Lasallistas -recuerdos, vestigios, memoria

Cleusa Maria Gomes Graebin

<prcleusa@lasalle.tche.br

Rejane Penna

Profesores Investigadores del Curso de Historia del Centro Universitário La Salle, Canoas, Brasil

Recibido: Enero del 2004. Aceptado: Mayo del 2004

RESUMEN

Este trabajo muestra las primeras reflexiones tejidas sobre las posibilidades de abordaje de los testimonios orales en lo que se refiere a la memoria de la presencia lasallista en Rio Grande do Sul. Los testimonios son parte del acervo del archivo visual y sonoro, intitulado Memoria Lasallista, bajo la custodia del Museo y Archivo Histórico La Salle, órgano del Centro Universitário La Salle, de Canoas, Rio Grande do Sul, Brasil.

Palabras-clave: memoria, historia, lasallistas . ABSTRACT

This PAPER shows the first reflections on the possibility on approaching the oral testimonies related to the memories of La Salle presence in Rio Grande do Sul, Brasil. The testimonies are a part of the visual and audio archives named Memoria Lasallista, under custody of La Salle Museum and Historical in Archive Canoas, Rio Grande do Sul, in Brasil.

Key words: memory, history, La Salle persons.

INTRODUCCIÓN

En 2007, los hermanos Lasallistas completarán cien años de su obra educativa en Rio Grande do Sul, Brasil. En ese tiempo de preparación para las conmemoraciones de centenario un desafío se impone: registrar la memoria de esa institución que ha estado tan íntimamente ligada a la propia historia de la educación de nuestro estado. De ahí, el propósito de constituir un acervo de testimonios orales con los personajes más directamente involucrados en el proceso de creación y consolidación de las escuelas lasallistas en Rio Grande do Sul, así como de los que usufruyeron de la formación por ellas ofrecida.

Nuestro movimiento va en el sentido de la reflexión de Flávia Werle que, criticando a los “fieles depositarios de la memoria institucional”, afirma que somos todos, a un solo tiempo, depositarios y constructores de la identidad institucional:

“No es incomún encontrar instituciones sin registros de su pasado, despreciándolo; con lapsos de documentación referentes a largos periodos o en las cuales una u otra persona domina la documentación apropiándose de la memoria institucional como si fuesen propietarias del pasado institucional del cual muchas veces ni fueron actores activos”. 1

Felizmente no solamente los Hermanos Lasallistas, sino también órganos y empresas estatales y privadas han demostrado en estos últimos años una creciente preocupación en recuperar su propia historia. Es el caso, por ejemplo, de Petrobrás y Eletrobrás que, a partir de la organización

1 Werle, F. O. C. Identidade institucional: papel dos gestores na preservação da história institucional. Disponível: http://www. Ufpel.tche.br/fae/sitehospedados/A19WERLE.htm. Acessado em 03.11.2003


de "Centros de Memoria", formaron expresivos conjuntos de testimonios, algunos de ellos transformados en libros.

Acervos de esa naturaleza constituyen fuentes muy ricas para el debate sobre los rumbos de la política, economía y educación brasileña, en la medida en que posibilitan acompañar y recuperar el movimiento de modernización y ampliación del Estado brasileño.

Esos testimonios también son valiosos para la comprensión de los procesos de formulación e implementación de políticas educacionales, culturales y económicas, así como permiten colocar en foco la metodología de producción y exploración de documentos orales. Las memorias de los actores sociales sobre la historia institucional potencializan la comprensión del proceso de construcción del entrelazamiento entre las experiencias de alumnos, ex-alumnos, profesores, ex- profesores y la propia historia de los hermanos Lasallistas y de sus escuelas.

CREACIÓN Y DINAMIZACIÓN DEL ARCHIVO ORAL DE LA TRAYECTORIA LASALLISTA EN RIO GRANDE DO SUL

En 1996, a partir de proyectos de disertaciones de maestrías elaborados por hermanos y profesores de la Congregación del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, de aquí en adelante, denominados lasallistas, ligados a la trayectoria de la Institución. Se inició un trabajo de levantamiento de material —documentos y piezas—, buscando fuentes para investigación. A partir de ese trabajo se sintió la necesidad y la importancia de crear un futuro museo, un archivo histórico y espacio para la investigación.

Por lo tanto, en el transcurrir de 1996 a 1998 se elaboró un proyecto para la creación del Archivo Histórico y Museo, presentándose a la Rectoría del Centro Universitário La Salle. Ésta apreció el Proyecto, que fue encaminado y aprobado por el CONSEPE ( Conselho de Ensino e Pesquisa ), haciendo efectiva su creación a través de la Resolución no 25/98, del 21 de agosto de

1998, e iniciando su ejecución en marzo de 1999.

El Archivo Histórico y Museo La Salle es actualmente un órgano vinculado a la Pro-Rectoría Académica del Centro Universitário, teniendo como objetivo constituirse en un espacio privilegiado para la investigación y estudio del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, como guardar, organizar, preservar y divulgar los acervos documentales sobre San Juan Bautista de La Salle, la educación lasallista y la memoria lasallista.

