Huracanes , tifones, baguíos, willy -willies y ciclones.*

Dr. Luis Capurro

Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN

Unidad Mérida. Depto. de Recursos del mar

E-maail <lcapurro@mda.cinvestav.mx

 

RESUMEN

¿Qué es una depresión tropical, cómo y dónde se forma y cómo se transforma en huracán? El presente articulo pretende dar respuesta a esta pregunta a través de la presentación de los fenómenos atmosféri­ cos y de la terminología pertinente que gira alrededor de la comprensión de estos acontecimientos natu­ rales, conocidos como huracanes, baguíos, willy-willies. tifones o ciclones en diversas partes del mundo. La depresión atmosférica. como causa de huracanes . aún inquieta a los científicos en tanto que no se conoce con certeza qué la genera y cómo puede convertirse, a su vez, en huracán. Se presentan las depresiones tropicales y las exlratropicales,describiendo su origen.su desarrollo y cómo pueden dar ori­ gen a los huracanes, mismos que se clasifican de acuerdo con la velocidad del viento en una escala de 1 a 5. Se describen los daños causados por los principales huracanes que han azotado no sólo las costas de México, sino la zona del Caribe y Centroaménca , el este de los Estados Unidos, la región del Océano Pacifico y del Océano Índico. Por último, se presenta el estado actualdel conocimiento y los avances tec­ nológicos con respecto a estos fenómenos.

Pal abras clave : huracán , fenómenos meteorológicos. presión atmosf én·c a, depresíón a t mosférica , fluidos geofísicos. depresión tropical.

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What is a tropicaldepression, how and where is it tormed, and how is it transformed into a hurricane? This article intends to answer that question through the presentation of atmospheric phenomena and appropri­ ate terminology around this natural events, known as hurricanes, baguios, willy-w1llies, typhoons, or cyclones in severalparls of the world The atrnospheric depression as a cause of hurncanes shll dísturbs scientists. as it is not known, under an accurate way,what generales it and how it may become mlo a hur­ ricane. Tropical and extra tropical depressions are presenled describing their origin, their developmenl, and how can they originate hurncanes. Hurricanes may have an intensi y range from 1 to 5. Damage caused by hurricanes not only in Mexíco, but also in the Caribbean and CentralAmerica, the East coasl of the United States, the Pacific Ocean, and the lnd1an Ocean are presented. Finally, current stage of knowl­ edge and technological breakthroughs are also presented.

Keyword s : Humcane , Meteorological Phenomena, Atmospheric Oepr ession. Geophysical Fluid, T ropical Depr ess i on.

1r-,rmooucc.1ór-- tralia como willy-willies y en el Indico como ciclo­ nes. Todos ellos son miembros de una misma


En elAtlántico los conocemos como huracanes, en gran parte del Pacifico como tifones. en las Islas Filipinas y China como baguios. en Aus-

'Articulo ong1nalmente publicado en Avance y Perspe ctiva.

Núm. 20. pp 221-233. septiembre de 2001 Se reproduce

en esta revista con la autom:ac1ón del autor


familia de fenómenos meteorológicos de seria repercusión ambiental,económica y social. Aun­ que en violencia son superados por los "torna­ dos". cubren un área mucho mayor, se despla­ zan sobre mayores distancias y duran mucho más, de modo que su efecto destructivo supera por mucho a los del tomado.


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El huracán, tifón, baguio, ciclón y willy-willy es la más peligrosa y destructiva de todas las tormentas en la Tierra. En general, no cubre un

área tan vasta como las tormentas ordinarias que constituyen nuestro tiempo meteorológico, nr tampoco puede igualar a la furia concentrada de un tornado, pero combina violencia y área de acción para generar devastación a lo largo de una extensa trayectoria. El vórtice de un hura­ cán puede abarcar más de medio millón de kiló­ metros cuadrados, sus vientos pueden alcanzar más de 300 kilómetros por hora. (83 m/s) y algu­ nas veces desprende un aluvión de tornados de sus bordes. Lo que hace a un huracán muy peli­

groso, no es precisamente el viento, sino las grandes olas que se acumulan en el mar. Los ejemplos registrados al presente hablan elo­ cuentemente de su poder destruct ivo material y humano_

El primer aviso que tenemos de un probable huracán es ta detección de una depresión tropi­ cal. La pregunta es: ¿qué es una depresión tro­ pical cómo y dónde se forma, y cómo se trans­ forma en huracan?

Fluido" C eotl$1C\)S

Antes de entrar de lleno a tos huracanes, es conveniente destacar ciertos aspectos básicos de los fenómenos atmosféricos y la terminología pertinente.

1. La atmósfera y los océanos, los dos fluidos geofísicos presentes en la superficie de nuestro planeta, giran conjuntamente con la Tierra en su movimiento diario de rotación, es decir, están adosados a ella y participan íntegramente en dicho movimiento, como un sólido en rotación. Las pequeñas desviacio­ nes que afectan al movimiento de estos flui­ dos, y que nosotros también observamos , rotando como ellos, son los vientos y las corrientes.

