Terminología Farmacéutica. Programa Metro-Term.

 

RESUMEN

Terminología científica es el conjunto de términos utilizados por los profesionales de un área especializa­ da en todo el mundo y que ha sido fijado por uso o por normalización.

Este lenguaje se caracteriza por su precisión y por tener claramente delimitados sus significados, y por lo tanto debe ajustarse a un criterio uniforme ya que es el instrumento fundamental de comunicación entre toda la comunidad internacional.

El avance permanente y acelerado en el campo de la farmacia ha provocado un incremento de conceptos nuevos dentro de nuestra terminología, que han recibido denominación unas veces por creación y otras por adaptación del inglés dando lugar a la aparición de sinónimos, homónimos y términos ambiguos, problema que se agrava en el ámbito latinoamericano donde las peculiaridades lingüísticas y el influjo del inglés se hacen más evidentes.

El programa Metro-Term (Metrología-Terminología Farmaceútica) tiene como objetivo fundamental nor­ malizar la terminología farmaceútica en lengua castellana y promover la implantación a nivel operativo del Sistema Internacional de Unidades (SI) recomendado por la OMS para los profesionales de la salud.

Palabras clave : t ermino logí a farmacéut1ca,programa Metro-Term.

ABSTRACT

The specialized terms used by professionals of a specific area form the scientific terminology valid in the whole world, elaborated through usage or standarization .

This language's characteristics are precision and clearly defined meaning, which implies that it must adjust to a uniform criterion as 1t is the basic instrument of communication througout the intemational com­ munity.

The permanent and accelerated progress in the field of pharmacy has caused an increase in the number of new concepts within our terminology. These concepts have been given a name sometimes created, sometimes adapted from the English and this in turn has given rise to the appearance of synonyms. homonyms and ambiguous terms, a problem worsened in the Latin American world by the fact that lin­ guistic peculiarities and the influence of English are more evident.

The Metro-Term program (Pharmaceutical metrology and terminology) has set its primary objetives in the standarizíori of pharmaceutical terminology in the Spanish language and in fomenting the implantation at an operat1ve level of the lnternational Unit System (SI), recommended by WHO for healthcare profes­ sionals.

Keywords : scien t ific terminology, Metro-Term program .


.,ERMINOLOGÍA CIENTlflt..;A

La terminologia es el conjunt o de los términos que se utilizan en un campo determinado del


saber, en un campo especializado, en forma dis­ tinta de como se usan en el lenguaje común y que se han fijado por uso o por normalización.


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La comunicación especializada exige un nivel de precisión bastante más alto que la comunica­ ción general. Una comunicación sin ambi­ güedades requeriría que cada denominación designara un sólo concepto. y que a su vez cada concepto fuera denominado por un sólo término. El lenguaje científico se ajusta por tan­ to a un criterio uniforme.

La ausencia de este criterio supone serias difi­ cultades para las funciones que tiene que desarrollar como instrumento fundamental de comunicación entre toda la comunidad interna­ cional.

NORMALIZACIÓN NOMENCLATURAS,

No hay otro reto en la actualidad más importan­ te, en relación con la lengua española, ni otra preocupación más urgente de cara a su futuro, que el de la normalización terminológica en la Ciencia y la Tecnología .

Las nomenclaturas consisten en la aplicación de denominaciones aprobadas por el consenso de la correspondiente comunidad científica a los grupos y elementos de dichas clasificaciones. Nunca son definitivas, ya que tienen que ir incorporando los términos resultantes del avance de la investigación, pero su estabilidad se mantiene mediante revisiones periódicas que las amplian y perfeccionan. Ejemplos de nomencaturas normalizadas son la nomenclatu­ ra botánica, el Sistema Internacional de Uni­ dades, o la lista de denominaciones comunes internacionales {DCI) que publica la Organi­ zación Mundial de la Salud {OMS) para las sus­ tancias farmaceúticas.

Sin embargo, el problema con la creación de estas nomenclaturas. es que a veces con el afán de la normalización se crean nuevos térmi­ nos que no llegan a ser aceptados por el con­ junto de la comunidad científica. Es el caso de que se siga llamando en muchos casos adrena­ lina a la epinefrina, actinomicina D a la dactino­ mícina, succinilcolina al suxametonio. meperidi­ na a la petidina, o povidona a la polívidona.