Su acción se orienta por un entendimiento del patrimonio histórico no sólo como bien cultural a ser preservado sino, principalmente, por la problematización de su propio sentido, buscando analizar el proceso de construcción del mismo, esto es, mapeando su evolución a lo largo del tiempo, en determinado espacio.

En diferentes tiempos y lugares, las sociedades construyen dispositivos con la intención de interpelar la memoria. Esos dispositivos son cadenas afectivas con su pasado y, también, fruto de opciones que la sociedad selecciona, atribuyéndole valores. El patrimonio, puede verse, así, como representación social, relación establecida entre lo visible (objeto) y lo invisible (mundo que representa). La posibilidad de perpetuar elementos pertencientes a determinado grupo social, implica la referencia institucionalizada a su memoria.

Se entiende que la memoria æindividual, familiar o colectivaæ está en la base de la esencia de aquello que llamamos patrimonio. Expreso en signos verbales están los sentidos y las percepciones elaboradas sobre las experiencias vivenciadas y compartidas, cuya mantención garantiza el reconocimiento mutuo de los miembros del grupo entre sí y de sus identidades culturales.

Están en la memoria, en gran parte, los marcos de significación que permiten legitimar como patrimonio los bienes culturales producidos por los lasallistas. En este sentido, la creación de un


archivo oral de la trayectoria de los lasallistas en Rio Grande do Sul, enfatizará a la persona humana como creadora y transformadora de cultura y el reconocimiento del patrimonio cultural como referencia de identidad y documento inestimable para la comprensión del proceso histórico de los lasallistas en nuestro estado.

EL LEVANTAMIENTO DE LA MEMORIA LASALLISTA POR INTERMEDIO DE LAS FUENTES ORALES

Las fuentes orales integran un método, en el que se hace una grabación sonora de una entrevista sobre experiencias directas ocurridas durante la vida de un testigo ocular, trabajándose con las representaciones.

El sistema de representaciones puede expresarse, entre otros medios, por intermedio de la escritura y de la oralidad. Conforme mencionado por David Olson,2 apenas en los siglos XII y XIII, los documentos escritos comenzaron a sustituir la memoria y al testigo oral, siendo que la comprensión de las Escrituras, de los sacramentos y de la naturaleza sufrieron una transformación correspondiente bajo el impacto de la cultura escrita.

Acompañando las prácticas socio-culturales y buscando su lugar como locus privilegiado de explicación del mundo, la historia definió, poco a poco, el tipo de fuente que podía considerarse confiable, tendiendo a adquirir un estatuto de seriedad, extrapolando la mera imaginación o los registros seriales eclesiásticos o de dinastías. Las fuentes escritas se prestaron a una verificación más viable que los pocos precisos testimonios orales.

En el transcurrir de los tiempos, los historiadores prácticamente separaron la oralidad de la escrita. En las tradicionales técnicas historiográficas que integraron el montaje del aparato de erudicción de la historia, incluyendo la crítica interna y la crítica externa, el análisis de la fuente oral quedó fuera.

Al intentar descubrir una única historia, fija y recuperable, algunos historiadores fueron llevados a ver con negligencia la pluralidad de versiones del pasado, dadas por diferentes interlocutores. No se dieron cuenta de que las “distorsiones” de la memoria podían ser un recurso, antes de ser un problema".3

Desde el movimiento de la Nueva Historia, algunos historiadores ampliaron la noción de fuente. No es posible separar los progresos en el tratamiento de las fuentes orales de la influencia de la escuela francesa de los Anales, que ambicionaba una historia total.

A partir de 1964 ocurrió el boom de la utilización de las fuentes orales, llegando, en 1977, a existir mil centros expandidos por el mundo4 Los que consideraron las fuentes orales como relevantes crearon métodos de análisis y de entrevista que se fundamentaron en un entendimiento más complejo de la memoria y de la identidad, surgiendo medios nuevos y estimulantes para sacar el mayor provecho de las memorias para fines de investigación histórica. Procuraron explotar las relaciones entre reminiscencias individuales y colectivas, entre memoria e identidad, o entre entrevistador y entrevistado, haciendo que el trabajo con fuentes orales pasase a ocupar un lugar destacado en el conjunto más amplio de estudios innovadores sobre historia social y cultural.

Brasil no quedó al margen de esas discusiones. Por aquí, el uso de entrevistas orales como fuente de información para investigaciones ya era de procedimiento, hasta cierto punto cormún, entre investigadores sociales, pero no había la preocupación de producir documentos, a partir de

2 Olson, D. “Cultura escrita e objetividade: o surgimento da ciência moderna”, in: Olson, D. e Torrance., N. (Org.), Escrita e oralidade, 2a. ed., São Paulo, Ática, 1997.

3 Hamilton, P., Thomson, A., Frisch, M. “Os debates sobre memória e história: alguns aspectos internacionais”, in: Amado, J., Ferreira, M. de M. (Coord.), Usos e abusos da História Oral, Rio de Janeiro, Editora da Fundação Getúlio Vargas, 1996.

