La globalización alternativa y los ‘novísimos’ movimientos sociales1

Jeffrey S. Juris

Northeastern University, Estados Unidos E-mail: j.juris@neu.edu

Inés Pereira CIES/ISCTE

Lisboa Portugal/FCT E-mail: icfp@iscte.pt Carles Feixa

Universidad de Lleida, Cataluña, España E-mail: feixa@geosoc.udl.cat Traducción del inglés de:

Luis Rodolfo Morán Quiroz

Recibido: Enero 12, 2011, Aceptado: Febrero 22, 2012

Resumen

Las dos últimas décadas han sido testigos del surgimiento de un nuevo ciclo global de acción colectiva, organizada a través del internet y que se ha hecho visible durante protestas masivas, pero también ha sido configurado localmente por diversas organizaciones, redes, plataformas, y grupos. Con base en dos casos específicos en dos ciudades ibéricas –Barcelona y Lisboa–, argumentamos que este ciclo de protestas ha dado lugar a nuevos tipos de movimientos a los que aquí nos referimos como los ‘novísimos movimientos sociales’. Analizamos aspectos específicos de cada caso, pero también discutimos sus dimensiones europeas y globales. El artículo enfatiza el papel de la juventud, discute las características asociadas con la participación de los jóvenes en los ‘novísimos’ movimientos. Después de una breve introducción a la investigación sobre este tema, centrándonos en el surgimiento del ‘movimiento de la 'globalización alternativa' o ‘en contra de la globalización corporativa’ y sus implicaciones teóricas asociadas, ofrecemos una descripción de cuatro acontecimientos de protesta en Barcelona y Lisboa. A continuación, analizamos los contextos locales en los que se fundamentan estos acontecimientos. Finalmente, discutimos las principales características de los ‘novísimos movimientos sociales’, analizando los vínculos entre Barcelona y Lisboa y el contexto internacional más amplio que les da forma, prestando especial atención en las dinámicas contemporáneas de formación de redes.

Palabras clave: juventud, globalización, globalización alternativa, movimientos sociales, Barcelona, Lisboa.

Alter-Globalization and the ‘New, New’ Social Movements

Abstract

The past two decades have witnessed the rise of a new global cycle of collective action organized through the Internet and made visible during mass protest events, but also locally shaped by diverse organizations, networks, platforms, and groups. Focusing on specific cases in two Iberian cities –Barcelona and Lisbon–, we argue that this protest cycle has given rise to new kinds of movements referred to here as ‘new, new social movements.’ We analyze particular aspects of each case, but also discuss their European and global dimensions. The paper will also highlight the role of youth, discussing the characteristics associated with the participation of young people in the ‘new, new’ movements. After a short introduction to the research on this topic, focusing on the emergence of the 'alter-globalization' or ‘anti-corporate globalization movement’ and related theoretical implications, we provide a description of four protest events in Barcelona and Lisbon. Next, we analyze the local contexts that anchor these events. Finally, we discuss the main characteristics of the ‘new, new social movements,’ examining the links between Barcelona and Lisbon and the wider international context that shapes them, paying particular attention to contemporary networking dynamics.

Keywords: youth, globalization, alter-globalization, social movements, Barcelona, Lisbon.

Introducción

En este artículo nos proponemos ilustrar una forma alternativa de pensar y practicar la ciudadanía de los jóvenes en la era global: la participación de los jóvenes en la llamada 'globalización alternativa' o ‘movimiento anti-globalización’2, al que conceptualizamos aquí como los ‘novísimos movimientos sociales (en plural)3. Introducimos este concepto con el objeto de comprender mejor las continuidades y cambios en diferentes oleadas de activismo juvenil en la modernidad tardía.

El surgimiento de los ‘viejos’4 movimientos sociales en el siglo XIX estuvo asociado con el surgimiento de la sociedad industrial; tales movimientos eran con frecuencia percibidos como luchas masculinas, adultas, y basadas en la clase, incluso si muchos de sus protagonistas eran de hecho estudiantes, bohemios y trabajadores jóvenes, que dieron lugar a un nuevo actor social: el adolescente (basado en el síndrome de ‘Tarzán’: el joven que intenta convertirse en un adulto).

El surgimiento de los ‘nuevos’ movimientos sociales en los años sesenta del siglo XX estuvo asociado con el surgimiento de nuevos modos de acción colectiva en la era de los medios masivos y las contraculturas juveniles. Éstas últimas con frecuencia eran luchas juveniles multiclasistas y multigénero, que dieron lugar a otro nuevo actor social: adolescente prolongado (basado en el síndrome de ‘Peter Pan’: el joven que se niega a convertirse en adulto).

El surgimiento de los ‘novísimos’ movimientos sociales en los primeros años del siglo XXI está asociado con el surgimiento de nuevos modos de activismo colectivo en una era de redes globales y de ciberculturas juveniles: luchas intergeneracionales, trans-sexuales y que atraviesan las clases, dando lugar a otro actor social más: el ‘yo yo’ ‘adultescente’’ (basado en el síndrome del ‘Replicante’: el joven que está entre el conservadurismo de Blade Runner y la resistencia del androide)5.

Es importante recordar que la intención de estos términos consiste en servir como aparatos heurísticos flexibles más que como categorías rígidas. En la práctica, los movimientos de todas las eras exhiben características asociadas típicamente con los viejos, nuevos, y novísimos movimientos. En efecto, los movimientos sociales más amplios y más diversos con frecuencia se definen por una tensión entre actores y dinámicas de los movimientos que están en competencia. A comienzos del siglo XXI, los movimientos sociales están pasando de la escala ‘nacional’ a la ‘transnacional’. Esto es cierto para las estructuras económicas, políticas y corporativas multinacionales, pero también para las resistencias en red a esas fuerzas hegemónicas. Además, en una época de la información, los movimientos y el activismo sociales se asocian más con la cultura (desde la identidad de la política a la política de la identidad) y con las redes globales (desde la construcción nacional a la deconstrucción transnacional). La participación de los jóvenes en los ‘novísimos’ movimientos sociales constituye un ámbito clave para estos cambios, no sólo porque son pioneros dentro de la sociedad digital y el espacio de los flujos, [11,12] sino también porque se mueven atravesando las fronteras nacionales y sociales, viviendo ‘conexiones transnacionales’. [13] Este artículo analiza un contexto regional: las conexiones ibéricas que vinculan (virtual y físicamente) a los jóvenes activistas de Barcelona y Lisboa.

Globalización, Globalización alternativa y novísimos movimientos socalies

En las dos décadas anteriores, el mundo ha sido testigo del surgimiento y consolidación de un nuevo ciclo de acción colectiva, marcado por nuevas luchas y repertorios de resistencia, por nuevos contextos de participación, y por nuevas formas de organización. Aun cuando es difícil establecer con precisión la historia de este ciclo de protesta en el contexto ibérico, es posible distinguir tres etapas en las historias globales más amplias de las cuales los movimientos de protestas ibéricos considerados aquí forman parte y a los cuales han ayudado a surgir, las que metafóricamente podemos llamar: latencia, surgimiento y consolidación. [14] La etapa de latencia incluye la última década del siglo

XX. El momento crucial fue el primero de enero de 1994, cuando el Subcomandante Marcos y el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se sublevaron en contra del gobierno mexicano el mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). A diferencia de las fuerzas guerrilleras clásicas, luchaban con información más que con armas, [15] generando una red global laxa y descentralizada de grupos de solidaridad que proliferarían en México y en todo el mundo. [16-17] Al mismo tiempo, las organizaciones financieras internacionales como la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional Fund (FMI), y el G8, trabajaron conjuntamente para crear un nuevo orden económico, suprimiendo las barreras que impedían el libre comercio a nivel mundial. El proceso de globalización del capital dio lugar a un proceso de ‘globalización de las bases’, [18] a medida que los movimientos sociales, las redes y las ONGs se despojaron de sus raíces nacionales y se tornaron en redes transnacionales.

