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Entrevista
Resistencia y crítica. Comentarios
de Bachir Edkhil sobre la lucha por
la autodeterminación saharaui
Isis Monserrat Guerrero Moreno *
Introducción
P
ocas veces se cuenta con la fortuna de poder escuchar, de viva
voz, los testimonios de las personas que, a través de sus viven-
cias, hacen historia.
Por lo general, es la escritura, la música, el arte
o los relatos de terceros los que nos permiten conocer sus expe-
riencias, sus ideas y sus formas de interpretar los acontecimientos.
En esta ocasión, en el marco del Dos
sier especial sobre
Medio Oriente, Muuch’ xíimbal. Caminemos juntos determinó
incluir una entrevista exclusiva que Isis Monserrat Guerrero
Moreno, catedrática de Medio Oriente en la Facultad de
Derecho de la Universidad La Salle, realizó el 22 de mayo de
2021
1
a uno de los fundadores del Frente Polisario, el señor
Bachir Edkhil.
2
El obje-tivo es brindar un espacio para conocer
su perspectiva, opiniones y vivencias dentro de aquel
movimiento de resistencia, gestado en el Sahara Occidental al
calor de los enfrentamientos con España y, posteriormente, con
Marruecos.
La entrevista busca congurarse como una tesela de un gran
1
Algunas preguntas fueron respondidas vía correo electrónico y otras, por medio de
una videoconferencia el 22 mayo del 2021.
2
Bachir Edkhil es fundador y presidente del Alter Forum Internacional y el Institu-
to AFES, Al Ándalus. Vive actualmente en la ciudad de El-Aaiún y, desde ahí, se de-
sarrolla como activista, poeta, ensayista y crítico político.
*
Doctora en historiograa. Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.
Maestra de tiempo completo en la Universidad La Salle, Ciudad de México. Contac-
to: isis.guerrero@lasalle.mx
ORCID: https:/orcid.org/0000-0001-77662027.
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E. R  . C  B E    
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mosaico que le ayudará a los lectores a comprender cómo se han
desarrollado las disputas militar y
legal entre pobladores del Saha-
ra Occidental y el gobierno marroquí. Ahora bien, es importante
señalar que el testimonio de Bachir Edkhil es una visión crítica
del movimiento representado por el Frente Polisario. Después de
haber participado en su fundación, su trayectoria militante y su
experiencia política, lo dirigieron hacia un camino diferente. Se-
gún se podrá leer en esta entrevista, Bachir Edkhil encontró otras
formas de resistencia, lucha y reivindicación de la dignidad y la
libertad.
Presentación
Primero contra España y después contra Marruecos y Maurita-
nia, el Frente Polisario
3
ha peleado militar y legalmente por la au-
todeterminación del Sahara Occidental desde mediados del siglo
XX. ¿Cuál es el origen de la resistencia en el Sahara Occidental?,
¿mo ha sido el desarrollo o evolución del movimiento encabe-
zado por el Frente Polisario?, ¿cuál es la condición actual de la lu-
cha?, ¿cómo se engrana este fenómeno en el tablero internacional
actualmente?
Para responder a estas y otras cuestiones, en el presente texto se
mostrará el testimonio de Bachir Edkhil, uno de los fundadores del
Frente Polisario que, lejos de hacer una apología del movimiento,
muestra una perspectiva crítica a 48 años de su fundación.
¿De dónde es originario Bachir Edkhil?
Nací en la ciudad de El Aaiún, cuando el Sahara estaba bajo
dominio español. Soy natural de El Aaiún. Mi familia residía allí,
aunque somos originariamente descendientes de beduinos y la
trashumancia es una de nuestras características principales. En
esa ciudad estudié el bachillerato superior según el plan español
de 1957. En esa época había un poco la dicotomía entre dos visio-
nes del mundo. Por un lado, estaba la escuela musulmana; y, por
3
Nombre ocial: Frente Popular por la Liberación deSaguía el Hamra y Río de Oro.
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el otro, la escuela occidental-cristiana. Fui uno de los primeros 16
estudiantes —el grupo más numeroso— que cursó completo ese
bachillerato en El Aaiún. Culminé los estudios entre 1972-1973.
—¿Cómo fue su participación en la fundación del Frente Polisario?