4Trebitsch apud Ferreira, M. de M. (org). História Oral e Multidisciplinaridade, Diadorim, Rio de Janeiro, 1994.


la relación entre deponentes e investigador, mediada por una grabadora. El momento fue analizado por Marieta de Moraes Ferreira, en la introducción de una coletánea sobre investigaciones que integraron las fuentes orales, en el que el medio historiográfico denominó de historia oral:

la novedad de los programas de Historia Oral del CPDOC y del Departamento de Historia de la Universidad Federal de Santa Catarina fue exactamente proponer la constitución de acervos de testimonios orales de Historia de vida, de representantes de la elite política brasileña. Aunque ese nuevo campo de trabajo despertase, en la época, poco interés y, en algunos casos, fuertes resistencias, la posibilidad de su afirmación puede ser explicada a partir de la abertura de nuevos centros de investigación y programas de posgraduación en las universidades brasileñas”. 5

Sin embargo, su introducción en Brasil data de los años setenta, solamente al inicio de los años noventa la Historia Oral experimentó una expansión más significativa.

Hoy, uno de los campos en que más se publica, es en el de la historia oral. Existen algunos trabajos considerados ya clásicos, incluso no siendo escritos por historiadores, caso de Ecléa Bosi6 en “Memória e sociedade: lembranças de velhos”.

Ella analiza la memoria de personas con edad superior a setenta años, relacionándola al espacio social de la ciudad de São Paulo. Al hablar de los objetivos de su trabajo, afirma que: “nuestro interés está en lo que fue recordado, en lo que fue escogido para perpetuarse en la Historia de su vida".7

En fin, la opción de utilizar las fuentes orales está profundamente ligada a una determinada visión de mundo, a una condición teórica, a una opción de cómo narrar, analizar y exponer determinado contexto, grupo social o manifestación cultural.

La metodología de la historia oral se inspira en las teorías históricas que presuponen la ampliación de la noción de fuente histórica y que consideran que existen múltiples representaciones sobre lo histórico vivido. Nos corresponde interpretarlas, por lo tanto es necesario discutir la complejidad de las fuentes orales.

Existen modos de proceder basados en dos maneras diferentes de tratar el documento: uno que confiere mayor importancia a la precisión factual y a la información y, el otro, más preocupado con lo que revelan las interpretaciones sobre los hechos.

En el segundo caso, se trata, básicamente, de la narrativa del individuo, de sus experiencias, limitada por el tiempo posible de la vida que lo testimonió. Sin embargo, resaltamos que las fuentes orales no pueden ser simples sustitutas, y de segunda categoría, respecto de las fuentes escritas. Son fuentes de otra naturaleza, se prestan a otro tipo de análisis histórico.

Ese punto de vista puede comlementarse con los argumentos de Cruikshank:

“Es un error equiparar los testimonios orales a los documentos escritos. De hacerlo así que lo hacemos, pasamos inevitablemente a concebir la tradición oral como “una narrativa no distorcida, trasmitida a través de un conducto” y a evaluar lo que oímos en términos positivistas. Eso lleva al mismo error cometido por los primeros folcloristas: a la búsqueda de los así llamados relatos originales, auténticos o preciosistas. Cuando reaccionamos de ese modo, se nos puede escapar por completo lo que la tradición oral

5 Ferreira, ibidem, p.9, 1994.

6 Bosi, E. Memória e sociedade: lembranças de velhos, 1994.

7 Bosi, ibidem, p. 37, 1994.


realmente hace y como es usada” 8

FUENTES ORALES Y MEMORIA INSTITUCIONAL

El análisis de la memoria que más interesa al historiador implica en considerar su carácter social. Siendo así:

“Entre los diferentes tipos de memoria ya identificados por filósofos e historiadores, cabe destacar la memoria social o histórica que, de acuerdo con Marilena Chauí, es fijada por una sociedad a través de mitos fundadores, de relatos, registros, depoimientos, testimonios. Para el historiador, ese tipo de memoria, que se constituye como proceso social activo, es esencial tanto del punto de vista de producción de nuevas fuentes, como en la perspectiva de preservación de la documentación ya existente”. 9

La memoria colectiva se torna un importante componente de las nuevas interpretaciones históricas que incorporan las fuentes orales, algunas veces siendo invocada para contestar las afirmaciones de una historia más tradicional o subvertir las categorías, las suposiciones y las ideologías de las memorias culturales aceptas y dominantes.

Rousso, resalta el carácter social y colectivo de la memoria, como elemento predominante, no aceptando su individualización, pura y simple:

“La memoria, para prolongar esa definición lapidar, es una reconstrucción psíquica e intelectual que acarrea de hecho una representación selectiva del pasado, un pasado que nunca es aquél del individuo solamente, sino de un individuo inserido en un contexto familiar y social y nacional ”.10

Por lo tanto, toda memoria es, por definición, “colectiva”, como sugirió Maurice Halbwachs. Su atributo más inmediato es garantizar la continuidad del tiempo y permitir resistir a la alteridad, al “tiempo que cambia”, a las rupturas que son el destino de toda vida humana, constituyendo un elemento esencial de la identidad, de la percepción de sí y de los otros.

En la construcción social de la memoria, un grupo trabaja intensamente en conjunto. Hay una tendencia a crear esquemas coherentes de narración y de interpretación de los hechos, verdaderos “universos de discurso”, “universos de significado, que dan al material de base una forma histórica propia, una versión consagrada de los acontecimientos. El punto de vista del grupo construye y procura fijar su imagen para la historia.

