La historia: una experiencia de conocimiento sensible

Ana María Salgado

Coordinadora del Departamento de Extensión Cultural y Educativa del Museo Jesuítico Nacional de Jesús María, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales,

Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina

E-mail: shulkana_cba@hotmail.com

Recibido: Julio 1, 2007. Aceptado: Enero 17, 2008

RESUMEN

La historia es la esencia de nuestro pasado. Sentirla viva a través del tiempo requiere de un cambio integral, tanto cultural como educativo. El Museo Jesuítico Nacional de Jesús María, en Córdoba, Argentina, dio el primer paso: la creación de un museo sensitivo, ubicado en la Posta de Sinsacate, hoy museo rural, es un desafío que contempla una forma diferente de aprender a través de los sentidos, sin dejar de lado un aspecto fundamental: el acceso a la cultura para el discapacitado.

Tanto las escuelas como los espacios que guardan nuestro patrimonio histórico, deberán plantearse qué responsabilidad les compete como formadores de nuestra historia, y de que manera deberán llegar a la comunidad en general, planteando una tarea conjunta de recuperación de nuestros valores, afirmando así nuestras raíces identitarias.

Palabras clave: patrimonio histórico y cultural, identidad, educación, sentidos, discapacidad.

ABSTRACT

History is the essence of our past. Feeling it alive through time requires an integral change, both cultural and educational. The National Jesuitical Museum of Jesus Maria, in Cordoba, Argentina, made a first step: creating a sensitive museum located at Posta de Sinsacate, currently a rural museum is a challenge that contemplates a different way of learning through the senses without setting aside a major aspect: access to culture for persons living with disabilities.

Both schools and spaces keeping our historical patrimony should wonder which is their responsibility as formers of our history and how should they reach the community, setting a shared task to recuperate our values, thus reinforcing our identity roots.

Key words: historical and cultural patrimony, identity, education, senses, disability.

INTRODUCCIÓN

¿Qué es patrimonio? Es el emblema palpable de la historia de los pueblos, testigo omnisciente de culturas que forjaron a la humanidad, fiel exponente del paso del hombre a través del tiempo. Todo lo que el pasado nos legó, determina nuestro presente y es menester mantenerlo vivo, para las generaciones futuras.


Su protección se encuadra dentro del marco legal que refleja el interés de los estados en el tema, insertándose en un contexto de convenciones y acuerdos internacionales, los cuales promueven a un compromiso por parte de la comunidad, mediante la concientizacion en lo que respecta a las medidas tendientes a preservar cada sitio, elemento o actividad cultural por medio de un proceso de identificación histórica.

Todo compromiso que el estado se proponga mantener, debe ser avalado y fundamentado por un conocimiento básico sobre el tema, por parte de la comunidad en general.

Ahora… ¿Cómo concretamos esa concientizacion? ¿Qué pasa con el común de la gente que no se siente afectada por la destrucción de nuestro patrimonio histórico, y que sólo lo considera importante desde el punto de vista recreativo y turístico?

El cambio debe ser integral y abarcativo hacia todos los ámbitos sociales, confirmándose desde el mismo punto de partida de la formación del individuo, tanto cultural como educativo.

Es lo que yo denomino “educar desde las bases”. Un primer paso hacia la formación de una persona que posea los valores necesarios que afirmen su identidad, a través de actitudes que sustenten sus raíces identitarias, manteniendo, conservando y, por sobre todas las cosas, respetando lo que el pasado nos ha legado: nuestro Patrimonio Histórico.

IDENTIDAD INDIVIDUAL E IDENTIDAD SOCIAL

La identidad individual es lo que nos hace únicos, nos distingue, nos diferencia.

Desde el primer paso transitamos insertos en un medio social, nos vinculamos, nos identificamos, adquirimos costumbres e ideas. Pero a medida que vamos desarrollándonos, buscamos nuestra propia forma de expresión, de comunicarnos, partiendo desde la base de nuestra raíz, de nuestra procedencia, que indefectiblemente es la familia, el eje de nuestra identidad.