En enero de 1973, un grupo de jóvenes amigos y familiares
—también estaba Brahim Gali, actual secretario del Polisario—
mi hermano y yo, nos fuimos a Mauritania a crear un movimien-
to contra la presencia colonial de España en el Sahara. Pensába-
mos que, si España utilizaba la violencia para mantener su statu
quo, nosotros también debíamos acudir a la violencia para que
España saliera de allí.
venes provenientes de diferentes ciudades de Marruecos; de
países fronterizos (Argelia y Mauritania), y nosotros, conforma-
mos el Polisario. Éramos jóvenes, inexpertos políticamente. Está-
bamos inuenciados por cuatro escuelas de izquierdas (marroquí,
argelina, mauritana y española); el Mayo francés o Mayo del 68;
el Che Guevara y la apología de la revolución. Apasionados y con
muchas ganas de cambiar la suerte de nuestra tierra. A Brahim
Gali lo elegimos simbólicamente como el primer secretario del
Polisario porque era más conocido que El Uali, pero era El Uali el
verdadero secretario del movimiento.
En Mauritania presentamos un documento fundacional que
entregamos a las autoridades de ese país antes de la llegada de los
otros compañeros que provenían de los países limítrofes, en espe-
cial de Marruecos y de Argelia. Mauritania no estaba a favor de la
violencia, era un país joven que había alcanzado la independencia
en 1960. En Zouérat (Mauritania) fundamos el Polisario el 28 de
abril de 1973. El 29 de abril de ese año se me pidió buscar un acró-
nimo en español para el movimiento, pues el nombre en árabe era
muy extenso: Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y
Río de Oro. Así que he creado el acnimo Frente Polisario.
El congreso constitutivo del Frente Polisario se hizo con 25
personas. Algunos íbamos del Sahara español, pero también ha-
bía saharauis marroquíes, argelinos, además de los que ya estaban
en Mauritania y que habían huido de la represn española de
1970. Nos repartimos tareas y establecimos las bases del movi-
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E. R  . C  B E    
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miento. Fui uno de los fundadores del primer periódico del Poli-
sario: “20 de mayo. También tenía responsabilidad militar, como
primer responsable político del futuro ercito y luego pasé a ser
el presidente del comité militar que era como el Estado mayor.
Nos interesaba la liberación del territorio, sacar el franquismo del
Sahara. Sin embargo, eso fue cambiando cuando se hizo el segun-
do congreso del Polisario en territorio argelino, fui miembro de
su mesa directiva, a setenta kimetros aproximadamente de la
ciudad argelina de Tinduf.
La vía revolucionaria pretendía sacar a España del Sahara. El
statu quo nos mataba, no teníamos horizontes, no teníamos uni-
versidades, no teníamos nada. Luego se interpuso la geopolítica
y Argelia encontró su causa. Durante la guerra con Marruecos
también hubo muchos que se beneciaron y encontraron en el
conicto la oportunidad de enriquecerse. Así que el romanticis-
mo revolucionario pronto quedó demostrado; no va con la geoes-
trategia y con los intereses.
—Se observa una decepción respecto del desarrollo del Frente
Polisario, ¿por qué?, ¿cuál es la crítica a su desenvolvimiento como
movimiento de liberación?
Sabemos que es una organización político militar que sur-
gen los años setenta, pero por desgracia hubo intervencionis-
mo principalmente de parte de Argelia, lo cual hizo que perdiera
su independencia, para convertirse en un instrumento utilizado
para nes argelinos. El Polisario se quedó ahí, en territorio arge-
lino, con una gente que está sufriendo. Sus “ciudadanos” son usa-
dos para la recaudación de fondos, algo que ha sido demostrado
por la Unn Europea en 2015. Esta organización no ha sabido o
no ha podido, gracias a Argelia, adaptarse a una nueva situación,
porque hay muchos cambios y los muros han caído; el único que
no lo ha hecho es precisamente el de esa organización que tiene 48
años, sin avanzar ni un ápice y repitiendo los mismos eslóganes.
La primera leccn que aprendí de esta participación es que
no todo lo que reluce es oro, oímos palabras altisonantes, pero
cuando estuvimos dentro, la raya que separa la tolerancia de la
intolerancia es muy delgadita. También aprendí que este tipo de
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colectivismo, esos que hablan en nombre del pueblo, esta gente
que venden historias así, al nal caerá en cierto individualismo
despótico que es lo que he sufrido yo. Se creó una organización
que terminó como el invento de Frankenstein. Aprendí que lo
más importante es que el individuo puede autodeterminarse él,
pero no como grupo. Él mismo tiene derecho de elegir su propia
trayectoria y el medio más importante que podemos tener los hu-
manos es la palabra y no la violencia.
—Bajo esa lógica, ¿considera que las expectativas revoluciona-
rias de los primeros años del Frente Polisario se han frustrado y se
han convertido en una especie de negocio para los propios líderes
saharauis?