2. La energia radiante externa, que llega al to­ pe de la atmósfera y a la superficie del plane­ ta, proviene del Sol; ella no se reparte unifor­ memente sino que se concentra en una banda que abarca a partir de los 23º de lati­ tud norte y sur del ecuador terrestre y que conocemos como zona tropical. Un obser­ vador ubicado dentro de esta región tendrá

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en algún momento del año solar al astro rey en su cenit, es decir en su vertical, y los ra­ yos caerán directamente a piorno sobre éL Observadores en latitudes superiores a los 23º norte o sur -latitudes medias y altas­ recibirán los rayos con cierta inclinación, variable según la estación del año. La responsable de esta repartición desigual de energía es la órbita inclinada -eclíptica- que sigue la Tierra en su movimiento anual alre­ dedor del Sol, su movimiento de revolución.

3. Sí no hubiera un proceso regulador de ese calentamiento desigual, nuestra zona tropi­ cal estaría hirviendo, y sabemos que esto no ocurre asi. El mecanismo de regulación de temperatura lo constituyen, por un lado, las circulaciones atmosféricas, es decir. los vien­ tos y, por el otro, la oceánica, es decir, las corrientes. Estas circulaciones transportan el exceso de calor del trópico a las latitudes más altas. A pesar de este proceso regula­ dor, el aire que se encuentra en la zona tropi­ cal se caracteriza por una uniformidad que no sucede en las latitudes más altas. y que originan lo que conocemos como monotonía delclima tropical.

4 . En el proceso de distribuir el exceso de ener­ gía solar de los trópicos a las latitudes me­ dias y altas por las circulaciones atmosféri­ cas y oceánicas se han generado. tanto en la atmósfera como en el océano, regiones cli­ máticas tlpicas, zonas donde convergen y se encuentran distintos sistemas de vientos y de transición de distintas masas de aire Una de ellas es la región donde convergen los sistemas de viento alisios. conocida como de "Convergencia Intertropical"; la otra, que se­ para at sistema de vientos del oeste de los vientos polares, es la Baja Polar o el "Frente Polar". Estas discontinuidades son zonas de una fuerte dinámica_

5. El peso de ta columna de aire que experi­ mentamos en cada centímetro cuadrado de nuestro cuerpo se conoce como presión atmosférica _ Al nivel del mar es de más de un kilogramo y disminuye con la altura del ob­ servador_ En la Peninsula de Yucatán es de alrededor de un kilogramo por centimetro cuadrado, y en la ciudad de México. a más de 2000 metros de altura, de 816 gramos; y,


Artículo


evidentemente nuestro organismo opera en condiciones ambientales diferentes. La pre­ sión atmosfér ica se expresa de distintas maneras según los diferentes países. La mundialmente aceptada es la de los "miliba­ res". Su equivalencia es la siguiente· la pre­ sión normal promedio es de 1003,6 milibares que rep;esenta el peso de una columna de mercurio de 760 milímetros de longitud y una sección de un centímetro cuadrado a cero grado de temperatura, equivalente a una fuerza de 1.033 kilogramos por centímetro cuadrado o de 29.92 libras por pulgada cuadrada. Cada milibar es equivalente a

0.75 milímetro de la columna de mercurio.

6. La distribución espacial de la presión atmos­ férica, el campo de presión, es la herramien­ ta principai del meteorólogo para estimar la circulación del aire;el viento. Cuando la línea de igual presión -isobara- es horizontal, no hay circulación y cuando está inclinada se genera un viento que aumenta con la inclina­ ción. El mismo raciona! se aplica en el océa­ no para estimar la dístríbución de la presión hidrostática. Es de destacar que pequeñas inclinaciones de las isobaras generan fuertes movimientos. Por ejemplo, en latitudes me­ dias una corriente de alrededor de 2 nudos, (100 cm/s). que es bastante fuerte. es gene­ rada por una pendiente de un metro en cien kilómetros.

7. La evaporación y la acción de la rotación terrestre juegan un papel importante en la dinámica del huracán. La primera extrae del agua alrededor de 650 calorias para trans­ formar un gramo de agua en vapor a la misma temperatura (calor latente) y el rr;isrno es devuelto a la alta atmósfera al condensar­ se en nubes Este proceso implica transfer­ encia de una gran cantidad de energia

La segunda. -fuerza de Conolis- condiciona la forma y simetría circular de las isobaras que generan el viento, y no se siente en el ecuador.

8. Movimiento ciclónico se refiere al movimiento del fluido: es en sentido contrario a las agu­ jas del reloj en el Hemisferio Norte y con­ trario en el Hemisferio Sur (anticiclónico) y no tiene nada que ver con los huracanes.

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La.jepres1on .:tmosf...nca

Durante la época de huracanes.que en Yucatán comprende de junio a noviembre, se genera una preocupación por saber cómo se presenta la temporada y si existe riesgo de que a lguno de ellos afecte a la Península . En consecuencia , la gente, incluyendo a mis colegas de trabajo . está pendiente de los avisos meteorológicos,con un interés particular en que surjan estas fuertes tor­ mentas.

