mano de lo más cercano que tienen: el patrimonio arqueológico. Para ellos este patrimonio tiene un valor práctico y no un valor histórico.

El arqueólogo debe estar consciente de esta situación pero también debe explicar a la población la importancia de conservar y proteger los vestigios materiales de antiguas culturas como un medio de conocer su pasado y sus raíces históricas. Concientizar a la población es e! primer paso para evitar la pérdida gradual del patrimonio arqueológico.

Debe llegarse a un trabajo conjunto entre las instancias encargadas de procurar una mejor forma de vida a las poblaciones y aquéllas cuya función es la protección del patrimonio cultural, para que la población sea beneficiada a la vez que haya condiciones favorables a la investigación arqueológica.

Carrnen Lorenzo Monterrubio