Se trata de un fondo de comercio, vender la miseria a la gente
sin recibir nada. Los líderes polisarios sí tienen recursos que se han
apropiado de la ayuda humanitaria que les llega. Ellos sí pueden
viajar a muchos países. Uno de ellos se atrevió a decirme que tenía
su propia casa con ganado. Incluso, un autor uruguayo escribió pi-
diendo a la comunidad internacional que detengan las mentiras y
aberraciones del Frente Polisario, porque ellos están matando a la
gente y porque han convertido a esos campamentos en un medio de
riqueza para ellos mismos, para unos cuantos de ellos.
Por otro lado, pienso que una revolución no ofrece trasforma-
ción. Me gustaría que alguien me diera un ejemplo de una revo-
lución que haya hecho una transformación positiva, exceptuando
la revolución francesa que es la única que felizmente llevó a la
consecución de los derechos del hombre, gracias al nivel cultural
que había, aunque también tuvo sus errores y sus víctimas. Pero
revoluciones como la que creó la Unión Soviética, o como la re-
volución cultural en China no lograron su cometido. El intento
de poner a todas las personas en el mismo saco, que piensen igual,
se visten igual, creo que es lo más absurdo que se pueda hacer. La
revolución que hace eso no va acorde con la naturaleza humana.
—Podría explicarnos de manera más detallada, ¿cómo inter-
vienen Argelia y Libia en el movimiento de liberación del Sahara
Occidental?
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E. R  . C  B E    
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Hay que recordar que Muamar el Gada declaró en su visi-
ta a Mauritania, en 1972, que había que liberar Saguía el Hamra
(entendida como todo el territorio colonizado por España). Inclu-
so creó un banco en Mauritania y algunos de los compañeros que
estaban allí recibían la ayuda de Gada. Gada fue el primero que
apoyó la causa saharaui. Eso inuyó en la forma de organización y
en los congresos populares del Polisario que son un poco la copia
del estilo e inuencia de Gada. Cuando se hizo el segundo con-
greso del Polisario en Argelia fue denitivo el intervencionismo
argelino y el control que desde entonces ejerció sobre el Polisario.
El movimiento había crecido muy rápido y entonces las auto-
ridades argelinas más importantes, incluido el presidente, nos re-
cibieron —a una delegación del Polisario— después de invitarnos
a participar en un congreso de las juventudes progresistas inter-
nacionales celebrado en Tipasa (cerca de Argel). Argelia tambn
tenía su estrategia, pues tiene una gran parte del Sahara, que es el
mismo Sahara nuestro, con nuestras mismas tribus.
Hay que entender los lazos tribales, ese es un elemento funda-
mental del problema porque las tribus no se guían por las fronte-
ras trazadas, sino que están dispersas por todo el Sahara del Ma-
greb. Se puede ser saharaui español, saharaui argelino, saharaui
mauritano, saharaui maliense o saharaui marroquí. Bajo esa ló-
gica, el elemento transmisor son las tribus no las organizaciones.
Aquí acontece un problema muy gordo al ser las tribus —el refe-
rente principal— y extendidas en un territorio de cerca de nueve
millones de kilómetros que depositan su identidad solo en la raíz
tribal. ¿Quién es quién?
Los argelinos buscaban garantizar sus intereses en el territo-
rio del Sahara controlado por España, pero también tenían que
velar por el territorio saharaui argelino. Entendieron que las seis
personas que estábamos allí —invitados por ellos— no seríamos
una dependencia argelina. No éramos la gente que hacía falta.
Entonces intervinieron nuestras bases y empezaron a crear bulos.
Después nos invitaron a celebrar el II Congreso del Polisario en
territorio argelino.
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Los argelinos tuvieron miedo al ver que estábamos creciendo
y que seríamos una amenaza tambn para ellos. La idea era dejar
la imagen de un movimiento que lucha por la liberación, pero sin
autonomía y manejado por ellos. Eso fue lo que nalmente hicie-
ron cuando llevaron a Mohamed Abdelaziz a dirigir el Polisario,
al tener solidas raíces en Tinduf. El Uali Mustafa Sayed había
sido electo durante el II Congreso como secretario general del Po-
lisario, pero Argelia quiso alejarlo de la dirigencia en una especie
de golpe de estado al movimiento. Sin embargo, hubo resistencias
porque los fundadores y primeros cuadros y militantes, tanto mi-
litares como políticos del joven movimiento, debíamos garantizar
la legalidad establecida por el Polisario. Eran mayoritariamente
personas del Occidente del Magreb. Argelia nos decapitó políti-
camente. A El Uali lo empujaron a morir en Mauritania.