La etapa de surgimiento comenzó con los primeros días de acción global del grupo Peoples’ Global Action (PGA) a fines de los años noventa, incluyendo la protesta de noviembre de 1999 en contra de la OMC en Seattle (EUA), la que algunos consideran la primer batalla globalmente reconocida entre los representantes del nuevo orden mundial y los ‘soldados de la anti-globalización’. La OMC había convocado a la llamada Ronda del Milenio, un conjunto de negociaciones dirigidas a establecerse nuevas reglas para la liberalización del comercio mundial. La información circuló rápidamente en la red y los actores de los movimientos sociales en todo el mundo organizaron una declaración en contra del aumento de un mercado global dominado por las corporaciones. Con ayuda de una poderosa lista de corresponsales en internet, se reunió una amplia coalición, incluyendo a ONGs tradicionales, a los héroes del activismo contracultural y a los jóvenes cyber-grunge. Unas 50,000 personas respondieron al llamado y se manifestaron en las calles de Seattle, obstruyendo la reunión y ayudando a detener las negociaciones. Durante el año 2000, se suscitaron eventos similares en ciudades de los cinco continentes, a medida que cada una de las cumbres de importancia se convertía en ocasión para una cumbre y una protesta alternativas.

La etapa de consolidación comenzó en enero de 2001, en Porto Alegre (Brasil). Hasta ese momento, las movilizaciones habían sido más reactivas que proactivas: cuestionaban el modelo de la globalización corporativa en vez de proponer una alternativa. Al cambio de milenio, empero, los representantes de dos ONGs brasileñas y de ATTAC, una asociación creada en Parés en 2000 por iniciativa de Le Monde Diplomatique, propusieron la organización de un Foro Social Mundial (World Social Forum - WSF) como una alternativa al Foro Económico Mundial (World Economic Forum) en Davós. Otros movimientos, redes e iniciativas compuestas de activistas e intelectuales del norte y el sur globales que buscaban nuevas formas flexibles, inclusivas, y diversas de política y de organización, como la movilización del "Otro Davós" o el Foro Mundial de Alternativas, coincidieron también con el proceso del WSF. El primer WSF reunió a 5.000 delegados de todo el mundo, incluyendo sindicatos, ambientalistas, campesinos, mujeres, estudiantes, activistas internacionales de la solidaridad y redes religiosas, para desarrollar, compartir y debatir alternativas a la globalización neoliberal. Desde entonces, lo foros subsecuentes han atraído a cientos de miles de participantes, incluyendo los 150,000 en el tercer WSF en Porto Alegre. El proceso del foro se ha ampliado también transnacionalmente, pues se han realizado foros globales en Mumbai (2004) y Nairobi (2008), mientras que acontecimientos locales y regionales asociados con el foro se han organizado en casi todos los continentes. Mientras tanto, las movilizaciones que han seguido el modelo de confrontación de la acción directa de Seattle han continuado, pero han perdió parte de su arista militante tras de la ‘batalla de Génova’ en julio de 2001, que es recordada por haber producido el primer mártir del movimiento anti-globalización en el norte, y por las diversas formas de lucha que se mostraron ahí: los sectores institucionales representados por el Foro Social de Génova; los sectores alternativos que se reflejan en nuevos tipos de desobediencia civil practicados por los Overoles Blancos; y los sectores violentos encarnados por el espectacular Bloque Negro. [19]

La breve pero intensa historia del movimiento de globalización alternativa revela una serie de características únicas que han sido exploradas en la literatura: (1) un énfasis en el globalismo y la transnacionalidad y su articulación con los contextos locales; (2) el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, en particular el internet; (3) la articulación de las demandas económicas y las basadas en la identidad; (4) el desarrollo de formas innovadoras de acción; (5) la creación de nuevas formas de organización; y (6) la confluencia de diversas tradiciones y organizaciones bajo un marco común. [3-5,15,20-23] Estos análisis reflejan diversas aproximaciones y tensiones: enfatizan la continuidad con las formas previas de acción contenciosa; enfatizan su discontinuidad; lo toman como un nuevo movimiento social, señalando sus características de redes; o al considerarlo como un marco maestro que organizas y da forma a diversas luchas. En este trabajo argumentamos que los movimientos de globalización alternativa pueden comprenderse, en términos analíticos y teóricos, como ‘nuevos, nuevos movimientos sociales’, que implican el surgimiento de una nueva oleada de acción contenciosa y sus características asociadas. Al mismo tiempo, hay continuidades importantes entre los llamados viejos y los nuevos movimientos sociales. Aunque algunos han cuestionado si esa distinción es relevante, [8] nosotros encontramos que es útil para nuestros propósitos limitados en este artículo para enfatizar las características asociadas con las formas emergentes de movimiento que combinan elemento de los viejos y los nuevos. Aunque en cierta medida, como se mencionó antes, todos los movimientos sociales se constituyen por una tensión entre los elementos asociados con los viejos y los nuevos movimientos, lo que nosotros llamamos aquí los 'novísimos' movimientos (re)combinan de manera única e incorporan juntas las viejas y las nuevas dinámicas con sus propias características, para generar una forma de movimiento particularmente innovadora.

Los que han sido denominados ‘viejos’ movimientos sociales surgieron en Europa occidental en el siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX. La oleada revolucionaria de 1848, la comuna de Paría, la revolución soviética en 1917, y el movimiento a favor de la reforma universitaria en Córdoba (Argentina) en 1918 son ejemplos emblemáticos de los viejos movimientos sociales. Su base social estaba definida por límites concretos de clase, nación, y condición social. Era frecuente que fueran locales, pero ocasionalmente implicaban procesos revolucionarios o de reforma en los niveles nacional e internacional. Los ‘viejos’ movimientos sociales enfatizaban la protesta económica-política: la demandas primordiales eran materiales; pero también eran políticas y morales: democratización, derecho al voto, igualdad de derechos. La huelga y la manifestación eran los repertorios de acción más visibles. Aunque muchos de los participantes eran jóvenes, los viejos movimientos sociales no eran concebidos como movimientos de jóvenes sino como luchas de adultos. Las características culturales de estos movimientos incluyen el lenguaje verbal (la asamblea), una estética de la lucha (‘la vida es una lucha’), y una producción cultural ubicada en la galaxia Gutenberg (diarios, folletos, libros). El modelo organizacional dominante lo representa mejor la metáfora de la banda, dado que los viejos movimientos sociales por lo general se basaban en grupos locales con fuerte cohesión interna así como signos y símbolos de identidad que diferenciaban claramente a los de adentro respecto de los de afuera.

Los denominados ‘nuevos’ movimientos sociales surgieron en América del Norte y en Europa después de la segunda guerra mundial (1950-1970). Los movimientos estudiantiles en Berkeley en 1964 y en París, Roma, Nueva York, y México en 1968 fueron los momentos fundantes. La base social de estos movimientos se alejó de los criterios de clase, enfatizando otros criterios con base en la identidad: generación, género, orientación sexual, afecto, y etnicidad, en particular las comunidades marginadas (negros, chicanos, aborígenes americanos, etc.). La base territorial de los nuevos movimientos sociales dejó de ser local y se trasladó a lo regional y transnacional. Los movimientos ambientalista, pacifista, feminista, gay-lésbico y contracultural fueron ejemplos característicos. Los repertorios de acción más visibles tenían una dimensión lúdica (plantones, happenings) aunque también jugaron un papel las actividades tradicionales, incluyendo las manifestaciones y las asambleas. Aunque algunos participantes eran de mayor edad, los Nuevos Movimientos Sociales con frecuencia eran concebidos como movimientos de jóvenes y de base de género, ya que enfatizaban la emancipación y la liberación sexual de los jóvenes. La participación de los jóvenes dio lugar a una multitud de micro-culturas juveniles, frecuentemente con una dimensión transnacional pero que asumía diversas formas en cada país. Los nuevos movimientos sociales han sido analizados ampliamente por los científicos sociales, y ello ha incluido obras de gran relevancia. [24,25]

Lo que nosotros proponemos llamar ‘novísimos’ movimientos sociales se dan en la frontera entre el espacio físico y virtual al inicio del nuevo milenio. Subrayan las transformaciones y conflictos sociales asociados con la consolidación del capitalismo informacional. Seattle 1999, Praga 2000 y Génova 2001 son momentos simbólicos cruciales, pero están arraigados en procesos organizacionales instalados más de una década atrás. La base social de estos movimientos atraviesa generaciones, géneros, etnicidades y territorios. Su base espacial ya no es local o nacional, sino que se sitúa en un espacio globalmente entrelazado, como el sistema neoliberal al que se oponen estos movimientos. Sin embargo, su descentralización constituye un internacionalismo localizado (glocalidad). Los ‘novísimos movimientos sociales' enfatizan tanto las dimensiones económicas como culturales: sus reclamos básicos son económicos, pero ya no giran exclusivamente en torno al interés propio; también incluyen la solidaridad con quienes son marginados por la globalización. La lucha también se da en el terreno de las identidades culturales, subrayando el derecho a la diferencia. Al igual que con los nuevos movimientos sociales, los repertorios de acción incluyen marchas y manifestaciones, pero las llamadas a la acción se dan a través del internet, mientras que las marchas masivas y las acciones se articulan con múltiples formas de resistencia virtual.