El comienzo de un hUJracan tiene lugar con la aparición de una depresión atmosférica. es decir, una zona donde la presión atmosférica ha descendido en forma más o menos rápida con respecto a la que la rodea, Esta simple apari­ ción genera una inquietud lógica pues se la aso­ cia con un posible huracán que tal vez nunca se produzca. La palabra depresión tropical los in­ quieta y comienzan las especulaciones . En plá­ ticas sobre este tema con muchas personas, incluyendo académicos. he podido observar que no tienen muy claro qué es lo que genera una "depresión atmosférica" y su probable evolución a un huracán. Esto me ha motivado a incorpo­ rar a este trabajo unos comentanos sobre este fenómeno atmosférico y su posible desarrollo. Una depresión atmosférica es en pocas pala­ bras, una baja sensible de la presión del aire con respecto al cuadro general del ambiente que la rodea; en lenguaje académico una "per­ turbación" en el campo isobárico presente. Este fenómeno aparentemente intrascendente , pue­ de tener serias implicaciones en nuestro am­ biente y en nuestra sociedad, como veremos más adelante. Para conceptuarla físicamente , si nos encontráramos en el lugar, veríamos nubes de desarrollo vertical desordenado que se van extendiendo horizontalmente, probables lluvias, sentiríamos sofocación, según la bajada de pre­ sión habría mucha evaporación -humedad-.y vientos en aumento.

En la jerga meteorológica se conocen dos ti­ pos de depresión, relacionadas más bien a la región del globo donde se desarrollan: depre­ sión extratropical y depresión tropical. La prime­ ra se origina en las latitudes templadas, donde se encuentran masas de aire diferentes; la fría polar y la cálida tropical (frentes); esta depre­ sión genera cambios bruscos del estado del

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tiempo, debido al contraste de las temperaturas del aire que provee la energia que mueve a las tormentas extratropicales. Dichas depresiones son de mayor extensión y menos intensas que las depresiones tropicales; su representación isobárica es generalmente asimétrica, las iso­ baras no se cierran en circulo. son más bien alargadas por la presencia de frentes y se des­ plazan a mayor velocidad.

La existencia de discontinuidades en la atmósfera , y hasta cierto punto su asociación con las depresiones extratropícales, era muy poco conocida a principios de siglo. y su rela­ ción con los frentes fue un notable avance en comprender los origenes de las mismas (ciclo­ génesis). La escuela noruega fue la que introdu­ jo las ideas monume'ltales de la génesis y es­ tructura de las depresiones que revolucionaron la meteorologia práctica. La teor ía de que las depresiones extratropícales se forman en los frentes polares que separan a los vientos del oeste de los vientos polares se conoce como la teoría del Frente Polar. Se podria continuar ela­ borando sobre este apasionan te tema , pero no es el propósito de este articulo . Entraremos por lo tanto de lleno al tema de las depresiones tro­ picales. Espero que los comentarios que expuse previamente pem1ítan que las explicaciones que siguen sean interpretadas con claridad

D_ p1 es1un: ,tropical,;s

Las depresiones tropicales de mueven y evolu­ cionan en una masa homogénea de aire tropical que no interacciona con otras masas de aire. como es el caso de las depresiones extratropi­ cales, y por lo tanto carece totalmente de fren­ tes. Es fácil imaginar que el encuentro de dos masas de aire distintas genere un área de una fuerte dinámica donde puede tener lugar una serie de fenómenos. incluyendo la génesis de una depresión. pero se hace difícil intuir que en un ambiente tan homogéneo como es la at­ mósfera tropical se puedan desarrollar tori11en­ tas tan intensas como son los huracanes. Las depresiones tropicales derirvan lentamente con la circulación general del viento correspondiente a su latitud; es decir, que se mueven del este hacía el oeste con los vientos alisios y alrededor de la circulación anticiclónica oceánica en la cual están sumergidas. Ellas son menos fre­ cuentes y de menor extensión que las depresio­ nes extratropicales. no cuentan con ant1c1clones


(alta presión) asociados; ocurren en las épocas más calientes del año. mientras que las depre-­ siones extratropicales se presentan en todas las estaciones; se generan solamente en los océa­ nos, y cuando se mueven sobre tierra pierden fuerza rápidamente (Fig. 1).

En el centro de la tormenta (ojo) hay ligeras brisas y la proverbial calma. La presión baromé­ trica desciende rápidamente hacia el centrn, donde se han registrado valores muy bajos; la velocidad del viento, la humedad y la lluvia au­ mentan hacia el ojo. donde todas ellas descien­ den bruscamente. Si hay una fuerte corriente de aire hacia abajo en el ojo, la temperatura puede ser de 8 a 1O"C más alta que en el cuer­ po principal del huracán.

No todas las depresiones alcanzan lo que se conoce como intensidad de huracá. es decir, áreas apreciables con vientos del orden de 120 km/h. Las estadísticas existentes sobre depre­ siones incluyen todas las perturbaciones tropi­ cales ya sean o no huracanes.