Esa memoria, al mismo tiempo, es una y múltiple, es el elemento básico para que el individuo se sitúe en el mundo y diga para sí y para los otros quién es él. En otros términos, la memoria es la base de la construcción de una autoimagen, de una identidad.

Direccionando nuestro foco, se trabaja con fuentes orales, que deberán guardarse y estar disponibles en un lugar de la memoria —El Archivo Histórico y Museo La Salle—, discurriendo sobre trayectorias personales e institucionales. Los testimonios, al mismo tiempo en que son experiencias individuales y colectivas, involucran la experiencia no sólo de vivir en determinado tiempo y sociedad, sino la de integrar una institución, con toda la complejidad invariable que ello acarrea.

8 Cruishank, J., “Tradição oral e história oral: revendo algumas questões”. In: Amado, J., Ferreira, M. de M. (Coord.) Usos e abusos da História Oral., Rio de Janeiro, Editora da Fundação Getúlio Vargas, p. 157, 1996.

9 Neves, L. de A., “Memória e História. Substratos da identidade”. In: Simpósio Nacional da Associação Nacional de História (20:1999: Florianópolis), História-fronteiras,vol.II, Associação Nacional de História, São Paulo,

Humanitas/FFLCH/USP/ANPUH, p. 106, 1999.

10 Rousso, In: Amado, J., Ferreira, M. de M. (Coord.) Usos e abusos da História Oral., Rio de Janeiro, Editora da Fundação Getúlio Vargas, p.96, 1996.


Pensar en una institución se complica hasta por la polisemia del término, pues el concepto de institución varía conforme el sistema adoptado para el análisis, destacando la sociedad, la cultura, el individuo, el inconsciente, el instituto, la organización, la estructura, el grupo, el poder, etc. Consideramos, dentro de los límites de este texto, el concepto en su sentido amplio, teniendo en cuenta sus características esenciales, cualesquiera que sean, algo estructurado históricamente, que existe en la sociedad para la satisfacción de necesidades, presentando durabilidad en el tiempo y que cuenta con funciones variables.11

Sostenemos, también, que la idea de institución solamente tiene sentido y su papel sólo es efectivamente desempeñado a partir del esfuerzo del grupo que la impulsa y le da vida, perpetuándose algunos sentidos y renovándose otros con la llegada de nuevos miembros. Esta dinámica puede aprenderse, en parte, por las narrativas de los propios actores al organizar sus recuerdos de trayectorias diferenciadas, contradictorias o complementarias.

MONTAJE DEL ACERVO DE FUENTES - LAS FUENTES ORALES Y EL LEGADO LASALLISTA

Esbozadas algunas problemáticas y complejidades en el tratamiento de las fuentes orales, esperamos también haber esclarecido al respecto de las contribuciones de su utilización en el análisis histórico-institucional.

Otras dificultades surgen cuando se trata de recoger testimonios y tratarlos como fuentes para otros trabajos. ¿Qué hacer con un depoimiento recogido en determinado contexto para ser utilizado a posteriori? o ¿Cómo constituir un archivo de fuentes orales realmente útiles a la investigación histórica? Cruikshank reúne restricciones serias:

“Tratar relatos orales grabados como si fuesen documentos escritos, que pueden ser guardados ahora y analizados más tarde, es problemático, en caso de que la práctica se difunda. El uso retrospectivo de tales documentos presenta dificultades, porque la comprensión de los contextos en que fueron presentados, de las situaciones que destacan y de los asuntos controvertidos que abordan se habrán probablemente perdido”. 12

Este argumento sirve para la corriente y nociva práctica de guardar cintas con testimonios, registrándose apenas el nombre del deponente. La formación de un archivo de fuentes orales debe integrar un proyecto, en el que son descritos los objetivos y la función de las fuentes orales. En el caso que el proyecto pretenda abrir el archivo a la comunidad y a los investigadores, en general, se debe tener el cuidado de alimentar la cinta con información básica, como fecha en que fue recogido el testimonio. En la propia entrevista se recogen datos personales y el contexto en que fue realizada, tales como, condición actual de vida del deponente, el local de la entrevista, quién está presente, datos de quién la realizó, en fin todo lo que fuera necesario para situar el propio proceso de la recolección del testimonio.

Para cumplir los objetivos del proyecto se ejecutan las siguientes etapas:

a) Elaboración del instrumento de investigación, en el caso de la entrevista semidirigida, que permite la comparación de los temas propuestos con otras entrevistas: además, posee flexibilidad suficiente para la integración de nuevos temas que surgiesen.

b) Levantamientos de los testimonios, priorizándolos por los criterios de edad y de disponibilidad de tiempo, en la siguiente secuencia.

i) organización de la recolección de testimonios;

11 Araújo, Alan Pereira. Institucionalismo e efetividade jurídica. (http://www.direitoemdebate.net/mon_inconst.html), acessado em 06.11.2003.