Aunque muchos de quienes participan en estos movimientos son jóvenes, los ‘novísimos movimientos sociales’ por lo general no han sido concebidos como movimientos juveniles, sino más como luchas intergeneracionales. [cf. 22] Aún así, los movimientos de la globalización alternativa implican varios rasgos clave que facilitan la participación de activistas más jóvenes. En primer lugar, se organizan en torno a redes informales que se ven facilitadas por las nuevas TICs. En segundo lugar, son globales en cuanto a su alcance geográfico y alcance temático, ya que los activistas vinculan cada vz más sus luchas arraigadas localmente con diversos movimientos en otros lugares. Finalmente, implican formas no tradicionales y altamente teatrales de protesta con la acción directa. Es característico que los activistas más jóvenes también se sientan atraídos por formas no convencionales de protesta de acción directa, incluyendo repertorios creativos, expresivos o violentos. Además de su propósito utilitario –el cierre de las reuniones cumbre internacionales– las acciones masivas directas constituyen complejas representaciones culturales que permiten a los participantes comunicar mensajes simbólicos a una audiencia, a la vez que también ofrecen un foro para producir y experimentar significado simbólico por medio de una práctica ritual encarnada. [21,26] Los ‘novísimos movimientos sociales’ están organizados como redes, constituidas por grupos laxos descentralizados y por marcas de identidad e implican tanto la individualización como la no diferenciación. Estas “redes de movimiento” transnacionales [27] incluyen un amplio campo de individuos, organizaciones y estructuras con un centro fuerte pero flexible, una periferia no tan activa pero diversa, y nodos de interconexión en donde fluyen continuamente los recursos y el conocimiento.

Como se señaló antes, este modelo tripartita de movimientos sociales ‘viejos’, ‘nuevos’ y ‘novísimos’ no se plantea como un modelo rígido, estático. En efecto, las manifestaciones recientes reúnen a jóvenes anarquistas y a grupos cristianos de la primera oleada de los movimientos sociales, ambientalistas y feministas de la segunda oleada y ravers y cyberpunks de la tercera. Por una parte, los actores de los ‘novísimos movimiento’ utilizan tácticas e ideologías que provienen de etapas anteriores (la marcha, el boicot, etc). Por otra parte, las organizaciones nacidas en el pasado están modernizando sus formas y discursos, integrándose en los ‘novísimos’ movimientos y desempeñando con frecuencia un papel de liderazgo. Por ejemplo, los movimientos que eran los “buques insignia” de los viejos y nuevos movimientos sociales (los sindicatos y los ecologistas, por ejemplo) están en las líneas frontales de las más recientes movilizaciones, aunque sus formas organizacionales e incluso sus bases sociales han cambiado. Además, las comunidades virtuales no sólo ofrecen infraestructuras sociales para las redes juveniles globales, el internet ha generado nuevas culturas juveniles. Una importante diferencia respecto a movimientos previos es que, por primera vez, los jóvenes no están, por definición, en una posición subalterna, en especial en lo que se refiere al cambio tecnológico6.


Los acontecimientos: manifestaciones globales

Nuestra travesía por los ‘novísimos movimientos sociales’ comenzará por enfocarse en cuatro movilizaciones globales en dos ciudades ibéricas: Barcelona y Lisboa. Las protestas y las acciones globales con frecuencia operan como puntos históricos de definición y, como momentos de gran riqueza etnográfica, también pueden ayudarnos a desencadenar una discusión teórica en torno al surgimiento de los ‘novísimos movimientos sociales’. Los acontecimientos se ubican en coordenadas de tiempo espacio únicas, ofreciendo un foro para las diversas actividades del movimiento social y mejorando la visibilidad pública. A pesar de su carácter efímero, estos acontecimientos también generan procesos que siguen vigentes y que comienzan desde mucho antes en la expresión pública y que se originan a partir de la interconexión entre múltiples dinámicas, incluyendo los asuntos y las oportunidades políticos externos, así como las identidades y los recursos internos. Surgen de procesos de negociación entre redes diferente, con frecuencia previamente existentes. Como tiempos-espacios caracterizados por una densa alineación de actores individuales y colectivos, estos episodios también producen ‘dinámicas colaterales” internas, que suelen funcionar como referencias compartidas. Mientras tanto, es frecuente que las redes que se han desarrollado en torno a ellos continúen con el tiempo, incorporando nuevos miembros y organizando nuevas iniciativas. En este artículo enfatizamos cuatro escenarios de los ‘novísimos movimientos sociales’: (1) una marcha en Barcelona en junio de 2001 que se planeó para que coincidiera con una reunión del Banco Mundial que en última instancia fue cancelada antes de la protesta; (2) otra marcha en Barcelona en la primavera de 2002 en contra de una Cumbre de la Unión Europea durante la presidencia de España; (3) el desfile del primero de mayo de 2007 en Lisboa, que formó parte de un día global de acción; y (4) otra manifestación en Lisboa ese mismo año durante la Cumbre UE-África.

Barcelona 2001 – un domingo en el Passeig de Gràcia7

Debíamos ya que la reunión del Banco Mundial en Barcelona había sido suspendida, pero, aun así, decidimos marchar. Ésta fue una victoria para el movimiento en contra del neoliberalismo, ya que los líderes financieros globales fueron incapaces de controlar su propio calendario. Llegamos a Barcelona en sábado. Tras haber sido recogidos en la Estación de Saints, fuimos directamente a la Rambla del Raval para la sesión plenaria de la cumbre alternativa. Después de las presentaciones iniciales de las personalidades mejor conocidas –que enmarcaron la situación, analizaron el papel del Banco Mundial y el FMI, y ofrecieron varias propuestas–, hablaron los delegados de diferentes, expresándose sobre la diversidad de los lenguajes y acentos que están luchando a favor de ‘otra globalización’. Aunque podíamos percibir la fuerza del movimiento, persistían las incertidumbres en torno a la manifestación del día siguiente, en especial dada la campaña de criminalización que se había desatado. Aun así, la mañana siguiente, miles y miles de personas, con diversos estilos y diversas apariencias (jóvenes de diversas ‘tribus’ urbana, músicos que tocaban en conjuntos de todos tamaños, mujeres de la acción católica, madres, académicos y feministas preocupadas por la causa, unos cuantos políticos de la izquierda institucional, artistas, abogados, familias, y veteranos de luchas anteriores) se reunieron para comenzar la marcha a lo largo del Passeig de Gracia, y toda incertidumbre acabó ahí. Prevalecieron los cantos, los bailes y una tranquila determinación en el sentido de que era necesario actuar. Nos unimos al último tercio de la manifestación y todo estaba tranquilo hasta que llegamos a la Bolsa de Valores, aunque había rumores de que en otros lugares se habían quebrado vidrios. La barricada de la policía alrededor de la Bolsa de Valores era impresionante. Cuando llegamos a la Plaça Catalunya dejamos la manifestación y podo después atacó la policía, lo que todo mundo sabía que estaba por suceder. Las llamadas ‘fuerzas de la ley y el orden’ tuvieron el enfrentamiento final que anhelaban.