El problema es que muchas veces estos tér­ minos no llegan a imponerse en la práctica por diversas razones, en algunos casos falla la difusión y generalización del acuerdo alcanza­ do, y en otros casos la fuerza de la costumbre,

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comodidad o rechazo al nuevo término. Tam­ bién en ocasiones son razones ortográficas como es el tratar de imponer cloramfenicol, doxrubicina, o amfotericina, como recomienda la OMS.

Problema similar encontramos en el campo de la metrología donde después de la adopción mundial del SI de unidades, en 1954, se sigue utilizando, en textos cíentlficos. el angstrom. y a la micra como unidades de longitud.

El resultado final, la eficacia de una labor ter­ minológica. depende de la capacidad de divul­ gación del centro emisor. Es una tarea muy cos­ tosa que no se reduce a la edición de boletines informativos sino que necesita abrir la informa­ ción a todo tipo de consultas. El banco de datos y una documentación bien ordenada son los medios primordiales de la información termi­ nológica.

También es muy importante en este aspecto la coordinación entre los diferentes grupos de trabajo. La circulación de glosarios terminológi­ cos realizados con criterios diferentes, disper­ sos en un área tan extensa y variada como la que forman los países de habla española, supone la caída en un caos terminológico sin utilidad científica . Por ello, es preciso estable­ cer un diálogo. no sólo entre los Centros disper­ sos por los países hispánicos que se interesan por la terminología sino también con los que, en otras lenguas. persiguen los mismos fines.

FENÓMENOS SEMÁNTICOS Y SU REPER­ CUSIÓN EN EL LENGUAJE CIENTiFICO.

Una terminología ambigua, fundamentada en la polisemia, la sinonimia y la homonimia, pone obstáculos evidentes al proceso de la comuni­ cación entre especialistas. El lenguaje científico no se ajusta a un criterio lógico uniforme. una de las principales causas es el hecho habitual de que los ténninos cambien su significado (diacronia) a lo largo del tiempo, así como a los problemas planteados por los epónimos, por la proliferación de abreviaturas y por diferentes fenómenos semánticos, sobre todo por la polisemia, la homonimia y la sinonimia.

La ausencia de uniformidad supone serías dificultades para las funciones que el lenguaje científico tiene que desempeñar como instru-

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mento fundamental de comunicación entre todos los que integran la comunidad interna­ cional. Afecta la claridad y precisión de la infor­ mación que se transmite, tanto por escrito, a través de publicaciones y documentos sanita­ rios, como oralmente, en la enseñanza y en dis­ tintos tipos de reuniones médicas. También se condiciona la eficacia de los sistemas de recu­ peración de la información y documentación médicas, que deben extraer información de libros, artículos, etc.

En teoría, por lo tanto, este tipo de lenguaje debería carecer tanto de sinónimos como de palabras polisémicas, lo cual sería ideal no sólo para los propios cientificos, sino también, y probablemente en mayor medida, para los Ira ductores especializados.

INFLUENCIA DE LA LENGUA INGLESA

Es un hecho incontrovertible, asumido por la comunidad científica y del mundo profesional, que el inglés es la lingua franca de la edad con­ temporánea. Actualmente encontramos en nuestro lenguaje científico una gran cantidad de anglicismos y de malas traducciones de expre­ siones inglesas. La razón de aceptar estos vocablos en lengua inglesa es porque hay que dotar de nombre a lo que se va inventando o descubriendo, y es lógico que lo hagan quienes inventan y descubren, cosa que sucede, la mayoría de las veces en lengua inglesa; ante el dilema de intentar traducirlo al español o crear un neologismo, la mayor parte de las veces se opta por una tercera vía, la más cómoda: usar la palabra en su idioma original.

Nos encontramos con que existe dificultad para encontrar términos españoles equivalen­ tes en la traducción de trabajos científico-técni­ cos ingleses, y existe un vocabulario científico­ técníco en la Real Academia de Ciencias. El avance de la ciencia y de la tecnología requiere la continua creación de palabras. Una palabra bien elegida puede economizar una cantidad enorme de pensamiento. Se produce pérdida de tiempo, y hasta confusión, por deconocer la pal­ abra precisa que, en español. sería originaria casi siempre de las fuentes etimológicas grie­ gas o latinas.

En muchos casos la calidad y precisión de las traducciones en publicaciones científicas no es

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adecuada. Muchas veces el traductor se resig­ na a aceptar una traducción literal para una combinación de palabras porque desconoce una expresión más idiomática. Si la traducción literal suena más o menos admisible o fidedigna, el traductor puede pasar por alto la oportunidad de utilizar una expresión mas ade­ cuada.