Posteriormente, las instituciones educativas tendrán la dura responsabilidad de mantener y fundamentar los valores adquiridos, afianzando nuestra identidad, valorando lo que somos, conociendo de donde vinimos, afirmando nuestras raíces identitarias, para que no se pierdan entre la superficialidad y la inmediatez del entorno social en el cual esos valores están insertos.

“La definición de la identidad es muy importante, tanto a nivel individual como social ya que es la que permite el autorreconocimiento, lo que facilita la construcción de certezas acerca de uno mismo, como persona y como ser social, y es la que sostiene el indispensable sentido de pertenencia.” [1]

Nuestra identidad va de la mano de la memoria cultural y, el emblema más significativo de nuestro pasado es nuestro Patrimonio histórico y cultural, el cual debe formar parte de nuestra formación tanto intelectual como social.

La UNESCO, en la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, celebrada en Paris, en 1972, estipuló, dentro de lo que se denominó “PROGRAMAS EDUCATIVOS” en el artículo 27, lo siguiente:

“Los Estados parte de la presente Convención, por todos los medios apropiados y, sobretodo, en programas de educación y formación, harán todo lo posible por reestimular en sus pueblos, el respeto y el aprecio por el Patrimonio Cultural y Natural…”


Asimismo, la identidad cultural es lo que nos define como comunidad, con características tanto materiales como espirituales, conformando la esencia y el alma de un pueblo.

La herencia que nos lega el pasado, conforma el presente y se transmite al futuro. Eso es el patrimonio y, como tal, sus valores son innegables y deben estar presentes dentro de las metodologías de aprendizaje de formación intelectual de las instituciones educativas, en amplia relación con las entidades históricas, promoviendo también una participación plena de toda la comunidad.

PATRIMONIO Y EDUCACIÓN: UNA PUERTA ABIERTA A LA EXPRESIÓN

En mi carácter de docente y coordinadora del departamento de extensión educativa y cultural del Museo Jesuítico Nacional de Jesús Maria, en la provincia de Córdoba, Argentina, declarado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO, en el año 2000, he fundamentado mi propuesta a través de proyectos realizados, tanto en el museo como en las escuelas, promoviendo al desarrollo de una concientizacion por parte del alumno, aprendiendo a conocer nuestra historia… más allá de los objetos.

En este caso, el punto de referencia histórica fue la compañía de Jesús, su llegada a América, la formación de las estancias como punto de sustento de la educación en Córdoba, entre otros temas de igual interés, tales como la relación entre los aborígenes y loas jesuitas, y la pedagogía ignaciana.

Estos temas fueron aplicados mediante tareas conjuntas MUSEO-ESCUELAS, con material bibliográfico elaborado en el departamento educativo, junto con fichas educativas, culminando con la realización de un evento en donde el joven y el niño pudieron manifestar lo aprendido a través de diferentes expresiones artísticas que abarcaron desde la plástica hasta el diseño grafico.

Así fue como, desde el jardín de infantes, con proyectos que recorrían la leyenda y el juego, hasta los adolescentes, con trabajos que incluían la investigación, el teatro, la música la literatura y el diseño, tanto los docentes como los alumnos, encontraron las herramientas suficientes para desarrollar, por sí mismos, una forma diferente de razonamiento y discernimiento en lo que se refiere a conocer nuestra historia, sintiéndose protagonistas y no meros espectadores.

Tomando este emprendimiento educativo desde un museo, como antecedente, llegamos a la conclusión de que las instituciones educativas forman al individuo, asumiendo la responsabilidad que implica que él mismo aprenda a generar sus propios recursos para un desarrollo pleno dentro de la sociedad creciendo intelectualmente, con un pensamiento propio y con expectativas que superen, muchas veces, el medio en el que está inserto. Ello, a diferencia del rol que en la actualidad cumplen los museos, debe ser el punto de referencia en el cual el niño y el joven sustenten estos valores históricos conociendo de dónde viene, a dónde pertenece, revalorizando su esencia identitaria y generando el respeto que siempre deben tener hacia la tierra que los vio nacer, devolviendo en frutos hacia el futuro, lo que descansa en las raíces del pasado…