 


Barcelona 2002 – Un sábado en el Passeig de Colom

Poco antes de las 6:00 pm salimos del tren subterráneo en la Rambla da Catalunya. Barcelona está tranquila, a pesar de las amenazas de caos. Según los reportes, la manifestación de la ‘anti-globalización’ que se planeó para realizarse esa tarde reuniría unas cincuenta mil personas. La atmósfera es festiva. La omnipresencia de las nuevas tecnologías es especialmente visible. Efectivamente, todo mundo trae un teléfono celular y lo utilizan para encontrar a sus amigos entre la masa de manifestantes. Como en todas las fiestas, se puede escuchar música y sonidos particulares: desde la Internacional a la Salsa, desde sonidos de percusión hasta saxofón expresados por un músico callejero. Un helicóptero de la policía nos sobrevuela, inquietando a la multitud: nada mejor para animar a nuestro equipo que las provocaciones de nuestros opositores. La marcha ha sido coordinada por una constelación de grupos de movimientos sociales locales y a la vez vinculados en red transnacionalmente y por organizaciones extra-parlamentarios de izquierda que se reunieron bajo el nombre de Campaña en contra de la Europa del Capital. La diversidad de organizadores se refleja en la estructura de la marcha, compuesta por tres bloques diferenciados: el primero, que marcha con el lema ‘No a la Europa del Capital’, es el espacio de la Campaña; el segundo, con el estandarte ‘A favor de una Europa de Naciones’, reúne a los militantes separatistas y nacionalistas (la prensa pro-gubernamental insiste en que en este bloque hay terroristas escondidos en este bloque); el tercero es el bloque del Foro Social Barcelona, que incluye ONGs institucionales, sindicatos y partidos de izquierda que marchan bajo el lema de Porto Alegre, ‘es posible otra Europa’8.

Surge una ola multicolor del océano de abajo. La diversidad interna se refleja en múltiples estilos y generaciones: jóvenes con crestas y pensionados con paraguas y gabardinas, mujeres jóvenes con pelo pintado y piercings y madres que cargan a sus bebés, adolescentes felices de ir a su primera manifestación y mujeres adultas con sus trajes reciclados de Flower Power, inmigrantes latinoamericanos que venden cerveza y, por supuesto, antropólogos atentos a los acontecimientos. Las imaginaciones de quienes protestan también se muestran en los ubicuos letreros y lemas. Por ejemplo un drag- queen lleva un estandarte que dice: ‘Ni capitalismo, ni machismo, sólo revolución, te pone guapa’. Una agrupación de percusionistas enmascarados lleva un estandarte que reza ‘La revolución feliz acaba de comenzar’. Las canciones y los cantos también son extremadamente diversos, en oposición a la monarquía, en apoyo del internacionalismo, y aludiendo a una multiplicidad de temas únicos. Un carro con un sistema de sonido arroja música exigiendo la legalización de la marihuana, y los activistas homosexuales cantan ‘Contra la Europa del capital, penetración anal’. El orden público no se ve amenazado, al menos no todavía. La única señal de guerra son las cajas pintadas con aerosol rosa por la agrupación ‘ Caça lobbies’ (exterminadores de cabildeos), y logotipos del movimiento de los sin hogar pintados en los semáforos.

Cuando finalmente llegamos al Passeig de Colom, vemos la iluminada estatua multicolor de Cristóbal Colón. El monumento es ocupado pacíficamente por una multitud de estandartes, carteles y personas. Es difícil salir y ya es después de las 9:00 pm cuando finalmente logramos salir de la plaza. Luego vemos otra tribu – hasta entonces discreta: los policías antimotines. En caso de que haya problemas, decidimos entrar a un bar , un pub irlandés en el barrio gótico que evoca imágenes de los viejos lugares en donde se reunían los anarco-sindicalistas un siglo atrás. La batalla ya había comenzado cuando terminamos nuestras cervezas. Los jóvenes manifestantes que lograron escapar con facilidad de los policías antimotines fueron a un espacio abierto llamado el Sot del Migida en Montjuic rumbo a un concierto encabezado por Manu Chao, un héroe del movimiento anti-globalización.

La primera celebración portuguesa del primero de mayo comenzó en la Alameda Afonso Henriques, con una comida vegetariana. Acontecimientos similares se realizaron en otros lugares en el mundo. El primer desfile del primero de mayo se dio en Milán en 2001. Desde el 2004 el proceso se había difundido en todo Europa, reuniendo sobre todo a inmigrantes y a jóvenes trabajadores en condiciones precarias en manifestaciones alternativas del primero de mayo para generar conciencia en cuanto a la creciente precariedad laboral: empleos flexibles, a corto plazo; condiciones laborales deplorables; mínimos beneficios de seguridad social; y una falta de negociación colectiva. Cuando yo llegué, los activistas había terminado ya de comer y estaban sentados en pasto entre sus carteles y estandartes. Había un clima de expectación y algunos jóvenes se preparaban para el acontecimiento mientras que otros hablaban por sus teléfonos celulares para establecer puntos de encuentro con sus colegas. La mayoría de los activistas eran jóvenes, pero también había mucha gente de mayor edad, veteranos de manifestaciones anteriores y líderes políticos. Pronto me topé con mucha gente a la que conocía: militantes de partidos de izquierda y activistas de diversas ONGs, grupos y asociaciones. Poco después, salimos con gran algarabía. La marcha reflejaba las nuevas lógicas simbólicas de la acción performativa, dirigida a atraer la atención por medio de protestas callejeras espectaculares [cf. 26]

La ciudad no podía permanecer indiferente al caótico escenario: calles cerradas al tráfico, barricadas policiales, los sonidos típicos de la protesta callejera (consignas, ruidos de megáfono, silbatos policiacos, comentarios políticos, las voces de los reporteros), y la inundación de quienes protestan invadiendo las principales arterias de la ciudad, incluyendo las Avenidas Novas. La marcha fue especialmente colorida e incluyó canciones y danzas que fueron ensayadas la noche anterior a la fiesta del primero de mayo. El frente de la manifestación avanzó coordinadamente; hacia la parte de atrás, los participantes iban más dispersos. Durante la marcha, el grupo adaptó sus actividades al área por la que marchaba, distribuían folletos en los McDonalds u organizando performances frente al Ministerio del Trabajo. Nadía pudo ignorar un activista enjaulado que proclamaba que había sido arrestado en un centro de llamadas o los protestantes que llevaban enormes pancartas. La conmoción se vio reforzada por un camión que llevaba un sistema de sonido en la parte frontal de la marcha. La masa de manifestantes fue rodeada por la policía, que miraba con curiosidad las presentaciones de los activistas, a veces tratando de limitarlos, otras veces riendo discretamente. Al final de la Avenida Brasil, la vanguardia de la marcha se encontró con el desfile del día del trabajo organizado por CGTP-IN ( Confederação Geral dos Trabalhadores Portugueses- Intersindical Nacional), una confederación portuguesa de sindicatos. Al final de la marcha, los trabajadores llegaron a la ciudad universitaria, en donde, como se ha tornado tradicional, había comenzado un festejo popular. La acción del primero de mayo del grupo terminó con una presentación: pusieron una torre de cajas de madera con palabras clave como desempleo e inseguridad, y luego aventaron armas improvisadas –calcetines enrollados– hacia la torre, la que colapsó con las cajas volando en todas direcciones.