Depresión ESTADO DE DESARROLLO DE UNA DEPRESIÓN

TROPICAL A }1URACÁN

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Aunque son características de los trópicos, no se han registrado en el ecuador, debido a la ausencía de la fuerza deflectora de Coriolis.

Tales tormentas tropicales no son comunes; el total de ellas en un año puede vanar de 30 a 100, con un 25% cerca del sureste de As 1<c1. 14%




en el Caribe y aguas adyacentes . y un 10% en el suroeste del Pacífico y aguas australianas. Ellas afectan en forma notable, aunque de ma­ nera espasmódica . a la circulación general de la. atmósfera y transportan grandes cantidades de aire cálido y húmedo de bajas a latitudes me­ dias. Se ha estimado que un huracán maduro puede exportar más de 3,500 millones de tone­ ladas de aire por hora , lo que contribuye nota­ blemente en la redistribución del aire dentro de la atmósfera. El desarrollo de un huracán involu­ cra la liberación de enorme cantidad de energía , y la transferencia de cantidades sustanciales de agua a lo largo de muchos grados de latitud.

Existen ocho regiones de depresiones tropi­ cales: una en elAtlántico norte, dos en el Pacifi­ co norte. dos en la región de la India, uno en el Pacífico sur y dos en Océano Índico del sur. mientras que hay grandes áreas de los mares tropicales, notablemente elAtlánt ico sur y el Pa­ cifico sur oriental que están totalmente libres de ellas. De todas éstas regiones el .suroeste del

Pacífico norte tiene por mucho el mayor número de ellas.

La segunda región en el Pacifico norte está cerca de la costa oeste de América Central, par­ ticularmente en México, que se caracteriza por depresiones poco frecuentes, de corta vida, y que se desarrollan en una región que se extien­ de desde el Golfo de Tehuantepec hasta las Is­ las de Revillagigedo.

El oeste del Atlántico norte y el Caribe son tal vez las regiones de depresiones mejor conoci­ das en el mundo, a pesar de ser superadas por el lejano oriente en frecuencia y tal vez en inten­ sidad. La estadística parece indicar claramente que un gran número de huracanes de las Indias Occidentales se origina en la vecindad de las islas del Cabo Verde, cerca de la costa africana.

Un área secundaria de formación de estos huracanes es en el Caribe oriental, especial­ mente en la región de Jamaica - Nicaragua - Honduras siendo muy similares a los tifones del mar del sur de China en donde se mueven prin­ cipalmente hacia el norte. El Océano Atlántico tiene una sola área de formación de huracanes, y no una separada oriental. como en el Pacífi­ co, y lo más notable es que no hay huracanes en ningún lugar delAtlántico sur.


Origen y desarrollo de les d7ores1':!r:es mi-a­

les

Los procesos que generan la formación de depresiones tropicales no están bien definidos, aunque se han presentado teorías aceptables. En vista de que las regiones de su formación están claramente establecidas, como se han citado anteriormente . deben existir ciertas pecu­ liaridades en la circulación o en los procesos termodinámicos en esas regiones que están relacionadas con su desarrollo . Además de que todas ellas están caracterizadas por su alta tem­ peratura. su a lto contenido de vapor de agua y su inestabilidad térmica en las masas de aire, se puede identificar una notable caracter ística: "para la mayoría de los océanos . la región de formación de las depresiones tropicales es el lugar de encuentro de los dos sistemas de vien­

tos alisios". que tiene lugar a una distancia con­

siderable al norte o sur del ecuador, presumible­ mente mayor de 5º de latitud (556 kilómetros).

Con base en consideraciones elementales de la circulación general, es de esperar que los dos sistemas de vientos se encuentran en el ecua­ dor, en la región conocida como de las "calmas ecuatoriales o doldrums". Sin embargo, según la estación, esta zona se extiende hasta más de 15º de latitud. hacia el norte, lo que ocurre en septiembre - octubre (verano) y febrero - marzo (invierno) hacia el sur. Todas las depresiones tropicales tienen en su centro una zona circular de vientos ligeros o calmas, denominadas el "ojo" de la tormenta, de aproximadamente 22 kilómetros de diámetro, aunque puede variar de 8 a 75 kilómetros en muchas tormentas. Dentro de los terríficos vientos que soplan en la zo­

na de tormenta, es increíble concebir la calma o

vientos suaves dentro del ojo. Aunque no hay una explicación satisfactoria sobre la existencia del ojo, se considera que el mismo es causado por el efecto de 'succión hacia abajo. en el cen­ tro, de vientos secos de altura".

Una depresión tropical ocurrirá probablemen­ te cuando se presentan las siguientes condicio­ nes: a) latitud superior a los 5º- 6º tanto norte como sur, para que sea apreciable la fuerza de rotación de la Tierra (Coriolis); b) una superficie cálida (al menos 27°C) en un área marina sufi­ cientemente grande como para proveer al aire sobre ella de grandes cantidades de vapor ; y, c)



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un intenso viento en altura que elimine el aire cálido y húmedo que asciende en el centro.