12 Cruishank, J., In: Amado, J., Ferreira, M. de M. (Coord.), Usos e abusos da História Oral., Rio de Janeiro, Editora da Fundação Getúlio Vargas, p.163, 1996.


ii) transcripción de cada depoimiento, catalogación del mismo con las cintas de vídeo y grabador.

iii) disponibilidad al público.

De esa forma, siguiendo el raciocinio de Flávia Werle,13 el proyecto traerá a los participantes de la investigación histórica æpersonas e instituciónæ ciertas lecturas y significados de la institución lasallista, componiendo la historia de las relaciones grupales, institucionales e interpersonales, reorganizadas, reapareciendo en el contexto institucional actual una historia que vivieron o de la cual oyeron hablar y de la que estarán nuevamente resignificando.

PRIMERAS ENTREVISTAS. TEMAS Y POSIBILIDADES

En 2003 realizamos el primer taller de para calificar a los investigadores voluntarios del proyecto relativo a la memoria lasallista, denominándolo “Taller de Recuerdos II”, en la medida que era una reedición de un trabajo desarrollado con la comunidad de Nova Santa Rita, próxima a la ciudad de Canoas, con quien el Centro Universitário La Salle había establecido un Término de Cooperación Técnica.

Los coordinadores del proyecto, profesores: Miguel, Cleusa y Rejane, capacitamos a los alumnos, tanto del Curso de Historia como a los demás estudiantes de otras áreas del conocimiento, en la metodología de la Historia Oral.

No obstante además del proyecto Memoria Lasallista, también buscábamos ofrecer oportunidades en esta área metodológica de la historia, para integrar las actividades complementarias necesarias a los cursos, así como calificar investigadores que utilicen o pretendan utilizar entrevistas en sus investigaciones.

Las talleres tuvieron una duración de veinte horas, distribuidas en actividades internas (discusión de textos, aprendizaje del proceso de entrevista, transcripción y presentación de resultados) y actividades externas (búsqueda de entrevistados, entrevista propiamente dicha y transcripción).

En el presente texto seleccionamos cinco entrevistas producidas durante el taller de Recuerdos: la del Hno. Jacob José Parmagnani, nacido en 1913 y entrevistado por el professor Miguel Gayeski; de la profesora Cristiane Bernardes de Boite, nacida en 1963, entrevistada por la alumna del Curso de Historia Iolanda Menezes Finkler; de la auxiliar de biblioteca Luciane Terezinha Zeidler, nacida en 1960, entrevistada por el alumno del Curso de Historia Márcio Roberto da Silva; del profesor Claudionor Brasil de Lima, nacido en 1952, entrevistado por Chayene Amor Teixeira Bonorino, alumna del Curso de Comunicación Social, Propaganda y Marketing y, por último, de la funcionaria pública Eva Deorange Castilho Fernandes, nacida en 1947, entrevistada por el alumno del Curso de Historia João Batista Alves dos Santos.

Todas las entrevistas fueron semidirigidas, buscando enfocar las impresiones de las experiencias diversas de los entrevistados con la congregación lasallista, ya sea como integrantes de la Orden, o como profesores, alumnos y trabajadores que se desempeñan en diversas actividades.

Pero específicamente, para este texto, procurando demostrar las múltiples posibilidades de abordaje, seleccionamos apenas trechos relativos a lo que las personas consideraron como contribución de los lasallistas en su modo de ver y estar en el mundo. Las declaraciones se editaron, pudiendo consultarse de forma íntegra en el Archivo Historico y Museo La Salle.

13 Werle, Flávia. Identidade institucional: papel dos gestores na preservação da história institucional.

(http://www.ufpel.tche.br/fae/sitehospedados/A19WERLE.htm), acessado em 03.11.2003.


Iniciamos con Eva Fernandes, que hace treinta y dos años buscaba empleo en Porto Alegre, encontrándolo en la Institución Pão dos Pobres de Santo Antônio. Esta institución se creó en 1895, por el Canónigo José Marcelino de Souza Bittencourt, para reunir y proteger niños huérfanos y viudas, transformándose a partir de 1916, bajo la dirección de los Lasallistas en un orfanato y Centro de Educación.

Para Eva Fernandes fue el inicio de un vínculo que permanece hasta hoy: “Yo conocí un hermano, él ya falleció y fue para la Casa de Salud. Estaba siendo inaugurada la Casa de Salud Nossa Senhora da Estrela. Fue el Hno. Basílio Flach. [...] cuando él falleció, entró ahí otro hermano, Paulo Nikelle, que también fue una persona maravillosa. Yo aprendí mucho con él. Aprendí lo que es la gente dedicarse a las personas y hacer la caridad”.

Actualmente Doña Eva, aun desenvolviéndose en otra actividad, mantiene lazos con los lasallistas, frecuentando la Casa Nossa Senhora da Estrela, que acoge a los hermanos ancianos: “Acostumbro siempre por la tarde, o a veces hasta en el almuerzo ir allá con ellos y consigo reunir a todos y tener una charla. Ellos cuentan de la infancia y eso es muy bonito”.