Lisboa 2007 - un sábado en el Chiado

Aunque era diciembre, era un día soleado, uno de esos sábados fríos y luminosos que ofrece Lisboa con frecuencia a sus visitantes. Los participantes en la Cumbre Alternativa de la Unión Europea-África terminaron poco a poco sus alimentos en el comedor de la Escuela de Bellas Artes. Llevando sus pancartas caminaron en silencio hacia Largo do Camões, una de las principales plazas de Chiado en el centro de Lisboa, un punto tradicional de encuentro para las manifestaciones. La Cumbre Unión Europea-África era un importante acontecimiento internacional que reunió a líderes de diversos países europeos y africanos. La cumbre alternativa, que reunió a un enorme grupo de activistas portugueses, europeos y africanos, incluyó sesiones semi-plenarias sobre temas como el ambiente, los recursos naturales y la soberanía alimentaria, las migraciones, el desarrollo económico y los derechos humanos, al igual que talleres autogestivos. La Cumbre concluyó con una discusión plenaria para preparar una declaración final, seguida por una manifestación en las calles de Lisboa. La protesta reunió no sólo a los participantes de la Cumbre alternativa, sino también a grupos de activistas e individuos del medio alternativo en Lisboa. En Camões, los participantes se organizaron en torno a grupos específicos: los organizadores portugueses caminaban en la plaza haciendo llamadas por celular, los participantes extranjeros de ONGs africanas y europeas re reunían en pequeños grupos mostrando sus pancartas en diferentes idiomas, algunos de ellos abordando temas específicos como la situación en Zimbabwe o en otros países africanos, otros proclamaban derechos universales. Pequeños grupos de inmigrantes africanos en Lisboa hacían visibles sus demandas, enfocándose en la vivienda y en los asuntos legales, mientras que los jóvenes de diversas ‘tribus urbanas’ caminaban, fumaban, hablaban, bailaban y hacían malabares. Un grupo de payasos se reunió en el centro de la plaza y comenzó a tocar música. Cuando al fin comenzó la protesta, los payasos fueron a la cabeza de la marcha, junto con un grupo que llevaba la manta de la cumbre alternativa: ‘Europa-África: hay alternativas’, escrito en varios idiomas. Un grupo de jazz popular cerraba la marcha tocando melodías alegres. La marcha atravesó algunas de las principales calles del barrio del Chiado, que ya estaba completamente atiborrado de gente que hacía sus compras navideñas. Loa manifestantes gritaban lemas en varios idiomas, entre ellos ‘África no está en venta’ y el canto tradicional en contra de las barreras a la migración: ‘No fronteras, no naciones, detengan las deportaciones’. En mitad de la manifestación, un grupo feminista francés cantaba lemas a favor de los derechos de las mujeres en todo el mundo, los que las mujeres portuguesas trataban de repetir. La marcha terminó en la Praça da Figueira en el corazón del centro de Lisboa. Una camioneta amarilla estaba estacionada en mitad de la plaza, difundiendo melodías africanas y todo mundo comenzó a bailar. La policía contuvo a los manifestantes dentro de la plaza, mientras observaba el variado grupo de cuerpos que se movían lentamente al ritmo de ‘Mornas’ y ‘Kizomba’.

Contextos: movimientos y plataformas

La acción colectiva tiende a alternar entre etapas latentes en donde los movimientos desarrollan discursos e identidades y momentos de mayor visibilidad pública (Melucci, 1989). Respecto a estos últimos, los movimientos sociales organizan acontecimientos que influyen en el ritmo de vida de una ciudad. Las manifestaciones de protesta y las expresiones públicas, por una parte, y los foros, reuniones y concentraciones de activistas, por la otra, son espacios-tiempos privilegiados para la interacción social en donde las redes transnacionales de activistas se desempeñan y encarnan. [26] También tienen un impacto en términos de la apropiación dl espacio urbano las cuatro manifestaciones que describimos líneas arriba tienen mucho en común: la heterogeneidad de los participantes y los mensajes, la diversidad de los temas y asuntos; las acciones empáticas para los medios de comunicación, los esfuerzos por criminalizar a los manifestantes, así como un carácter pacífico y lúdico. Estos acontecimientos también pueden verse como ‘glocales’, cimentados en una ciudad específica, pero involucran un contexto internacional más amplio, que con frecuencia incluye acciones de solidaridad con otras manifestaciones en todo el mundo. Por supuesto que también hay diferencias, en especial en el número de participantes y las reacciones del público y de la policía. Más en general, las protestas y las acciones públicas masivas son características del repertorio de acción de los ‘novísimos movimientos sociales’, pero también están arraigadas en contextos culturales, geográficos y organizacionales específicos.

En la siguiente sección analizamos los grupos, redes y plataformas específicos en Barcelona y Lisboa que constituyen los contextos organizacionales de los ‘novísimos movimientos sociales’ y prestamos especial atención a los diferentes modos de participación: virtual y cara a cara, informal y formal, de las organizaciones discretas a los espacios más amplios de convergencia.


Barcelona – el caso del MRG10

Aunque los colonos irregulares y los activistas solidarios en Barcelona habían participado en acciones previas globalmente coordinadas contra el G8 y la OMC, los movimientos de la globalización alternativa en Cataluña en buena parte estuvieron encabezados por una red llamada Movimiento de Resistencia Global (MRG), que fuera fundado para coordinar la movilización catalana en contra del Banco Mundial y del FMI en Praga en septiembre de 2000. Praga derivó en una explosión de participación de las bases y de cobertura mediática, difundiendo los discursos de la globalización alternativa y vinculando las luchas locales y globales11. El MRG específicamente implicaba la convergencia de dos sectores: un bloque anti-capitalista radical, que incluía a colonos irregulares, anti- militaristas, simpatizantes de los zapatistas, y los activistas opuestos a la UE, y un grupo de solidaridad internacional menos militante y activistas de las ONGs. Muchos de estos últimos habían participado antes en una consulta en todo el estado que planteaba si el gobierno español debería cancelar la deuda que le debían las naciones en desarrollo y organizada por la RCADE (Red Ciudadana para Abolir la Deuda Externa). Los activistas más jóvenes dentro de las redes como MRG y RCADE precipitaron el activismo de la globalización alternativa en Barcelona, pero toda la izquierda catalana se uniría al grupo en las campañas subsecuentes en contra del Banco Mundial y de la Unión Europea en junio de 2001 y marzo de 2002. Aunque los movimientos catalanes de globalización alternativa son intergeneracionales, los activistas más jóvenes han sido protagonistas, infúndiendoles con energía creativa, un espíritu de confrontación y un énfasis en la innovación tecnológica, política y social. Por ejemplo, los movimientos juveniles más radicales, incluyendo los del anti-militarismo [30] o los de los okupas (squatters) ilegales [5] contribuyeron su crítica del estado, el enfoque en la descentralización, las relaciones horizontales y la auto-administración, además de la experiencia con la acción directa no violenta. Mientras tanto, los activistas solidarios más jóvenes compartieron su conciencia global, el compromiso con la participación de las bases, y el conocimiento de los temas del desarrollo y de la justicia económica global. Con la fundación del MRG, este enfoque en la democracia participativa y la solidaridad global convergen con un énfasis en la autonomía local y en el auto-gobierno de las bases entre los okupas irregulares militantes, los anti-militaristas, y los simpatizantes de los zapatistas, generando una forma única de activismo guiada por las lógicas y las prácticas emergentes de las redes12.

Como ya se planteó antes, los movimientos de la globalización implican varios rasgos clave que son característicos de los ‘novísimos’ movimientos sociales, como el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs), las formas no tradicionales y altamente teatrales de protesta por la acción directa y una perspectiva global (tanto geográfica como temática). Cada una de estas características se refleja en el discurso y la práctica del MRG. Por ejemplo, los activistas del MRG han utilizado las redes digitales para organizar acciones, compartir información y recursos, y coordinar actividades. Aunque los organizadores han utilizado primordialmente el correo electrónico y las listas electrónicas, también han construido páginas web temporales durante las movilizaciones para ofrecer información, recursos y listas de contactos; subir documentos y convocatorias a la acción; y albergar foros de discusión y actividades de chat. Efectivamente, las nuevas TICs ocuparon un lugar central en el desarrollo del MRG. La lista de corresponsales del MRG fue creada en un principio para planear las protestas en contra del Banco Mundial y del FMI en Praga. Al comunicarse vía internet, los activistas de diversos grupos pudieron compartir información y coordinarse de manera flexible, descentralizada, sin necesidad de estructuras jerárquicas. De tal forma, el internet no sólo permitió a los activistas que se coordinaran más rápidamente, sino que reforzó sus ideales libertarios más amplios. Las nuevas tecnologías han reforzado en gran medida las formas organizacionales más radicalmente descentralizadas, basadas en redes, dentro de los movimientos de la globalización alternativa, lo que ha derivado en formaciones flexibles, difusas y efímeras, incluyendo al MRG en Cataluña. Los movimientos y colectivos de las bases pueden ahora vincularse directamente a través del espacio sin necesidad de una jerarquía organizacional. En contraste con los partidos políticos y los sindicatos tradicionales, la política con base en las redes implica la creación de amplios espacios de cobertura, en donde convergen múltiples organizaciones, colectivos, y redes en torno a unos principios fundamentales, a la vez que preservan su autonomía y su especificidad. Efectivamente, dada la creciente insatisfacción con la política institucional, los jóvenes se ven cada vez más atraídos a esas formas informales, de base, de participación política. En este sentido, el MRG fue fundado como un espacio laxo, descentralizado, para la comunicación y la coordinación, diseñado para movilizar cuantos sectores, grupos, y colectivos como sea posible en torno a objetivos específicos. La estructura organizacional de la red refleja de este modo la lógica de formación de redes emergente entre muchos activistas de la globalización alternativa [cf. 3,29]