Los huracanes se forman de simples tormen­ tas; sin embargo, estas tormentas pueden sola­ mente crecer a fuerza de huracán con la coope­ ración del océano y de la atmósfera. El calor latente -energía que se requiere para pasar de agua a vapor- es la fuerza principal de energia en una depresión tropical,y es así que un influjo de aire seco puede reducir al huracán a una de­ presión rr-ucho más lenta, es decir, a una depre­ sión tropical

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El tiempo de vida de una depresión tropical puede variar desde unas pocas horas hasta cer­ ca de tres semanas; la mayoría dura de cinco a diez días. Todas ellas comienzan como depre­ siones tropicales sobre agua cálida, en un área de 200 a 400 kilómetros cuadrados.

Pueden permanecer en esta etapa formativa, casi amorfa , con un abultamiento, pero sin ce­ rrar sus isobaras y con presión atmosférica arri­ ba de 1000 milibares. durante varios dias. Un número sustancial de depresiones tropicales nunca llega al estado de huracan.

El estado inmaduro de una tormenta tropical comienza cuando el viento aumenta de 65 a 87 kilómetros por hora, a vientos de fuer za de ga­ lerna de 89 a 118 kilómetros por hora (25 a 33 mis). característico de tormentas desarrolladas.


donde los vientos siguen una trayectoria en for­ ma de espiral que los lleva al centro u ojo. Los gradientes de presión y de los vientos son muy abruptos. algunas isobaras se cierran, la pre­ sión cae debajo de los 1,000 milibares (720 mm) y el diametro decrece a 80-200 kilómetros. Mu­ chas tormentas permanecen en este estado a través de toda su vida , aunque en algunos ca­ sos hay fáfagas de fuerza de huracán.

Muchos investigadores sostienen que el tér­ mino ciclón tropical (huracán. tifón) debe ser re­ servado al estado maduro de intensas tor men­ tas tropicales, aquéllas donde la intensidad del viento supera los 118 kilómetros por hora (33 mis) sobre un área de al menos 100 kilómetros de diámetro Las isobaras son casi circulares al princ1p10, y la presión cae bien debajo de los 1,000 milibares (720 mm) en el centro, pero los gradientes son menos abruptos. El tamaño del huracan. según lo definen sus isobaras cerra­ das. puede variar considerablemente, desde 100 a más de 2,000 kilóme1ros de diametro en la superficie con un ojo de 20 a 100 kílómetros .

Un huracán maduro consume energía cinéti­ ca a una tasa de 500 billones (1012) de caballos de fuerza (HP). el equivalente a varias bombas atómicas por segundo. La rafaga de viento más fuerte, registrada en 1966, fue de 316 kilóme­ tros por hora; las lluvias más intensas de 1583 milímetros en 24 horas, en abril 1958 en Aurére, en una ladera de montaña en la Isla Reunión y 1168 milímetros en Baguio, Filipinas en 1911;la presión mas baja de 885 milibares fue registra­ da en el huracán Gilberto, en el Caribe,en 1988.

Los huracanes se clasifican de acuerdo con la velocidad del viento en la escala, Saffir - Simpson. que va desde la categoría 1 a 5, sien­ do esta última la más devastadora. La forma usual en que se anuncia una tormenta tropical es con una ancha banda de nubes cirrus (nubes horizontales hilachadas de gran altura) y pue­ den presentarse lluvias torrenciales, en una lí­ nea de costa, 500 a 600 kilómetros delante de la tormenta que se acerca. Las cirrus se reparten en todas direcciones, y un velo acuoso puede rodear al aire. Después de uno o dos días la tormenta aparece como un muro distante de nu­ bes cúmulus nimbus (nubes oscuras de tamaño considerable y de desarrollo vertica l) con las nubes del medio y las altas viajando en distintas



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direcciones. Las nubes bajas, que pueden estar a una altura de 50 metros, tienden a agruparse, el aire se hace más fresco y comienza la lluvia. El viento se hace más violento y la lluvia más densa, con parches más fuertes justamente antes del ojo, en un radio de 20 a 50 kilómetros, hasta que un costado del muro de nubes pasa sobre el observador. Sigue un intervalo de 10 a 45 minutos de tiempo sin lluvias y con débiles vientos, seguido de las lluvias más intensas y ráfagas más violentas del lado opuesto, lo que ocurre debajo de la parte más abrupta y enorme del muro de nubes. En zonas costeras se agre­ ga a la lluvia el salpicado de las olas que rompen. La lluvia decrece gradualmente, pero puede durar hasta dos o tres días, dependiendo de la cantidad de aire húmedo disponible.