Él creía en el panarabismo. Esa es una diferencia entre él y yo.
Personalmente no creo en que un Estado deba construirse sobre
un sentimiento o una base racial. Todo nacionalismo es excluyen-
te y asienta sus bases en excluir a otros. Creo que eso diere de la
concepción de un Estado moderno que es mucho más que una
raza y una lengua.
Por inuencia de Argelia se decidió proclamar la creación de
la
RASD —República Árabe Saharaui Democrática—. Para mí
fue una incongruencia, una contradiccn. ¿Cómo es que crean la
reblica y siguen pidiendo la autodeterminación? ¿No es el pro-
ceso de autodeterminación a través del cual se decide qué hacer?
Si ya tienen una república, ¿para qué seguir reclamando la autode-
terminación? Y, fíjate en el componente: “República Árabe. La
inuencia de Gada, de Siria y de Argelia fue clara. Sin embargo,
a los árabes no les importaba en nada la
RASD. Además, Argelia
y Libia tenían una guerra para llegar a dominar el movimiento.
Argelia tenía toda la posibilidad de imponerse porque controlaba
todo desde su tierra.
La intervención de Argelia en el Polisario fue denitiva y se
hizo más violenta a partir de 1974. Movilizaron a su gente y al-
gunos fundadores del Polisario y muchos cuadros prominentes
originarios del territorio dominado por España fuimos encarcela-
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E. R  . C  B E    
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dos. Estuve un año en esa prisn en pleno desierto, sin pasar por
ningún tipo de juzgado, aunque sea trucado o engañoso. Nos lle-
varon a un cuartel —del tiempo colonial— abandonado por los
franceses en Chagat, entre la frontera argelino (sic.), mauritana y
maliense. En 1975 mataron a dos compañeros; uno fue fusilado
y el otro desnucado. Argelia cooptó desde un primer momento
al Frente Polisario. De hecho, un periodista español, Vicente Ta-
n, que había pasado por allí ya advertía, en ese tiempo, que no
había claridad de qué era el Polisario y de qué era Argelia o dón-
de comenzaba y dónde terminaba cada uno. Otros compañeros,
fundadores y cuadros del Polisario, desaparecieron, algunos dicen
que fueron entregados a las autoridades españolas, pero no hay
información dedigna al respecto.
Se descabezó la cúpula original del movimiento y se llevó a
Abdelaziz que desde el primer momento fue manipulado e ins-
trumentalizado por Argelia. En adelante, algunos de los que fun-
damos el Polisario no tuvimos liderazgo de nada, sobre todo los
originarios del territorio disputado, exceptuando a unos pocos
sumisos y conformes con las nuevas directrices argelinas. Nos
convertimos en ejecutantes de lo que decidían Argelia y la nueva
cúpula del Polisario dirigido por Abdelaziz. Vivimos una situa-
ción de terror, sin defensa alguna, sin justicia, al nivel de lo que
es el
DAESH actual.
4
No había ningún amparo ni protección de
nada. ¿Qué puedes hacer en un territorio aislado del mundo y sin
ningún recurso material, sin la posibilidad de acceder a un siste-
ma de justicia libre e independiente?
Quienes fungen, actualmente, como los ideólogos más bri-
llantes del Polisario son el problema. Tienen las manos mancha-
das de sangre saharaui, sobre todo. Se consideran los teóricos de
la revolución y los dueños y señores del Sahara. Eternizados en el
maniqueísmo y la farsa. No son los únicos en esa innoble y sucia
4
DAESH. Autoproclamado Estado Islámico, este es un movimiento político-islámi-
co que surgió en 2014; su objetivo primordial era imponer un Califato universal bajo
principios de una visión radical del Islam. Actualmente se le cataloga como un grupo
terrorista de alto peligro para la región siria y del Sahel.
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faena. Su trabajo ha sido instrumentalizar a la gente, encontrar
adeptos que los aplaudan y que obedezcan sus órdenes.
—¿Hay un momento preciso en que decidió dejar de ser parte
del Frente que ayudó a fundar en 1973?
Sí. A partir de 1988 hubo mucha disidencia de cuadros en
Tinduf. Ese año hubo fuertes revueltas. El comité ejecutivo del
Polisario estaba compuesto por siete dirigentes, siete pistoleros,
como les identican allí. La gente estaba harta de esa situación,
de no tener ninguna posibilidad de nada, ni siquiera de ascender
en la organización.
Los jefes del Polisario decidieron recurrir al tribalismo para
mantenerse. Incluso, quisieron retomar los postulados de El Uali
y querían que yo les ayudase, pero no quise. Les dije que desde el
II Congreso yo no tenía nada que ver con la política de ellos.