Una de las causas de error de traducción mas común en el nivel léxico, cuando se traducen lenguas emparentadas es la de los "falsos ami­ gos". Éstos se definen corno palabras de la lengua original que son muy parecidas mor­ fológicamente a las de la lengua receptora , pero que en realidad significan algo diferente. El falso amigo es la primera palabra que viene a la mente del traductor cuando oye o lee este nuevo término. Por ejemplo "drug" traducido como droga, preservative como preservativo, etc....

Actualmente gracias al gran desarrollo de los medios de comunicación podemos lograr algo que hace poco tiempo era imposible, estar en contacto rápido y permanente con nuestros colegas de todo el mundo hispanohablante, compartir opiniones y tomar las decisiones entre todos, evitando así que en cada país se den dis­ tintas soluciones a los mismos problemas de lenguaje. Debemos ser conscientes, y actuar en consecuencia , de que somos una comunidad de hablantes de una misma lengua, y de que en cada país hay diversas circunstancias. Se puede hablar de un spanglish de términos far­ macéuticos.

TERMINOLOGIA FARMACÉUTICA. PROGRAMA METRO-TERM

(METROLOGIA-TERMINOl OGIA FARMACÉU­

TICA)

En primer lugar queremos llamar la atención a los profesionales de cualquier área de la farma­ cia (docencia, investigación, producción y asis­ tencia) sobre la problemática de la terminología farmacéutica en el idioma español, tanto en la vertiente científica como la técnica, y más to­ davía en elpropio ejercicio de la profesión.

Los farmacéuticos de hospitales hemos venido demostrando, durante años, un interés especifico sobre temas terminológicos relacio­ nados con nuestra profesión.

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El avance permanente y acelerado en el campo de la farmacia ha provocado un incre­ mento de conceptos nuevos. que se han denominado unas veces por creación y otras por adaptación. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos que se han venido realizando, todavía encontramos sinónimos, homónimos y términos ambiguos en nuestro vocabulario, a veces consecuencia de una mala adaptación al español, problema que se agrava cuando nos referimos al ámbito iberolatínoamerícano, donde las peculiaridades lingüísticas y el influjo del inglés se hacen más evidentes. El español farmacéutico se tiene que adaptar a los nuevos tiempos enriqueciendo su vocabulario.

En nuestra profesión gran parte de la biblio­ grafía que manejamos se encuentra en lengua inglesa y en algunos casos es incorrectamente traducida; como muestra, exponemos dos ca­ sos muy comunes:

• Orug es incorrectamente traducido por droga en lugar de fármaco

• Tab!et es traducido como tableta y no como comprimido. que es la fonna galénica que le corresponde.

Y en otras ocasiones la adaptación del térmi­ no al español, al no estar normalizado. da lugar a vocablos sinónimos que dificultan la comuni­ cación.

Half life: vida media, semivida. Pharmaceuti· cal care: cuidado farmacéutico. atención farma­ céutica. Unit dose: unidosis, dosis unitaria.

El medio para frenar esta dispersión de térmi· nos y garantizar la precisión comunicativa es la normal!zación.

La terminología farmacéutica también juega un papel importante como estrategia profesio­ nal: Términos como prescripciones médicas versus ordenes médicas. adherencia al trata­ miento versus cumplimiento. o forma farmacéu­ tica, biofarmacia, etc.. nos ayudan a reconocer un mayor prestigio a nuestra profesión.

Además existe una serie de términos que se sigue utilizando y que no es correcta, como es el caso de almacén (en lugar de farmacia cen­ tral), suero fisiológico (solución salina), etc.

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Es papel del farmacéutico colaborar en la defensa de nuestra lengua en el campo de la terminología farmacéutica y en un uso correcto de la metrología. con este propósito se inicia el Programa Metro-Term.

Por esta razón uno de nuestros primeros obje­ tivos es la normalización de la terminología en el área de la prescripción y distribución de medicamentos. incluyendo la revisión y análisis de ciertas abreviaturas y siglas que aparecen en la prescripción médica y que pueden no ser correctamente interpretadas, pudiendo desem­ bocar en la aparición de errores de medicación (las abreviaturas latinas qd (cada día). qid (4 veces al dia) o qod (días alternos) pueden ser confundidas al ser escritas rápidamente dando lugar a un error en la posología.

- Las siglas MTX (metotrexato) y MTZ (mitox­ antrona) son muy similares y pueden también inducir a error.