Onda de tormenta

Los huracanes pueden causar inmensos daños, tanto por la acción directa del viento, así como indirectamente por las inundaciones provoca­ das por las lluvias y ondas de tormenta . La his­ toria de las tormentas tropicales muestra que más de las tres cuartas partes de las pérdidas de vidas humanas es debida a inundaciones. La acumulación de agua por los vientos huracana­ dos forma lo que se conoce como "onda de tor­ menta". En realidad es solamente en ciertos casos que la subida del agua se presenta en for­ ma de una inesperada ola o una pared de agua, pero a menudo el ascenso del nivel del agua sucede tan rápidamente que hay poca oportuni­ dad de escapar. Si esto coincide con mareas ex­ traordinarias como son las equinocciales -cuan­ do la Luna y el Sol están alineados y cruzan el ecuador celeste, estando por lo tanto más cerca de la Tierra-, las condiciones se agravan consi­ derablemente.

La configuración del fondo y de los costados de golfos y bahías tienen un efecto considerable en el desarrollo de la onda de tormenta. La Ba­ hía de Bengala en el Índico, parece ser la peor en este sentido; su estrechamiento en la parte norte, y cierta configuración de su relieve sub­ marino favorecen la formación de excepcionales ondas de tormenta. Una tormenta memorable en la desembocadura del río Ganges, en 1876, inundó las zonas bajas hasta una altura de 3 a 13 metros y costó la vida a 100,000 personas por ahogo, y otro tanto por enfermedades. Lo que puede ser considerado como el mayor

P ev "llfto /m rMéx) Vol 5, Ntím '9 '1•1-01:;, 2002


desastre ambiental en la historia de los EUA su­ cedió en la isla de Galveston, Texas. el 6 de septiembre de 1900, con un daño principal pro­ ducido por inundación. Ubicada en una de las cadenas de islas frente a la costa de Texas, Gal­ veston es muy vulnerable a la acción de las olas de resaca o de fondo que acompañan a los hu­ racanes del este-sureste . Este huracán se apro­ ximó a Galveston desde esa dirección, y la acumulación de agua fue favorecida por la con­ figuración peculiar de la Bahía de Galveston. El mar barrió la ciudad entera con la estela de vientos de violencia de huracán. La pérdida de vidas humanas superó a 6,000 y los daños materiales excedieron los 20 millones de dóla­ res. Después de esto se construyó un muro pa­ ra proteger a la ciudad.

Los daños en el litoral caribeño mexicano, causados por el huracán Gilberto, en 1988, in­ volucraron olas que alcanzaron una altura de

6.36 metros. Los lagos son afectados en forma similar que el mar en periodos más cortos, pero debido a sus dimensiones más pequeñas pue­ den generar oscilaciones como la notable de 5.5 metros que sufrió el Lago Okeechobee, en Flori­ da, en 1926.

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Un aspecto algo ignorado o tal vez poco divul­ gado es el daño que los huracanes causan a los buques en el mar. Existen descripciones bastan­ te detalladas de cómo numerosos buques han lidiado con eslos desafíos en el océano, particu­ larmente con los tifones en el Pacífico occiden­ tal. El más notable de ellos es el relacionado con el tifón que debió soportar la Tercera Flota

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de los EUA al este de las Islas Filipinas, en diciembre de 1994, que produjo más daño a la marina óe guerra norteamericana que todos los encuentros navales sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. El 18 de diciembre de 1944 los buques de esa poderosa flota que estaban ope­ rando en apoyo de la invasión de las Islas Filipi­ nas. alrededor de 500 kilómetros al este de Lu­ zón, fueron sorprendidos cerca del centro de un tifón de extrema violencia. Tres destructores, el Hull, Monaghan y Spence se hundieron en vuelta de campana , es decir, giraron hasta que se dieron vuelta ( 180º) con prácticamente toda

su tripulación; los portaaviones Miami, Mon­ terey, Cowpens y San Jacinto; así como varios buques más, sufrieron daños fuertes mientras que otros 19 buques resultaron con daños me­ nores. Se produjeron incendios en tres porta­ aviones cuando los aviones se desprendieron en sus hangares y, 146 aviones en varios bu­ ques, se perdieron o dañaron sin poder ser re­ cuperados.Alrededor de 790 oficiales y tripulan­ tes murieron y 80 resultaron lesionados . Algu­ nos destructores indicaron haber tenido un giro de más de 70º y es fácilimaginar cuán cerca es­ tuvieron de dar la vuelta de campana .

Independiente de estos daños materiales y de vidas humanas, se planteó un interesante problema de conducción naval: esos buques no tuvieron completa libertad de acción para enfrentar a ese meteoro, por estar subordinados a una operación militar importante, como era la de proteger el desembarco de tropas que inicia­ ba la recuperación de esas islas, entonces en poder de las fuerzas japonesas. Este intere­ sante problema se ilustra en una película que se proyectó en la década de 1950 titulada El Mofin del Caine.

Huracanes en el Golfo Je Mexico y en el Paclft­

o mexicano

Un examen de las trayectorias de los ciclones tropicales muestra que no hay zona costera de México que esté libre de la amenaza de las

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depresiones tropicales, que en muchos casos llegan a la intensidad de huracán. En el Golfo de México y en el Pacífico. el litoral del país está vulnerable a ros efectos de las tormentas tropi­ cales, aunque su comportamiento en ambos litorales es argo diferente. Las depresiones que se generan en el sureste de México. específica­ mente en el Banco de Campeche. se dirigen ge­ neralmente hacia el norte, mientras que las del Caribe viajan hacia el oeste hasta tocar las cos­ tas de América Central o las de la Península de Yucatán. Cuando la atraviesan se disipan, pero no lo suficiente para quedar anulados, debido a lo angosto de la península,de modo que al lle­ gar al Golfo de México encuentran nuevamente el agua cálida que los realimenta. recuperan su furia y continúan su obra destructora.