Me reuní con algunos primos hermanos, hablamos de la im-
plosión que se avecinaba y la solución tribal que iba a imponerse.
El Polisario me sacó de Tinduf con la excusa de que asistiera a dos
congresos en España sobre temas con los que no tenía nada que
ver, uno fue en Tenerife y el otro en Las Palmas. Fui designado
como delegado del Polisario en Cataluña y en Baleares (España)
entre 1987 y 1992. Anteriormente había estado como delegado
en Ginebra (Suiza) entre 1976 y 1977 y en Maputo (Mozambi-
que) entre 1977 y 1978. No estuve en Tinduf durante las revuel-
tas, cuando estas terminaron, el jefe del Polisario me comunicó
que se quedaron sin hospitales, así que mi función fue trabajar en
cuestiones hospitalarias, buscar apoyo y ayuda para los hospitales
de Tinduf. Estuve en Barcelona hasta 1992. Me pidieron ir a Ita-
lia, pero me negué.
El Polisario quería tranquilizar a la gente y organizó el VIII
Congreso que denominaron Congreso de la reconciliación y fue
celebrado en 1992. Asistí a ese Congreso. No hubo reconciliación
de nada. Durante el Congreso, Abdelaziz reconoció —y esa fue
la gota que colmó el vaso— que habían muerto 54 saharauis en
las prisiones del Polisario y que en adelante serían “rtires” de la
causa. Eludió toda responsabilidad —como jefe del Polisario—
en la muerte de estas personas convirtiéndolas en mártires. Dijo
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que murieron en la cárcel y reconoció que los tenían presos, pero
lo hizo por la presión de la gente. Así que no hubo responsables
por esas muertes. Pero son ellos —los dirigentes del Polisario—
los que los matan, torturan y fusilan y los que también absuelven.
Lo que resulta todavía más asombroso es que los dirigentes del
Polisario han sido condecorados en algunos países como defen-
sores de los derechos humanos. A Abdelaziz le otorgaron un re-
conocimiento en País Vasco y Gali fue condecorado en México,
Gali que ha sido solicitado por la justicia en España.
El Polisario arma que es el único representante legítimo de
los saharauis. Eso no es cierto. Es una organización armada en
territorio argelino que le dio un golpe al movimiento original. Se
impusieron otros dirigentes a sangre y fuego. Cuando el Polisario
arma que es el único representante de los saharauis admite su
carácter dictatorial. En su fase inicial era el único movimiento,
pero, transcurridos 48 años, han aparecido otras corrientes y mu-
chas personas han dejado de creer en la solución de un Estado
independiente, se han adherido a la propuesta de autonomía de
Marruecos o buscan una salida viable atendiendo a las razones y
circunstancias geopolíticas de la regn Magreb-Sahel.
En las provincias del sur administradas por Marruecos hay
walis,
5
alcaldes y autoridades que son saharauis de origen y que
han sido votados y elegidos por la gente. Al Polisario nadie lo
votó, aunque se sienta el propietario de una “causa. No me digas
que eres el representante legítimo y que eres el bueno. No fui yo
quien asesinó y torturó a saharauis en Tinduf, ni el que creó las
cárceles de Tinduf. Yo me dediqué a la enseñanza. Entonces, ¿el
malo y el traidor es quien tiene un lápiz frente a quien tiene los
cuchillos y las armas?
—¿Por qué el refendum no ha podido llevarse a cabo desde
1991?, ¿han sido una dicultad, las acciones de Marruecos, del
Frente Polisario?, ¿la poca efectividad de la intervención internacio-
5
En árabe wa se reere a un cargo político, aún existente en países árabes y del Ma-
greb. En términos generales, equivale al cargo de gobernador.
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nal?, ¿delimitar quiénes forman parte del pueblo saharaui?, ¿cuál ha
sido, según su opinión, el principal problema del referéndum?
La gente generalmente utiliza el termino pueblo saharaui
como si fuera una población, digamos, determinada cuántica o
físicamente. Ahí está el problema, desde el primer día está el pro-
blema. Está la guerra por el censo. En época española, el censo
de 1974 arrojó unas 74 mil personas, pero luego, al poco tiempo,
el Polisario presentó un documento diciendo que el pueblo saha-
raui, lo conformaban 750 mil personas. En la Unión Africana, en
1981, cuando las Naciones Unidas intentaron hacer un recuento
de la población; el Polisario se retractó y dijo que los saharuis eran
solo 84 mil personas.