La relación de Claudionor con los lasallistas se inició en 1965, cuando ayudaba en la biblioteca y en la cafetería del colegio (actual Colegio La Salle Canoas) para costear sus estudios. Cuarenta años después él mantiene la mayor parte de las amistades de ese período: “Nosotros teníamos hasta la AMA æAsociación de los Malcriados del fondo del Aulaæ”. Cuenta riendo, además, del Onofre Pinga Futebol e Regatas, que era un grupo de alumnos que jugaban al fútbol, pero principalmente hacían desorden”.

Claudionor no escogió estudiar en La Salle: “Quien escogió fue mi padre. Era el mejor colegio de la ciudad. Todas las familias tenían un sueño de tener al hijo estudiando en el colegio de los hermanos, siendo incluso, una familia pobre como la mía. (...) La vida escogió ese camino para mí”.

Después de llegar a adulto, no obstante, tuvo condiciones de cortar los lazos o profundizarlos: “Yo tuve la oportunidad de seguir otros caminos, otras instituciones, como profesor, pero ya tenía aquella cosa de la sangre lasallista. Ahí fue una opción personal. Yo quería continuar aquí y es lo que estoy haciendo hasta hoy, sabe, como profesor. Yo tengo treinta y dos años en casa, entonces sí, una opción personal, por creer en la filosofía, en las lecciones de San Juan Bautista de La Salle, en el trabajo que la gente hace aquí que siempre fue serio, dirigido para el joven, con seriedad y con cariño, por eso, esa mi opción”.

Él destaca a la institución por arriba de cualquier individualidad: “Nadie es más grande que el nombre La Salle y esas personas debían concientizarse de eso. Tienen que saber honrar ese nombre. Tienen que saber defender ese nombre y no colocarse en un pedestal". La Salle, la institución La Salle, en Canoas, en el mundo, es mucho más grande que las personas. Las personas hacen esa institución. Las personas son importantes. No existe institución sin las personas, pero cuidado, no deje que "los humos se le suban a la cabeza”, finaliza.

Luciane trabaja en la biblioteca de La Salle y al ser convidada para la entrevista, inmediatamente habló: “Fue bastante interesante mi reacción, porque mi vida realmente se resume a La Salle. Yo no sabría decir de otras experiencias profesionales. [...] Yo comenzé mi trabajo en La Salle [actual Colegio La Salle Canoas] muy joven, adolescente”. Años después, acompañando el crecimento del actual Centro Universitário La Salle, ella recuerda: “Uno de los recuerdos más agradables que yo tengo es la del Hno. Marcos, que cuando fueron colocadas las nuevas carreras en el Centro Universitario, cada vez que una de éstas era aprobada por el ministerio, era de mucha, mucha vibración, mucha alegría [...] Porque hoy tenemos una universidad con tantas carreras, pero nosotros sabemos el porqué tenemos tantas, de que forma fue creciendo”. Y complementa: “Los predios comenzaron a fluir, a crecer. Recuerdo cuando ellos hablaban así: estamos construyendo un edificio de nueve pisos y un piso por semana. Aquella vibración, se daba entre los trabajadores también. Nosotros vibrábamos juntos. Era una locura eso


aquí en los primeros concursos de admisión, también con el número significativo de alumnos. [...] Entonces, a cada inscripción que aumentaba el número de alumnos, nosotros vibrábamos juntos”.

Luciane menciona los encuentros de profesores del entonces Centro Educacional La Salle de Canoas (actual Colegio La Salle), durante los cuales se reunía el cuerpo docente para estudios y reflexiones sobre la práctica pedagógica, asimismo, con la intención de promover una mayor integración entre sí: “Nosotros nos reuníamos durante tres días. El Hno. Nelso cogía la guitarra y cantaba para nosotros”. “Puedo decirte que yo pasé más tiempo de mi vida dentro de La Salle, aquí en la institución, que en mi propia casa”.

Cristiane de Boite conoce La Salle (actual Colegio La Salle Canoas) desde niña: “Me gustaba mucho pasar delante de la escuela. Entonces, cuando terminé el octavo año insistí en que quería hacer magisterio aquí en La Salle”. Hoy, profesora del Colegio La Salle, que funciona en el mismo espacio que el Centro Universitário, identifica algunos cambios en la institución, que ya no le parece tan familiar como antes, quando se mezclaban las relaciones profesionales y afectivas: “Antiguamente la escuela parecía una gran casa, era muy familiar el ambiente. Hoy se tornó una gran potencia. Creció tanto que hasta la estructura física está diferente. Hay edificios enormes, salas, laboratorios bien equipados. (...) Por la noche hay tantos alumnos en la Universidad que ya no conseguimos más conocer a todo el mundo como antes. Percibo que la Universidad creció de más, y la escuela está perdiendo su espacio”.14

Por fin, el de más experiencia de todos los entrevistados, casi jóvenes en su totalidad. Jacob Parmagnani, el Hno. Jacob dio un testimonio que resultó en treinta páginas. Sin embargo, para fines del presente texto, seleccionamos apenas una pequeña parte, relacionada, como en los demás entrevistados, con un aspecto del legado lasallista que haya permanecido en su vida.