En un estudio sobre la actividad de las depre­ siones en el Atlántico norte, durante la primera mitad del siglo pasado. algunos investigadores han encontrado que mas del 78% de las ocurri­ das en el Golfo de México tuvieron lugar a partir de 1932. y sólo 36% ha alcanzado la fuerza de huracán; la duración de estas depresiones ha sido de 4 .4 días y la de los huracanes de 2.2

días. La forma cerrada del Golfo, condiciona su corta duración y baja frecuencia, ya que las tor­ mentas se encuentran en poco tiempo con tierra y se disipan. La Península de Yucatán es el área más afectada por las depresiones y, del total mencionado anteriormente, 46% afectó a la península. En las dos últimas décadas se ha in­ crementado la frecuencia e intensidad de los huracanes en esta región; se deben destacar el Gilberto en 1988 y el Mitch en 1998, en septiem­ bre y octubre respectivamente.

El primero comenzó como una onda tropical en el noroeste de la costa africana y se movió hacia el oeste en pleno Atlántico; durante los siguientes días se formó una amplia banda de baja presión. La circulación del viento se extendió casi hasta el ecuador. El sistema con­ tinuó sin mostrar signos de organización hasta que se aproximó a las Islas de Barlovento, en las Indias Occidentales, el 8 de septiembre. El 9, esta onda fue clasificada como depresión tro­ pical de la estación de huracanes de 1998, cuando estaba a 650 kilómetros de las Islas Barbados. La depresión se desplazó hacia el oeste noroeste a una velocidad de alrededor de 15 nudos, y el 9 de septiembre evolucionó rápi­ damente, siendo calificada como huracán el día



1O. Gilberto continuó en esa trayectoria como huracán 3 y pasó sobre la isla de Jamaica, don­ de se intensificó rápidamente con vientos de ca­ si 200 km/h y una presión que bajó de 960 hasta 885 milibares en 24 horas. Esta presión, medida por un avión Cazador de Huracanes, es la más baja registrada en el Hemisferio Occidental. Du­ rante este penodo, Gilberto continuó su curso oeste-noroeste bajo la influencia de una alta presión en el norte. El 14 de septiembre cruzó la parte noreste de la Península de Yucatán, con una calificación de huracán 5, recalando de esta forma en el hemisferio occidental, -el primero desde Camila en 1969- perdiendo rápidamente energia al cruzar la península, y con la presión en el ojo aumentando a 950 milibares. Gilberto continuó con ese mismo rumbo, viajando a 15 nudos (28 km/h) a través del Golfo de México; golpeó la costa de México alrededor de las 16:00 horas del 16 de septiembre con categoría 3, cerca de la villa La Pesca, para continuar al sur de Monterrey; el 17 siguió hacia el norte a través del oeste de Texas y de Oklahoma, como tormenta con fuerte lluvia el 18, para unirse finalmente con un sistema frontal de baja pre­ sión en desarrollo, el 19 de septiembre.

Las estadísticas meteorológicas de este hu­ racán son las siguientes: además de haber re­ gistrado la presión más baja en el hemisferio, la onda de tormenta (subida del nivel del mar) ocurrió probablemente en la costa de la Penín­ sula de Yucatán (Puerto Morelos) con un regis­ tro de 5 a 7 metros y en la costa este de la pe­

nínsula de 3 a 5 metros. Al menos se generaron

39 tornados a través del sur de Texas. El im­ pacto socioeconómico fue de 318 muertos, en su mayoria en México, y el costo de los daños cerca de diez mil millones de dólares, con un va­ lor estimado en México entre mil y dos mil millo­ nes de dólares. El mayor daño en los EUA fue causado por los tornados. La erosión costera en México fue considerable. El huracán Mitch fue también calificado con fuerza 5 y vientos de cer­ ca de 290 kilómetros por hora.(80 m/s). Los da­ ños a la salud en términos de muertes y enfer­ medades en América Central, particularmente en Honduras, fueron enormes, así como la ero­ sión costera.

Las trayectorias de los huracanes en el Pací­ fico mexicano, muestran que estas perturba­ ciones permanecen en el mar. siguiendo recorri­ dos más o menos paralelos a las costas, y sólo

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un reducido porcentaje gira para entrar a tierra, donde causan enormes destrozos, como ocurrió en el Puerto de Manzanillo, en octubre de 1959, cuando murieron más de mil personas, y el Tara. del 10 de noviembre 1961, que entró al oeste de Acapulco causando inundaciones en la región de Tecpan ; la población de Nuxco fue material­ mente sepultada por la avalancha de material de acarreo y se produjeron daños viales en las cercanías.