Entonces, aquí hay un juego o una guerra de números sobre
quién es el “saharaui real, ¿es el saharaui que estaba con España?,
¿es el saharaui que está en contra de Marruecos?, ¿es el saharaui
que quiere la independencia?, ¿es el saharaui que está por todo el
Magreb? La gente dice el pueblo saharaui y el Polisario dice que
el pueblo saharaui se reere, solamente, a la gente que cree en la
independencia o que sigue a la organización.
Cuando hablamos de pueblo debemos de tener cuidado de q
estamos hablando. Por ejemplo, el Polisario es un movimiento ar-
mado, político, ancado en territorio argelino, por lo tanto, en él
se incluyen también saharauis argelinos. Para no ir muy lejos, a
están los ciudadanos de Tinduf, Tinduf es una ciudad argelina.
Pueblo saharaui es un término que se empieza a utilizar a
principios de los años sesenta, gracias a un ministro español, en
el año 1963 concretamente. Pero se debe tener en cuenta que hay
una diferencia entre lo que es población y pueblo.
El Polisario jugó mucho sobre el término población equivo-
cadamente, porque nosotros estamos conformados por tribus, y
cada tribu tiene su identidad. Aquí la identidad más genuina es la
identidad privada. En el Sahara todas personas se identican por
su pertenencia tribal, no se identican por su nacionalidad saha-
raui, marroquí, etc.. El término saharaui se manoseó, se utili
mucho más políticamente que en la realidad, porque somos tribus.
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Otro problema en el Sahara es que la población que se pre-
senta o dice ser saharaui, no concuerda con la geografía, con las
fronteras coloniales. Ese es el problema número uno. Saharauis
hubo en el Sahara español, pero también en Marruecos, Maurita-
nia, Argelia. Volvemos al punto, nos une a ellos lo que es el factor
privado, la tribu.
Entonces, el Polisario, equivocadamente, porque sus dirigen-
tes principales apoyados por Argelia no pertenecían al territorio
disputado, ni sus familias tampoco, han hecho una “mezclona” y
se han formulado una teoría muy simple diciendo: “pueblo saha-
raui invadido por Marruecos; pero aquí habría que denir quién
es Marruecos y quién es el Sahara realmente.
Una anécdota que ayudó a redenir los parámetros de la po-
blación con derecho a votar en el referéndum fue cuando De
Cuéllar
6
apareció en Tinduf y se encontró con Abdelaziz.
7
El
secretario se dio cuenta que Abdelaziz no hablaba español y, a
propósito de ello, dijo en su libro Peregrinaje para la paz: “un jo-
ven dirigente, y del Sahara, debe hablar español porque se supone
que vivía en el Sahara con España. De Cuéllar también recordó:
como siempre que le hablo en español se pierde, he tenido que
estar hablando con él en francés.
Fruto de esta observación, De Cuellar y las Naciones Unidas
pensaron que la única vía era hacer unos parámetros de identi-
cación de los ciudadanos, de los supuestos “saharas”. Formularon
una normatividad de cinco puntos: 1) que vivieran en el territo-
rio, 2) que llevaran habitando ahí 12 años, etc. También, por este
tiempo, fue cuando las Naciones Unidas crearon la
MINURSO
y, esta empezó hacer la identicación de los supuestos “saharas”
para un futuro referéndum. Nadie puede hacer un referéndum
sin un cuerpo determinado, un cuerpo electoral. El problema es
que no tenemos un cuerpo electoral determinado.
6
Javier Pérez De Cuéllar, secretario general de las de Naciones Unidas entre 1982 y
1991.
7
Mohammed Abdelaziz, cofundador del Frente Polisario de 1973.
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—¿Cuál es la posición del Frente Polisario ante ese panorama
del referéndum?
El Polisario en México y en todos lados dice que Marruecos
no quiere el referéndum, pero es mentira. Ya Hasan II en Nairobi,
en 1981, había aceptado el referéndum. El problema es que las
Naciones Unidas no han podido determinar al cuerpo electoral,
aunque se tenía la intención de hacerlo.
Siempre se juega con los números, como te dije antes. El censo
español arrojó que eran 74 mil personas, pero Argelia y el Polisario
enviaron un memorándum diciendo que el pueblo saharaui estaba
formado por 750 mil personas. Décadas más tarde, en los años no-
venta, cuando empezaron las Naciones Unidas a hacer recuentos
con base en los cinco criterios, el Polisario y Argelia se retractaron
y aseguraron que el pueblo saharaui son solo 84 mil personas.
Marruecos, ante el panorama y la falta de claridad, dijo que
no y aquí se estancó el referendo en el año 1998. Se paró la cosa.