Las presentaciones teatrales realizadas por los activistas vinculados con diversas redes –incluyendo la confrontación física (bloque negro), el conflicto simbólico (los monos blancos) o la alegría carnavalesca (bloque rosa)–, captan la atención de los medios de comunicación, pero también encarnan y expresan identidades políticas alternativas. Los activistas conectados con el MRG estuvieron particularmente activos dentro de los círculos de los overoles blancos y del bloque rosa durante las movilizaciones de la globalización alternativa en ciudades como Praga (septiembre 2000), Barcelona (junio 2001), y Génova (julio 2001), a la vez que la red organizaba un exitoso ‘día descentralizado de acciones’ que precedió a la marcha de medio millón de personas en contra de la UE en marzo de 2002 [cf. 29] Las acciones incluyeron una parodia que se llamaba cazalobbies en el que se tomaron como blancos las transnacionales españolas, se realizó una rodada en bicicleta con la masa crítica y un circo en contra del capitalismo, entre muchas otras. Más allá de exponer sus cuerpos en línea para comunicar mensajes políticos, los activistas más jóvenes proclives a la acción directa se expresan estilísticamente por medio de la ropa y del adorno del cuerpo. El estilo puede, de tal modo, ser visto como una forma de comunicación intencional por medio del ensamblaje y la mezcla y combinación subculturales o ‘bricolage’. Los jóvenes han crecido en un mundo más globalizado que nunca antes, dados que actores geográficamente dispersos pueden ahora comunicarse y coordinarse por medio de redes transnacionales en tiempo real. Efectivamente, a pesar de su desigual distribución geográfica, las redes transnacionales de activistas en las cuales han participado los activistas del MRG, como PGA, el proceso de WSF e Indymedia ofrecen la infraestructura necesaria para el surgimiento de los campos global es de significado e identificación, que se ajustan a las experiencias de vida y a los imaginarios políticos de los jóvenes activistas en Barcelona. Al mismo tiempo, los activistas del MRG también han expresado visiones utópicas basadas en una red global de comunidades localmente arraigadas. Más allá de la investigación geográfica, los movimientos contemporáneos de la globalización alternativa también son globales en su abanico temático, reuniendo varias luchas que se oponen a la creciente influencia corporativa sobre la política, la sociedad y la economía, así como una creciente penetración comercial en los aspectos más íntimos de nuestras vidas cotidianas.

Lisboa – Redes emergentes13

Los años de 2006 y 2007 fueron testigos del nacimiento de una serie de diferentes plataformas de movimientos sociales en Portugal, junto con la consolidación de los establecidos previamente. La incorporación de las tácticas y los discursos de los ‘novísimos movimientos sociales’ en la política portuguesa comenzó varios años antes a través de la actividad de las organizaciones que participaban en las redes globales. Las caras locales de los movimientos internacionales como ATTAC ( Associatión pour la Taxatión des Transactións pour l’Aìde aux Citoyëns-Asociación para el Gravamen de las Transacciones para Ayudar a los Ciudadanos), partidos políticos de la izquierda radical y los activistas dentro de los movimientos nacionales emergentes trajeron al movimiento de la globalización alternativa una retórica y nuevos repertorios de acción al país. El Foro Social Portugués (FSP) constituyó uno de los primeros esfuerzos por alinear a los movimientos de izquierda y alternativos con las recientes tendencias de los movimientos globales. La organización enfrentó profundas tensiones entre diferentes facciones dentro del proceso del FSP y después del primer FSP se creó un grupo informal denominado Afinidades como una forma de reunir a representantes de organizaciones más pequeñas para que enfrentaran los esfuerzos por monopolizar el FSP de parte de los sindicatos y los paridos parlamentarios de izquierda. En 2006, se realizó el segundo FSP y estuvo marcado por el mismo tipo de tensiones. En ese mismo año, se formó una red llamada Rede G8 para movilizar las organizaciones portuguesas en torno a una protesta en contra del G8 en Heiligendam. Esta nueva red reunió activistas de Bloco de Esquerda (BE), un partido de izquierda (y especialmente a aquellos vinculados con el grupo internacionalista, un grupo más o menos informal dentro del partido que se propone organizar y participar en acontecimientos y redes internacionales) y Gaia, un grupo de activismo ecologista que está jugando un papel de liderazgo en los ‘novísimos movimientos sociales’ en Portugal, al importar nuevos métodos y tácticas. En marzo de 2007, se realizó en Lisboa una asamblea preparatoria para el Foro Social Europeo (FSE) que recibió a activistas de toda Europa, y que concluyó con una manifestación de parte del recientemente creado Ejército de Payasos Lisboa.

Como ya se planteó antes, 2007 fue también el primer año del desfile del primero de mayo en Lisboa. Varios días antes, se creó otra plataforma denominada Plataforma Direitos e Diversidade tras la ‘Reunión Multicultural’ en contra de la reunión internacional de los partidos y movimientos de extrema derecha realizada en Lisboa. En esta Reunión Multicultural, varias voces sugirieron la necesidad de continuar la discusión y de organizar actividades adicionales. El grupo decidió promover una reunión en el mismo lugar, dos semanas después, con el objeto de discutir la acción posterior. En esta segunda reunión, que fue más institucional, los representantes de ATTAC, Afinidades y de las colectividades de Immigrantes y de Comercio Justo, se reunieron, junto con individuos no alineados, que también estaban presentes. A lo largo de los siguientes meses, se escribió una declaración conjunta, se involucraron nuevos individuos, se compartió información en una lista de correos y se creó un wiki para discutir las actividades de la plataforma. Con el tiempo, la plataforma comenzó a desmovilizarse ya que algunos de sus promotores informales participaban en muchas otras luchas y actividades, y el resto de los participantes no pudieron sostener la plataforma. La plataforma está actualmente extinta, pero la lista de correos está activa y es usada para difundir información.

La existencia previa de otras coaliciones (como Afinidades) y la formación de otras nuevas (incluyendo la red creada para organizar la cumbre alternativa UE/África) complicaron los esfuerzos por promover una coalición estable. Efectivamente, la cumbre alternativa UE/África, sugerida de una combinación de esfuerzos locales y algunos más amplios en Europa, comenzados en la primavera/verano de 2007, derivó en la constitución de una nueva red portuguesa, que todavía está activa. El volante oficial de la cumbre alternativa mencionaba 15 organizaciones portuguesas, incluyendo a las de grupos de base de inmigrantes y de grupos juveniles, la mayoría arraigados en los barrios de Lisboa llamados ‘problema’; a Attac y a una red de colectivos en contra del racismo y la discriminación en contra de los inmigrantes, a los grupos culturales y ecologistas, así como aquellos orientados al comercio justo, feministas, LGBT y asociaciones estudiantiles. Un núcleo informal de activistas de estos grupos encabezó la alianza14.

Aunque las formas contenciosas de acción entre los ‘novísimos movimientos sociales’ en Lisboa son más recientes, más pequeños y menos visibles que en Barcelona; muestran muchas características similares. El internet juega un papel crucial al difundir información y preparar los acontecimientos, principalmente por medio de las listas de corresponsales, páginas web y bitácoras digitales. Los teléfonos móviles se usan cada vez más para convocar a las manifestaciones y a los actos públicos. Poco a poco, los programas gratuitos para los equipos electrónicos se van colando en el discurso y la práctica de los movimientos sociales, y los grupos de los medios alternativos, como Indymedia, también están activos. Por otro lado, los activistas están desarrollando nuevas formas de expresión y acción políticas.

Las grandes manifestaciones incluyen cada vez más acciones y presentaciones simbólicas y grupos específicos se están especializando en rutinas reconocibles, El ejército de payasos y la Orquesta de Samba ‘Sounds of Resistance’ (dos fenómenos que fueron desarrollados inicialmente en el Reino Unido) constituyen buenos ejemplos de esta tendencia. Las recientes protestas amigables con los medios de comunicación, como la acción para destruir los Organismos Genéticamente Modificados, reflejan la globalización de las nuevas formas de acción directs.