Fig 4 Huracán un c1cl6n lropical con vientos superiores a 64 nudos (32 mis) .

La tormenta perfecta

Un caso muy interesante y nada frecuente es el fenómeno que tuvo lugar a fines de 1991 en el Atlántico occidental. presentándose como una combinación de una depresión extratropical y una tropical, es decir una combinación de dos tormentas en una que, además, generó una situación meteorológica poco usual. ya que un huracán se formó en el medio de una tormenta no tropical. Por esta rara combinación fue

denominada la Tormenta Perfecta y motivó la

publicación de un libro y un filme cinematográfi­ co. Su historia es la siguiente:

Una gran y muy poderosa depresión extratro­ pical azotó al litoral del Atlántico noroeste, desde Nueva Inglaterra hasta Florida , en los úl­ timos dias de octubre 1991. La tormenta fue tan

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severa que se bautizó como la Tormenta del Oía de Brujas por el Servicio Meteorológico Na­ cional de los EUA; entre sus cuantiosos daños provocó el hundimiento del buque pesquero Andrea Gailcon toda su tripulación. Simultánea­ mente, mucho más al sur y sobre las aguas del Atlántico, se encontraba el huracán Grace. El desplazamiento de ambas depresiones los lle­

vaba a un rumbo de encuentro, lo que se produ­

jo el 30 de octubre en pleno mar. La tormenta extratropícal ya debilitada recibe una gran dosis de energía y humedad a través de Grace y con ello alcanzó su máxima intensidad. Este sistema no tropical continuó en una dirección atípica hacia el oeste, con vientos sostenidos de 115 km/h y una altura de las olas entre 27 y 33 me­ tros, y realizó su aproximación más cercana a la costa de EUA a menos de 350 kilómetros del Cabo Cod, Massachusetts. El 31 de octubre la tormenta se debilitó. pero continuó manteniendo sus caracteristícas; en ese momento parte de ella se encontraba sobre las aguas de la Corriente del Golfo, con temperaturas cercanas a los 26ºC. Esta nueva provisión de energia y

de humedad transforma a esta depresión no tro­

pical en una tropical, que rápidamente se con­ virtió en huracán, moviéndose hacía el norte, cerca del área donde había nacido la depresión no tropical. El sistema se acercó a la costa canadiense de Nueva Escocia y antes de tocar tierra se disipó.

Este huracán no fue bautizado con ningún nombre debido a que en esos dias la atención pública estaba concentrada en el extenso daño causado por la tormenta del Dia de Brujas des­ de Maine hasta Florida, y que el nuevo huracán seria de corta vida y de interés sólo para la na­ vegación, de modo que no convenía alarmar nuevamente al público. Este caso muestra co­ mo las depresiones extratropicales. tal como la del Dia de Brujas. que cubren áreas más gran­ des que la de los huracanes absorben la

energia y humedad de estos últimos, con con­ secuencias desastrosas, corno sucedió con el Huracán Hazel en octubre de 1954, que prime­ ramente azotó a las Carolinas como huracán de fuerza 4. y que al combinarse con un centro de baja presión, se convirtió en una monstruosa


tormenta extratropical que devastó Toronto, Canadá, causando 76 muertos.

Estado actual del conocímiento

Los meteorólogos y el público confían en los aviones cazadores de huracanes para conocer más sobre ellos. Estos aviones están equipados con instrumentos meteorológicos que penetran en esas poderosas tormentas operando durante más de 11 horas en el aire.

A pesar de los avances logrados con las imá­ genes de los satélites meteorológicos y de los aviones cazadores de huracanes, no es posible predecir con cierto grado de certeza la trayecto­ ria de estos fenómenos, particularmente cuando se acercan a tierra firme.

Expertos en huracanes tropicales pronostican huracanes más intensos. Esta predicción está basada en una correlación entre la lluvia en el oeste de Sahel en África y la presencia de hura­ canes en el Atlántico. Cuando la lluvia en esta región es abundante. se desarrollan huracanes más violentos en el Atlántico, que llegan al conti­ nente americano. Esta investigación sugiere que el periodo de calma actual está terminando o bien que el de violentos huracanes está por comenzar o ya ha comenzado. El potencial para generar daños es mayor. no solamente por el aumento de intensidad de las tormentas, sino también porque hay aumento de población y más desarrollos urbanos. La conexión entre la lluvia en el oeste de África y la frecuencia e in­ tensidad de huracanes, va más allá de la esta­ dística y tiene sus fundamentos en relaciones fisícas. Ha llegado el momento de tomar las cosas nuevamente con seriedad.

Bl BUOGRAF!A

1. Heavy Weather Guide, 1965- United States Naval lnstitute, Annapol is, Maryland, 1965.

2. R.H. Simpson. Scientific American, vol. 190, núm. 6, 1954.

3. Tannehill, l., Hurricanes. Princeton Uníversity Press, 1956.

4. J. Malkus, The Origin of Hurricanes, Scíenti­ fíc American, vol. 197, núm. 2, 1957.