El Hno. Jacó entró en la congregación en 1925. No mencionó en ningún momento de la entrevista la contribución que la experiencia lasallista tuvo en su vida. Ocurre que está tan amalgamado a la institución, que no consigue separarla de su persona. Sin embargo, se percibe su visión profundamente humanista y amplia, observando las condiciones y teniendo coraje para proponer cambios: “Hubo una época en que yo trabajaba en Pão dos Pobres. Yo no me conformaba que allí no hubiesen mujeres con los niños. Ellos no tenían madre. Faltaba el elemento femenino. Allí en sesenta y ocho, con la dirección de la Escuela Don João Becker, se consiguió, entonces, por la primera vez tres practicantes mujeres. Qué transformación que hicieron. Los niños corrían a la puerta para recibir a la profesora, le cargaban el portafolios”.

PRIMEROS ANÁLISIS

Los fragmentos de las entrevistas indican diversas posibilidades de análisis y de observación, registrando preocupaciones de, al menos, dos sujetos diferentes —después es espacio de la intersubjetividad del diálogo de diferentes identidades.

La investigación crítica no puede dejar de considerar que los deponentes tienen un interés propio en el depoimiento que prestan a los investigadores: ellos deciden qué recordar, cuál historia contar, qué recortar, qué registrar, qué olvidar. Al trabajar con el individuo se recoje su depoimiento , pero no se domina el proceso de producción de su pensamiento, con sus mecanismos internos, tanto físicos como psicológicos.

Hay que observar, preliminarmente, que la mayor parte de las personas entrevistadas todavía poseen vínculos con la institución, estando conscientes de los posibles efectos positivos o negativos de sus declaraciones. Es una cuestión a enfrentar para quien pretende abordar el

14 El Colegio La Salle Canoas, como es denominado, actualmente, fue fundado en 1908 por los Hermanos Lasallistas comouna escuela de agronomía, con el nombre de Instituto San José. A partir de la década de 1970 que comenzaron a funcionar, en el mismo local, las primeras tres carreras de nivel superior, reunidas en la institución como: Centro Educacional La Salle de Ensino Superior. En 1998, ésta pasó a ser Centro Universitário La Salle. Actualmente, el Centro Universitário La Salle abriga 27 carreras profesionales.


reciente segmento de la historia institucional. No obstante, hay un cierto riesgo de endulce de los hechos y de las relaciones, de forma inconsciente o a propósito, que no invalida dicha declaración, tomándose apenas el cuidado de analizarla bajo la luz de esta variable ―involucramiento afectivo y profesional―, además de la organización de una memoria inmersa en locales, personas, relaciones y hechos que la generaron.

Tomando en consideración que la propuesta no es la recuperación exacta, exaustiva y minuciosa de los hechos —como si fuesen cosas captadas en su esencia— se percibe que los espacios subjetivos y objetivos de la institución posibilitan visiones institucionales diversificadas, no necesariamente convergentes.

El tiempo y la vida construyen historias, que deben preservarse a fin de que puedan retomarse, pues los recuerdos tendrán nuevos significados para cada persona que tuvo o tiene algún tipo de vinculación con la institución. Se explicita la amplitud y complejidad de las cuestiones relativas a la identidad institucional, viniendo a tono dimensiones no contempladas de la memoria habitualmente reconocida de la institución.

En el trabajo que ahora realizamos, en una primera muestra, los testimonios, tomados en conjunto, a veces convergen, como en el refuerzo a la idea que la institución lasallista trasciende un simple espacio de trabajo y acompaña al individuo en todas las esferas de su vida.

Por otro lado, las descripciones no apuntan aisladamente a significados múltiples, superpuestos y contradictorios, sin embargo, un conjunto de ellas revela y desdobla aspectos que, si se interpretan, auxilian en la comprensión de redes de relaciones, no sólo iluminando situaciones pasadas, sino presentes. Es el caso del tono nostálgico de algunas entrevistas frente a una realidad pasada, en que las relaciones eran más próximas a las conmemoraciones, casi familiares y el crecimiento de la institución acompañado paso a paso.

Se manifiesta presente en las entrelíneas de algunos que actúan en la enseñanza secundaria y primaria, el temor que la parcela de la institución educacional, transformada en un complejo de enseñanza superior, suprima la otra parte, que convive en el mismo espacio —el colegio— eliminando hábitos, historias, personas y un cierto mundo más seguro.

Las entrevistas revelan momentos históricos distintos, con movimientos de valoración y discriminación de propuestas, así como políticas institucionales en transformación, describiendo la realidad incesantemente, siendo construida e interpretada por aquellos que sufren y reaccionan bajo el peso de la historia.

Para profundizar el análisis de las entrevistas son pertinentes las observaciones resultantes del estudio de Paulo de Tarso Galembeck,15 que trabaja el concepto de face,16 creado por Goffman, en la década de 1970. Parte del presupuesto que, a partir del cuadro general de interacción frente a frente, en el que se realizan los textos hablados, el hecho de que alguien entre en contacto con otro constituye una ruptura de un equilibrio social preexistente y, así, representa

una amenaza virtual a la autoimagen pública construida por los participantes del acto conversacional.

Se puede pensar que este referencial infiere que el acto de la entrevista quitaría la naturalidad del deponente y, por conseguiente, influiría en el proceso de recuerdos.