Finalmente, como se señaló antes, estos movimientos y plataformas locales están incorporándose gradualmente en las redes internacionales previamente existentes. Los movimientos sociales portugueses son así parte de un proceso más amplio de globalización de las bases: participar en plataformas internacionales, viajar a reuniones masivas globales como FSE o las protestas en contra de la Cumbre del G8, y organizar reuniones globales en un contexto local: todos estos son importantes mecanismos que vinculan a los colectivos portugueses con un contexto más amplio de acción colectiva.

Discusión: las conexiones ibéricas y más allá

Las páginas anteriores evocaron algunas breves instantáneas de la acción contenciosa en la Península Ibérica. Las historias de las manifestaciones globales en Lisboa y Barcelona así como los análisis de los contextos locales de interacción, de los colectivos, movimientos, redes y plataformas apuntan al surgimiento de un nuevo ciclo de protesta asociado con el surgimiento de los ‘novísimos movimientos sociales’. Barcelona y Lisboa están así ligadas por un tejido invisible, aunque sólido, que los conecta y que refleja una historia paralela que incluye acontecimientos y procesos similares, aunque con rasgos distintivos y en diferentes etapas de desarrollo. Barcelona y Lisboa están así inmersas en un tejido más amplio de movimientos entrelazados transnacionalmente que incluye un complejo entrelazamiento de agentes, acontecimientos, espacios y discursos. Están surgiendo nuevos tipos de movimiento social dentro de esta red de relaciones. La literatura que se centra en los nuevos movimientos sociales subrayaba el hecho de que los cambios en el sistema productivo están asociados con formas cambiantes de acción contenciosa. En este sentido, el surgimiento de los movimientos juveniles, estudiantiles y ecologistas reflejaba una caída parcial del papel central de las fábricas, la creciente importancia de las universidades, y el surgimiento de la clase media. [24] Los ‘novísimos movimientos sociales’ también tienen que ser entendidos en el contexto de cambios sociales más amplios: la globalización de la economía y la política dan lugar a la globalización de los movimientos sociales; el surgimiento de una nueva morfología social –la red– desemboca en movimientos sociales en red. [3,15,20,] En efecto, los movimiento de la globalización alternativa están imbuidos profundamente de este efecto de red, involucrando una creciente confluencia entre las normas de la red (valores, ideales), las formas (estructuras organizacionales), y las tecnologías (de manera notable el internet), mediadas por la práctica activista concreta. [15]

La lógica de formación de redes de los ‘novísimos movimientos sociales’ da lugar a una estructura compleja, de múltiples niveles y efímera, caracterizada por una geometría inestable de vínculos y conexiones entre grupos que se funden en acontecimientos específicos. Múltiples y cambiantes agentes sirven como nodos clave dentro de esta red nunca terminada. Los actores individuales y colectivos con diversos grados de formalización se reúnen y luego vuelven a separarse en poco tiempo. Sin embargo, aunque las coaliciones ad-hoc convergen en pro de propósitos particulares, a veces cristalizan en sociedades duraderas. En este sentido, la yuxtaposición de plataformas contingentes con alianzas más permanentes hace que esta geometría variable sea aun más dinámica. Los jóvenes juegan un papel importante dentro de esta geometría compleja. Como se mencionó antes, los ‘novísimos movimientos sociales’ son intergeneracionales, pero una cantidad significativa de sus protagonistas son jóvenes [cf. 22]. Una de las principales características de los ‘novísimos movimientos sociales’ es precisamente la interacción entre diferentes generaciones de acción colectiva, así como diferentes generaciones de activistas individuales. Las demandas concretas y universales, los repertorios de acción tradicionales e innovadores, los temas viejos y las nuevas propuestas están alineadas bajo paraguas comunes en una forma multidimensional, fractal. Las demandas de los movimientos sociales ‘viejos’, ‘nuevos’ y ‘novísimos’, están interrelacionadas, como lo están sus formas de acción. Las cuestiones estrictamente sociales están entretejidas con los temas más culturales y simbólicos. En efecto, las subculturas juveniles y las formas contra-culturales existen en relación con preocupaciones políticas y económicas. En este sentido, si los nuevos movimientos sociales fueron concebidos como movimientos basados en la identidad, los ‘novísimos movimientos sociales’ combinan las demandas culturales y materiales, así como las escalas de acción local y global. Los ‘novísimos movimientos sociales’ también están fundamentados en una red infraestructural de herramientas técnicas y nuevas

tecnologías15. Finalmente, y en parte gracias a estas innovaciones tecnológicas, los movimientos de la globalización alternativa son multi-escalares, activos en los niveles

local, regional y global. En particular, las iniciativas locales se difunden transnacionalmente, mientras que los acontecimientos globales se manifiestan en diversos contextos locales. En este sentido, Lisboa y Barcelona aparecen como dos ejes de un caleidoscopio más amplio de ‘novísimos movimientos sociales’.

Postcriptum (diciembre de 2011)

En el momento de revisar la traducción castellana de este texto, originalmente publicado en inglés, asistimos al auge del movimiento de los Indignados, un nuevo tipo de movimiento global que en parte responde a las características de los movimientos analizados con anterioridad, aunque también supone una actualización en el contexto de la crisis financiera internacional surgida con posterioridad a 2008. Quizá nos sea casual que tal movimiento surgiera y se desarrollara en las localidades de procedencia de cada uno de los autores de este texto: Lisboa (movimiento A Geraçao a Rasca, abril de 2011); Barcelona (ocupación de la plaça de Catalunya en mayo de 2011 a cargo del movimiento 15M o de los Indignados); Nueva York (movimiento Occupy Wall Street, septiembre- octubre de 2011). Aunque todavía es pronto para analizar el alcance de tales movimientos, que en la actualidad estamos investigando, quizá puedan interpretarse a la luz del modelo teórico presentado aquí. [32]

1 Este artículo es una versión castellana actualizada y revisada del original en inglés [1].

2 Los científicos sociales y los activistas se han referido a este movimiento y lo han analizado utilizando diversos términos: movimiento anti-globalización, movimiento en contra de la globalización corporativa, movimiento de la globalización alternativa, movimiento de la democracia radical, movimiento por la justicia global, o movimiento de resistencia al neoliberalismo. En este artículo utilizamos el término ‘movimiento de la globalización alternativa’ (alter-globalization) que enfatiza que los activistas no están en contra de la globalización per se sino que efectivamente están desarrollando sus propios modos alternativos de globalización con base en la democracia y en la justicia social, en contraposición del modelo neoliberal dominante de la globalización que apoya los intereses corporativos. [2-4]

3 Carles Feixa empleó por primera vez el concepto de ‘nuevos nuevos movimientos sociales’ en un libro sobre movimientos juveniles el contexto latinoamericano, [5] después de una charla con Jeffrey J. Juris sobre sus primeras experiencias de campo en Seattle, México y Barcelona. Gracias a Sofía Laine recientemente nos enteramos que la socióloga italiana Donatella della Porta también usó el concepto en su trabajo a fines de los años noventa. [6]

4 El término "viejos" movimientos sociales por lo general se refiere al movimiento de los trabajadores, en especial durante el periodo clásico de fines del siglo XIX a principios del XX. En este artículo nos basamos y jugamos con la oposición, dentro de la literatura sobre los movimientos sociales, entre los "viejos" y los llamados "nuevos" movimientos sociales –ecológicos, pacifistas, feministas, estudiantiles– y otros movimientos surgidos a fines de los años sesenta y principios de los setenta y que se han asociado por una abrumadora preocupación por la identidad en contraposición en enfoque estratégico de los movimientos más viejos. [7] Las diferencias entre los movimientos viejos y nuevos con frecuencia se exageran, [8] pero nosotros seguimos usando estas categorías con propósitos heurísticos para analizar y comparar las características de diferentes movimientos en periodos históricos distintos.

5 Para la evolución de los movimientos juveniles en la sociedad contemporánea. [5,9,10], Por supuesto que esta tipología triádica no es únicamente evolutiva: en nuestro actual trabajo de campo podemos encontrar símbolos, estrategias e interpretaciones de los tres modelos de los movimientos sociales y de los actores juveniles.