“La institución escolar debe replantear su rol en los procesos de patrimonializacion, sobretodo en el actual contexto de discusión sobre la ley nacional de educación, la forma que se construye y comunica el patrimonio cultural en las escuelas (y en los museos y medios masivos) debe tener en cuenta su dimensión social y cotidiana, como así también su vinculación con la memoria activa”… [2]

A lo largo de nuestro desarrollo aprendemos solo el 10% de lo que leemos, el 15% de lo que oímos y el 80% de lo que experimentamos. Interesante ¿no?


CREACIÓN DEL PRIMER MUSEO SENSITIVO

Este proyecto fue presentado a las autoridades del museo jesuítico nacional de Jesús María, junto con las autoridades de la Secretaría de Cultura de la Argentina, lo cual, luego de su aprobación, significó un desafío, tanto para mí como responsable del proyecto, como para todos los que están trabajando en ello.

El objetivo primigenio es crear un espacio que permita que el visitante pueda estar dentro de la historia, sentirla, aprehenderla y conservarla, generando así una comunidad comprometida con su historia, con el pasado que nos identifica, que nos imprime la marca que llevaremos en la sangre y en el alma: nuestras identidad.

Este museo, ubicado en lo que antiguamente fue una de las postas mas importantes sobre el camino real, en la localidad de Sinsacate, en la provincia de Córdoba, estará conformado de manera que contemple todas las expectativas que sean necesarias para generar una relación pasado-presente entre el visitante y cada uno de los espacios que guardan parte de nuestro patrimonio histórico. ¿De qué manera? Por medio de los sentidos.

Esto nos lleva a buscar en quienes, generalmente, no poseen un espacio para el conocimiento y un acceso que les permita apreciar, aprender y valorar lo que por derecho también les pertenece, es decir, nuestro patrimonio histórico al alcance del discapacitado visual, del de pérdida auditiva, del niño con síndrome de Dawn, etc.

Aquellos que ven la vida y lo que les rodea, de una manera distinta y con la misma riqueza con que la vemos cualquiera de nosotros…

Ellos poseen la virtud de llevar a flor de piel todos los sentidos, y tomando esta cualidad, es que se ha creado este museo, aprendiendo de ellos.

El primer paso se dio con la creación de los paneles sensitivos ubicados en la sala de arqueología del museo, los mismos cuentan con figuras en relieve que muestran las culturas aborígenes del noroeste cordobés, llevando al discapacitado visual a poder apreciar a través del tacto, las diferentes ideologías de los dueños e esta tierra, junto con textos en lenguaje Braille (ver figuras 1, 2 y 3).

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Fig. 1. Fig. 2. Fig. 3.

Figuras en relieve de las culturas aborígenes del noroeste cordobés.

Lo más asombroso fue el proceso que se fue generando al paso del tiempo con el resto de los visitantes que ingresaban a la sala.

Luego de recorrer las vitrinas donde están los objetos de estas culturas del noroeste, se dirigían a los paneles, cerraban los ojos y decían “sentir” lo que los relieves les comunicaban o, como una turista de procedencia alemana nos definió: “una experiencia espiritual”.

El objetivo de llevar al discapacitado visual a conocer la historia, nos abrió la puerta a otra experiencia: la gente no sólo puede mirar los objetos cuando se le dan las


herramientas necesarias, también puede “ver y sentir”. Y ese es el objetivo del museo sensitivo.

Las características con las que este museo contará, ya que es un trabajo que está en pleno proceso de remodelación, son las siguientes:

· Personal capacitado en lengua de señas para todo aquel que visite este lugar y posea este tipo de impedimento.

· Cada sala contará con gigantografías en letra legible para todo aquel que posea problemas de visión.

· Figuras en relieve de algunos de los objetos que se encuentran en las vitrinas, de manera que el discapacitado visual pueda saber cómo son, su forma y características (ver figuras 4, 5 y 6).