El Frente Polisario ha ido jugando con cosas que ni ellos mis-
mos dominan; es un juego de niños. Eso demuestra que no hay
intención de ellos mismos, no quieren, no tienen intención de
solucionar el problema; creen que a través de tres mil guerrilleros
o tres mil quinientos podrán vencer medio millón de soldados
marroquís. Es absurdo, no se puede, este problema no se solucio-
na con la guerra.
Por otro lado, el último censo hecho por las Naciones Unidas
muestra que el 71 o 73% de la población no está en Tinduf, Ar-
gelia, está en Marruecos y participa en las elecciones marroquís;
son todos saharauis de origen y muchos de ellos tienen pasaportes
españoles, entonces, la pregunta es: cómo es que se les excluye a
estos, y se le da la voz cantante aquellos que llevan un arma y que
alguno de ellos ni siquiera han visto el territorio.
—¿Cuál es el diagnóstico, el futuro, que vislumbra para el mo-
vimiento del Frente Polisario?
El movimiento Polisario empezó cojeando a partir del año
1975, a tal grado, que se impuso una dirección con mano férrea a
los participantes. Desde entonces han hecho muchas atrocidades:
muerte de gentes, desapariciones forzadas, violaciones de muje-
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res, etc. Estas son las mismas personas que, actualmente, están
gobernando a mano de hierro y utilizando esos campamentos
que están viviendo la miseria más absoluta. Esos campamentos,
su razón de existir, es para que el propio Polisario exista.
Ahora bien, el tiempo ha cambiado, se ha globalizado el mun-
do y, pues, esa dirección ya está envejeciendo, algunos de ellos ya
murieron, otros están enfermos, no han obrado por la paz, siem-
pre han propiciado la guerra. El problema de ello es que la guerra
tropieza con el terrorismo en el Sahel y los países occidentales no
quieren guerra, quieren comercio, quieren paz, seguridad. Esos
elementos, en estos momentos los tiene Marruecos no el Frente.
El Polisario tiene población joven que no tiene caminos para
su desarrollo, son jóvenes estudiados pero que no tienen salidas
posibles; a eso se le suma la crisis del
COVID-19; se les suman los
problemas inherentes a las guerras tribales, a las rencillas, al brote
de los problemas que había de los años 80´s y 90´s que el Polisario
todavía no reconoce.
Porque imanate tú, cuando alguien dice: “¡este es un viola-
dor y asesino!” Normalmente tiene que ir al tribunal, pero no. El
Frente lo hizo jefe supremo. En perspectiva, el Polisario no supo
adaptarse a las nuevas realidades, no supo adaptar su discurso, no
supo pedir perdón a sus víctimas y a sus amigos. Si el Frente Poli-
sario no cambia esas costumbres, si no se renueva, se convertirá en
una organización de la lista negra de las Naciones Unidas, como
ocurrió con otros movimientos.
Lo que el Frente Polisario no ve, es que la juventud no quiere
morir en la guerra, quiere vivir bien, quiere tener su coche, quiere
vivir su vida, ya nadie opta por la guerra. Pero más aún, el Poli-
sario tampoco tiene la voz cantante para imponer lo que sea, no.
Hay otros dirigentes, incluso tribales, hay otros selectos; el Polisa-
rio sabe que, aunque entraran en el territorio se encontrarían con
una minoría con más inuencia social. Tuvieron la oportunidad
fantástica de negociación, en el sentido de solucionar problemas
de una forma donde no hubiera perdedores, pero, siguen empeña-
dos en una guerra sin sentido.
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Ve lo que está pasando ahora con Ghali en España, es la ver-
güenza más grande no solo para ellos, sino también para los go-
bernantes. Ghali pasó con un pasaporte falso, con un nombre
falso y, además, está llamado por la justicia. Los propios saharauis
gritan por todos lados que es un torturador y un violador. Eso, al
menos ha manchado el nombre del Polisario, en todos los lados
del mundo.
—Siguiendo esa idea, ¿qué opina sobre el hecho de que Espa-
ña le abrió sus puertas al dirigente Ghali para ser tratado en un
hospital de Logroño?
Permitir la entrada de Ghali con un nombre falso, ha hecho
que el gobierno español se meta en una trampa y que propicie una
crisis entre España y Marruecos.
¿Qué es lo que pasará ahora con un hombre que tiene al me-
nos cinco denuncias?, ¿qué va a hacer España? Políticamente está
agarrada por el cuello, España ahora es la herencia que dejó
PO-
DEMOS.