Las ideas de Goffman fueron complementadas y profundizadas por Browm y Levinson (1978),17 que establecieron la distinción entre la face positiva (aquello que el interlocutor exibe para obtener

15 Galembeck, in Preti, Dino (org.) O discurso oral culto. São Paulo. Humanitas Publicações – FFLCH/USP. 1997

16 Goffman denomina face a la expresión social del Yo individual, designando por procesos de representación (face-work), los procedimientos destinados a neutralizar las amenazas (reales o potenciales) a la face de los interlocutores o a restaurar la face de los mismos.

17 Apud Galembeck, in Preti, Dino (org.) O discurso oral culto. São Paulo. Humanitas Publicações – FFLCH/USP. 1997.


aprobación o reconocimiento) y la face negativa (‘territorio’ que el interlocutor desea preservar o ver preservado).

Las circunstancias particulares en que se desarrollan los diálogos hacen que con ellos la preservación de la face sea una necesidad constante, principalmente en el caso en cuestión, cuando entrevistamos personas que, en su mayoría, todavía actúan en la institución que sirve de soporte al relato de la experiencia lasallista.

Como no hay previsibilidad en cuanto a las acciones a desarrollarse por el (los) otro(s) interlocutor(es), el hablante adopta mecanismos que aseguran el resguardo de lo que no desea ver exibido y coloca en evidencia aquello que desea ver.

Específicamente, en los casos de trabajos con historia institucional, sería interesante tener algún contacto con los estudios que analizan el empleo de los procedimientos cuando los interlocutores saben que la manifestación directa de opiniones puede tornarlos vulnerables a críticas y opiniones contrarias.

En ese caso, promueven el olvido de las marcas de la enunciación, lo que se obtiene con el uso de ciertos recursos gramaticales utilizados para la expresión de la impersonalidad (es posible

que, parece que, es probable) y de la indeterminación del sujeto (dicen, hablan, se dice), además del empleo de los marcadores de rechazo (no sé, si no me equivoco),18 presentes en varios momentos de nuestras entrevistas, lo que puede ser mejor observado en sus versiones integrales.

Percibimos que fueron muy utilizados los marcadores de rechazo, que presentan una anticipación con la finalidad de limitar o neutralizar posibles reacciones desfavorables o interpretaciones contrarias o perjudiciales y son encontrados en el corpus correspondiente a las frases fijas (que yo sepa, no sé si ... si no estoy equivocado y otras semejantes), generalmente funcionando como prefaciadores de unidades discursivas.

La actitud de alejarse del deponente, indicada por las expresiones: dijeron y parece que, es reforzada por los marcadores de rechazo ―no sé si es así... ―, y no sé, yo oí. Esas expresiones manifiestan dudas o falta de certeza y, al utilizarlas, el locutor reitera que no asume lo que va a ser dicho.

En el área de la lingüística, pero trabajando las ligas entre subjetividad, lenguaje y elementos contextuales, lo que interesa a los historiadores, particularmente, son las reflexiones de Freda Indursky.19

Ella analiza que en Pêcheux, en el trabajo formulado en coautoría con Catherine Fuchs, el sujeto ganó más un trazo esencial para su constitución, pues los autores pasaron a hablar de ‘una teoría de la subjetividad, de naturaleza psicoanalítica’.

A partir de entonces, el sujeto del Análisis del Discurso pasó a ser no sólo social, sino también dotado de inconsciente, lo que desvendó el hecho que el sujeto actúa bajo el efecto de dos ilusiones: piensa ser la fuente de su decir y ser responsable por lo que dice,20 remitiendo a la necesidad de un trabajo interdisciplinar en el abordaje de una entrevista, pues el sujeto, para Pêcheux, además de social es histórico, por consiguiente, ideológico, y dotado de inconsciente.21

18 Idem, p. 137.

19 Indursky, Freda e Campos, Maria do Carmo. Discurso, memória , identidade. Porto Alegre: Editora Sagra Luzzato, 2000.

20 Gadet & Hak, apud Indursky, Freda e Campos, Maria do Carmo. Discurso, memória , identidade. Porto Alegre: Editora Sagra Luzzato, 2000.

21 Indursky, Freda e Campos, Maria do Carmo. Discurso, memória, identidade. Porto Alegre: Editora Sagra Luzzato, 2000:71.


Son apenas algunos ejemplos que pueden contribuir para un estudio y una reflexión al cuestionar, iniciar o profundizar nuestros análisis de las primeras entrevistas realizadas para la formación del Archivo Oral de la Memoria Lasallista.

Llevamos en consideración que la formación del historiador imposibilita que el discurso contenido en una entrevista sea analizado en sus múltiples posibilidades y significados, al menos que se dedique un espacio de tiempo razonable para la incorporación de nuevos conocimientos. No obstante, enfrentando ´los cuestionamientos de los defensores del ámbito restricto del historiador, podemos osar utilizar técnicas que encaminen más allá del mero impresionismo, conduciendo a la identificación de influencias ideológicas, formación de temas, recurrencias y construcciones discursivas que permitan utilizar las fuentes orales, analizarlas y publicar los resultados con posibilidades que se constituyan no apenas en posibilidades, sino en efectivas contribuciones al estudio de la memoria institucional.