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Fig. 4. Fig. 5. Fig. 6.

Figuras en relieve de algunos de los objetos que se encuentran en las vitrinas.

· Figuras en relieve de tamaño natural que recrearán alguna situación acorde con el recorrido histórico de cada sala (ejemplo: en la sala rural habrá una figura representando una paisana amasando el pan del día, dentro de una cocina típica de campo).

· Paneles sensitivos con figuras en relieve y texto de la sala en Braille.

· Sonido en cada una de las salas, el cual recreará una situación, hecho histórico o leyenda, ubicando al visitante y al alumno en tiempo y espacio, pero también compartiendo esos hechos (ejemplo: en la sala “Facundo Quiroga”, se recreará el momento en que fue asesinado en Barranca Yaco).

· El parque será convertido en jardín botánico, de manera que quien visite este lugar, también conozca la flora de esta región.

· Cada sala contará con un fichero didáctico que abarcará 10 proyectos destinados a todos los niveles educativos: primaria, secundario y terciario.

Este proyecto está en pleno proceso. Esperamos poder terminarlo en este año, ya que contamos con la ayuda de la municipalidad de Sinsacate, la asociación de amigos del Museo Jesuítico Nacional de Jesús Maria y la Secretaria de Cultura de la Nación.

El final de este proyecto será con un espectáculo de luces y sonidos, el cual recreará uno de los hechos histórico mas relevantes de este lugar, dando participación al publico en general como parte del evento.

Este museo será el punto de partida que permitirá que otros museos tengan el mismo interés que poseemos quienes trabajamos por y para la cultura, abriendo las puertas al conocimiento sin obstáculos y con toda la intención de perdurar en la mente de cada uno que desee crecer sintiéndose parte de la historia que forma parte de su identidad, aquella que lo vio crecer: su tierra.

CONCLUSIÓN

Enseñar historia no es solamente aprender lugares y fechas. Espacio y tiempo son sólo una parte del conocimiento.


Enseñar historia es sentirla viva a través del tiempo, es coincidir en el pensamiento y los ideales de aquellos que la forjaron con sangre y gloria, con la pluma y la palabra.

Si llevamos de la mano a nuestros niños para que por medio del juego conozcan quiénes fuimos, o a nuestros jóvenes los guiamos en el conocimiento, mas allá de cuestionarios y datos que sólo muestran la superficie de su verdadera esencia, cuando ingresan a un museo o a conocer el pasado de nuestra tierra, estaremos creando una generación de nobles luchadores que, aunque sus pasos hacia el futuro los alejen de su patria, siempre guardarán una parte de su alma en la que siempre será su casa y su refugio.

Quizás algún día las escuelas tomarán conciencia de que son el punto de partida de la formación de los hombres del mañana y asuman la dura tarea de formar para cambiar en sólido, lo que hoy se nos va indefectiblemente de las manos.

Y quizás algún día, espero no muy lejano, los espacios culturales que guardan testimonio de un pasado que no debe dejarse de lado, serán también el punto de referencia donde se recupere una parte de nuestra identidad y de nuestros valores, porque nosotros también, algún día, seremos historia…

“Dejemos para el mañana el orgullo de ser quienes somos y no sólo apariencias, carácter y no sumisión, memoria y no olvido… plasmando en hechos lo que Kahlil Gibran dejó en una simple frase: “un buen maestro no te pide que entres en la casa de su sabiduría, te conduce hasta el umbral de tu mente…”

Entonces sí…dejaremos huella. REFERENCIAS

[1] Hernández Llosas, M. I. (2006). Diversidad cultural, Patrimonio e identidad en Argentina, Buenos Aires: CONICET.

[2] Costa, M. E. (2006). “El rol del sistema educativo formal argentino, en la construcción social del Patrimonio cultural”. Ponencia en el VIII Congreso Internacional de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico y Edificación, Buenos Aires. [En línea]. Disponible en: <http://www.cicopar.com.ar/congreso/x-costa.htm>, consulta: enero 18, 2007.

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