En cuanto a la metrología, es necesario pro­ mover la implantación operativa del Sistema Internacional de Unidades, recomendado por las OMS, para los profesionales de la Salud, y que sin embargo, según demuestran publica­ ciones recientes, no se usa correctamente. Aunque cada vez se cometen menos incorrec­ ciones. todavía podemos encontrar símbolos no aceptados en el SI: g., gr, gr.: en lugar de g (gramo). Kg, kgr. Kgr: en lugar de Kg (Kilo­ gramo). seg., seg: en lugar de s (segundo). Dentro de este mismo campo debemos con· seguir la unificación de unidades en el uso de los medicamentos, centrándonos en grupos tan importantes como son los anticoagulantes ora· les, o las heparinas de bajo peso molecular en los que no encontramos equivalencia posológi­ ca entre los diferentes productos comerciales disponibles hoy en día.

Para la realización de este proyecto dispo­ nemos de una base de datos terminológica y metrológica, así como un sistema fluido de comunicación via lntemet con otros organismos nacionales e internacionales con objetivos simi­ lares a los nuestros. Para el estudio de cada una de las áreas contarnos con la colaboración de un grupo de asesores expertos en cada una de las materias.

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ACTIVIDADES Y FINALIDADES DEL ?RO· GRAMA METRO T RM

Hasta el momento, en el programa se ha traba­ jado en los siguientes temas:

- Glosario de términos sobre manipulación de medicamentos en áreas asépticas y estériles.

- Manual sobre las buenas prácticas en la redacción de la prescripción de medicamen­ tos .

- Glosario de términos sobre investigación clínica.

Dentro de las que son actividades del progra­ ma Metro-Term, para la difusión de nuestro pro­ grama. indicamos las siguientes·

- Publicaciones y presentaciones en congresos a nivel nacional e internacional.

- Presentación y organización de conferencias, coloquios, etc.

- Resolución de consultas (información activa y pasiva) .

- Cartas a los medios de comunicación escritos.

Como resumen. dentro de las fina lidades del oroorama Metro-Term se pueden señalar los siguientes puntos:

- Normalizar la terminología farmacéutica tanto en la comunicación hablada como escrita con el objetivo de alcanzar la unificación en el ámbito ibero-latinoamericano , estableciendo una terminología uniforme que evite las varie­ dades lingüísticas de los diversos países de habla hispana y haga posible un intercambio más fluido de conocimientos.

- Evitar,en la medida de lo posible. la adopción de neologismos, buscando la traducción española lo antes posible, con el fin de impedir que se difunda el término extranjero al circular por la bibliografía escrita en lengua castellana.

- Reducir la variedad de términos ambiguos que suponen una fuente de confusión y falsas interpretacíones,intentando alcanzar la maxi­ ma precisión entre término y concepto.

- Promover el interés del personal farmacéuti­ co por la metrología y la terminología , a fin de mejorar la redacción de trabajos científicos. propiciando así un uso más correcto de nues­ tra lengua en el campo de la farmacia.

•·• (M xJ V I . 1.... , En. 2 '01)


- Establecer un sistema de comunicación y for­ mación continuada entre profesionales que tenga como objetivo defender la correcta ter­ minología farmacéutica, participando en foros de debate y buscando el asesoramiento de los especialistas que destaquen en cada una de las áreas profesionales.

La Real Academia de Farmacia o la Ibero­ americana. sería la institución idónea para ha­ cer la base de datos actualizada de los términos farmacéuticos, desarrollando definiciones pre­ cisas para facilitar el progreso de las Ciencias y

Técnica en el campo de la Farmacia, y debiera estar en permanente contacto con el mundo actual del ejercicio farmacéutico en todos sus campos: docente, asistencial e investigador.

A nivel individual los farmacéuticos debemos ejercer de guardianes de nuestros términos pro­ fesionales y científicos.alertando con todos los medios a nuestro alcance para que éstos per­

manezcan precisos. Como decíamos al princi­ pio, sus significados deben estar claramente delimitados, ser emocionalmente neutros, con­ figurados según la estructura de nuestro idioma y universalmente aceptados .

Espero que hayamos despertado su interés por mejorar la teminología científica y profesio­ nal de la farmacia y seamos unos cuantos más, en esta "cruzada" de crear una lengua común, con el objetivo final de nuestra profesión, que es el de promover el correcto uso de los medica­ mentos por la sociedad.

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