8
Hoy hay una crisis que nunca había ocurrido, hay un
problema muy serio.
Ahora el remedio puede ser peor que la enfermedad. Si se lle-
van a Ghali al tribunal y dicen que no encuentran la causa, sin
embargo, por otro lado, el solo hecho de llevarlo al tribunal, ya
representa una derrota para el Polisario. Ades, es un borrón
de todas esas mentiras que cuentan desde hace 50 años: de que
son eles a los derechos humanos; ahí no hay derechos humanos.
Tercer elemento para considerar: la llegada de Ghali a España
es una demostración de que no es Estado. Si fuera Estado habría
llegado como presidente de Estado y no como cualquier delin-
cuente llevando un pasaporte y un nombre falsos. Eso se llama
delincuencia, no se llama un presidente con honores.
En síntesis, son estos tres elementos por los que el Polisario
perdió la baja en esto y España, por su parte, heredó un problema
muy serio con Marruecos, porque las relaciones con Marruecos
no son solamente relaciones de principios, sino que son relacio-
8
Partido político español, fundado en 2014, que se ha convertido en una fuerza po-
lítica modesta pero operativa en España.
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M
nes comerciales. Hoy en día
hay más de 800 empresas aquí, luego,
pensemos en el terrorismo, lo de la emigración por Marruecos.
Marruecos ya es un estado tapón, la emigración no solo pasa, sino
que se queda. Las relaciones hispano-marroqs no son relaciones
simples y no creo que España vendería todo o perdería todas esas
relaciones a nombre de una sola persona aclamada por la justicia.
¿Y qué piensa de la respuesta de Marruecos? La crisis migra-
toria en Ceuta, que se experimentó a mediados del mes de mayo,
tuvo un mensaje político dirigido a España.
Marruecos lo que ha hecho es como decir: “¡Oye! Ustedes
no quieren colaborar conmigo, yo tampoco colaboro. O sea, yo
hago de guardián toda la vida en el norte de África, pues, ahora
no quiero, voy a dormir. Ahora, Marruecos no está en guerra con
España; antes bien, Marruecos y España están condenados a en-
tenderse, porque tienen más cosas positivas que negativas, y todos
los problemas se resuelven de una forma diplomática.
Yo opino que no debe de haber crisis entre Marruecos y Es-
paña, en ninguna de las formas. No tiene ninguna razón de ser.
Son vecinos, comparten una historia larguísima. Ocurren errores
y esos errores hay que buscar solucionarlos, porque todos los pro-
blemas se pueden solucionar, si encuentras a la gente que quiera
solucionarlos.
—Muchas gracias Bachir por el tiempo y las palabras. Por últi-
mo, ¿podrías regalarnos una reexn para los lectores de la Revista
Muuch´ xíimbal. Caminemos juntos de la Universidad La Salle?
Es para mí un gran placer hacer esta entrevista a través de la
Dra. Isis Guerrero. Es un honor para mí por varias razones, pri-
mero por estar en México porque México para mí es un país muy
querido. Yo estudio mucho la historia de México; me encanta la
historia de ese gran país, es una gran historia, es una gran civiliza-
ción. Es para un gran honor que se publique alguna
entrevista, algo mío en este sitio que es la Revista Muuch´
xíimbal. Caminemos juntos. Yo soy de aquellas personas que
cree que tenemos la vía más importante, la vía de la
comunicación y que a través de la comunicación podemos
resolver todos nuestros problemas, porque somos humanos,
somos gente inteligente.
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Muuch’ xíimbal Caminemos juntos
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En
segundo lugar, la Universidad La Salle es una institución
muy prestigiosa, la conozco, está en muchos lugares en el mundo.
Es un honor para mí que me lean los estudiantes de esta revista.
Muchas gracias por darme la oportunidad. Muchas gracias por
querer oír otras voces. Gracias a ti precisamente por indagar y por
buscar otras ideas y por darle la oportunidad a otras personas de
expresar nuestro propio punto de vista.
Referencias Recomendadas
Arts, K. (2007). International law and the question of Western
Sahara. International Platform of Jurists for East Timor.
Barreñada, I. & García, R. O. (2016). Sahara Occidental, 40 años
después . Catarata.
Ferrer, E. M. (2014). Ifni, Sahara, Guinea: últimas colonias.
Susaeta.
Ordóñez, A. (2019). México y el Sahara Occidental: de la Guerra
Fría. Coordinación de Humanidades, UNAM.
Saponaro, J. A. (2016). Sahara occidental el conicto o lidado:
derecho internacional en el último enclave colonial en Áica.
Editorial Universitaria del Ejército.