6 Como ha señalado Castells [15], la cibercultura misma fue la creación de los hippies y cyberpunks y otros jóvenes activos en la difusión de la sociedad en red. [12]

7 Esta sección se basa en las notas de campo en Barcelona realizadas por Feixa, quien es el narrador. [14]

8 Para una narración etnográfica de las complejas luchas micro-políticas que llevaron a la formación de diferentes bloques de protesta. [26] Lisboa 2007 – un sábado en Avenidas Novas9

9 Esta sección se basa en las notas de campo en Lisboa de Pereira, quien es el narrador [28]

10 Esta sección se basa en la investigación de doctorado de Juris [3,29].

11 Muchas organizaciones españolas y catalanas de la izquierda tradicional habían participado previamente en la movilización de diciembre de 2000 contra la Unión Europea, en Niza.

12 El MRG se debandó finalmente en enero de 2003, cuando los activistas ‘auto-disolvieron’ la red como respuesta a la caída en la participación y una declaración política en contra de las estructuras permanentes.

13 Esta sección se basa en la investigación de doctorado de Pereira [28].

14 Después de la cumbre alternativa, se organizaron muchas iniciativas a escalas local, regional y global. En el ámbito local, el grupo que había estado más involucrado en la organización de la cumbre alternativa continuó reuniéndose para evaluar la actividad y luego organizar un nuevo acontecimiento, el Día de Acción Global del FSM en Lisboa, en enero de 2008. Este grupo también decidió crear una red semi-formal llamada Rede: Que Alternativas?, que ayuda a organizar y difundir las actividades de las organizaciones miembros y que participa más en general en temas globales en un contexto portugués.

15 El internet, en particular, ha ampliado los límites de la interactividad entre diversos actores de los movimientos sociales. Los directorios con base en la Web, las listas de correos centradas en diferentes temas y en medios alternativos constituyen algunas de las herramientas más importantes para la construcción de redes con fundamento en el internet. [3,15,26]


Referencias

[1] Feixa, C.; Pereira, I. y Juris, J. J. (2009). Artículo publicado en la Revista Young, Nueva Delhi, India: Sage Publications, vol. 17, no.4.

[2] Amoore, L. (2005). The Global Resistance Reader. Londres: Routledge.

[3] Juris, J. S. (2008a). Networking Futures: the Movements against Corporate Globalization. Durham, N.C.: Duke University Press.

[4] Della Porta, D. y Tarrow, S. (Eds.). (2005). Transnational Protest and Global Activism. Lanham, MD: Rowman and Littlefield.

[5] Feixa, C.; Costa, C. y Pallarés, J. (Eds.). (2002). Movimientos juveniles: de la globalización a la antiglobalización. Barcelona: Ariel.

[6] Della Porta, D. y Diani, M. (1999). Social Movements: An introduction. Oxford: Blackwell.

[7] Cohen, J. (1985). Strategy or identity: New theoretical paradigms and contemporary social movements. Social Research, vol. 4, no. 52, pp. 663-716.

[8] Calhoun, C. (1993). New Social Movements of the Early Nineteenth Century. Social Science History, vol. 3, no. 17, pp. 385–427.

[9] Gillis, J. R. (1981). Youth and History. Tradition and Change in European Age Relations, 1770-present. Nueva York: Academic Press.

[10] Nilan, P. y Feixa, C. (Eds). (2006). Global Youth? Londres y Nueva York: Routledge. [11] Castells, M. (1996/ 2004). The Information Age: Economy, Society and Culture, vol.

II - The Power of Identity, second edition. Oxford: Blackwell.

[12] Tapscott, D. (1998). Growing Up Digital: the rise of the net generation. Nueva York: McGraw-Hill.

[13] Hannerz, U. (1998). Conexiones transnacionales. València: Frónesis.

[14] Romaní, O. y Feixa, C. (2002). De Seattle 1999 a Barcelona 2002. Moviments socials, resistències globals. Revista d’Etnologia de Catalunya, vol. 2, no. 21, pp. 72-95.

[15] Castells, M. (2001). The Internet Galaxy. Oxford: Oxford University Press.

[16] Khasnabish, A. (2008). Zapatismo Beyond Borders. Toronto: University of Toronto Press.

[17] Olesen, T. (2005). International zapatismo. Londres: Zed Books.

[18] Appadurai, A. (2001). Grassroots Globalization and the Research Imagination. En Appadurai, A. (Ed.), Globalization. Durham, N. C. y Londres: Duke University Press, pp. 1-21.

[19] Juris, J. S. (2005a). ‘Violence Performed and Imagined: Militant Action, the Black Bloc, and the Mass Media in Genoa. Critique of Anthropology, vol. 4, no. 25, pp. 413-432.

[20] Juris, J. S. (2004a). Networked Social Movements: Global Movements for Global Justice. En M. Castells (Ed.) The Network Society: a Cross-Cultural Perspective. Londres: Edward Elgar, pp. 341-362.

[21] Juris, J. S. (2005b). The New Digital Media and Activist Networking within Anti- Corporate Globalization Movements. The Annals of the American Academy of Political and Social Sciences, no. 597, pp. 189-208.

[22] Juris, J. S. y Pleyers, G.H. (2009). Alter-Activism: Emerging Cultures of Participation among Young Global Justice Activists. Journal of Youth Studies, vol. 1, no. 12, pp. 57-75.

[23] Sommier, I. (2003). Le renoveau des mouvements contestataires à l’heure de la mondialisation. París: Flammarion.

[24] Touraine, A. (1978). La voix et le regard, Sociologie des mouvement sociaux. París: Seuil.

[25] Melucci, A. (2001). A invenção do presente: movimentos sociais nas sociedades complexas. Petrópolis, R. J.: Vozes.

[26] Juris, J.S. (2008b). Performing Politics: Image, Embodiment, and Affective Solidarity during anti-Corporate Globalization Protests. Ethnography, vol. 1, no. 9, pp. 61-97.

[27] Álvarez, S. E., Dagnino, E., y Escobar, A. (1998). Introduction: the Cultural and Political in Latin American Social Movements. En Alvarez, S. E.; Dagnino, E. y Escobar, A. (Eds.), Cultures of Politics, Politics of Cultures: Re-Visioning Latin American Social Movements. Boulder, CO: Westview Press, pp. 1-29.

[28] Pereira, I. (2006). Networking social movements through individuals multi- participation. CIES e-Working Paper 20/2006, Lisboa, CIES-ISCTE, [En línea] Disponible en: < http://www.cies.iscte.pt/documents/CIES-WP20.pdf>, consultado: junio de 2009.

[29] Juris, J.S. (2004b). Digital Age Activism: Anti-Corporate Globalization and the Cultural Politics of Transnational Networking, Tesis de doctorado, Berkeley, University of California.

[30] Pastor, J. (2002). Los movimientos antiglobalizacion. Barcelona: RBA.

[31] Feixa, C. (2011). La generación indignada. El País, La Cuarta Página, Madrid, septiembre 15 de 2011.

Bibliografía

Feixa, C. (1998). Citoyennetés et identités des jeunes, en Catalogne et en Espagne.

Agora. Débats/ Jeunesses, vol. 3, no. 12, pp. 53–68.

Feixa, C., Pereira, I., & Juris, J.J. (2009). Global Citizenship and the ‘New New’ Social Movements: Iberian connections. Young, vol. 4, no. 17, pp. 421-442.

Hoikkala, T. (2009). The diversity of youth citizenship in the European Union. Young,

vol. 1, no. 17, pp. 5-24.

Melucci, A. (1989). Nomads of the Present: Social Movements and Individual Needs in Contemporary Society. Filadelfia: Temple University Press.

Pereira, I. (2009). Movimentos em rede: Biografias de envolvimento e contextos de interacção. Tesis de doctorado, Lisboa, ICSTE.

Roche, M. (2002). Social Citizenship: Grounds of Social Change. En Isin, E. F. y Turner, B. S. (Eds), Handbook of Citizenship Studies. Wilshire: Sage, pp. 131-144.

Suurpää, L. and Valentin, K. (2009). Editorial. Young, vol. 1, no. 17, pp. 1-3.

Teune, H. (2003). Citizenship De-territorialized: Global Citizenship. [En línea] Disponible en: < http://www.ssc.upenn.edu/polisci/faculty/bios/Pubs/Teune1.doc>, consultado: junio de 2009.