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E. R . C B E
/ Isis Monserrat Guerrero Moreno
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res, etc. Estas son las mismas personas que, actualmente, están
gobernando a mano de hierro y utilizando esos campamentos
que están viviendo la miseria más absoluta. Esos campamentos,
su razón de existir, es para que el propio Polisario exista.
Ahora bien, el tiempo ha cambiado, se ha globalizado el mun-
do y, pues, esa dirección ya está envejeciendo, algunos de ellos ya
murieron, otros están enfermos, no han obrado por la paz, siem-
pre han propiciado la guerra. El problema de ello es que la guerra
tropieza con el terrorismo en el Sahel y los países occidentales no
quieren guerra, quieren comercio, quieren paz, seguridad. Esos
elementos, en estos momentos los tiene Marruecos no el Frente.
El Polisario tiene población joven que no tiene caminos para
su desarrollo, son jóvenes estudiados pero que no tienen salidas
posibles; a eso se le suma la crisis del
COVID-19; se les suman los
problemas inherentes a las guerras tribales, a las rencillas, al brote
de los problemas que había de los años 80´s y 90´s que el Polisario
todavía no reconoce.
Porque imagínate tú, cuando alguien dice: “¡este es un viola-
dor y asesino!” Normalmente tiene que ir al tribunal, pero no. El
Frente lo hizo jefe supremo. En perspectiva, el Polisario no supo
adaptarse a las nuevas realidades, no supo adaptar su discurso, no
supo pedir perdón a sus víctimas y a sus amigos. Si el Frente Poli-
sario no cambia esas costumbres, si no se renueva, se convertirá en
una organización de la lista negra de las Naciones Unidas, como
ocurrió con otros movimientos.
Lo que el Frente Polisario no ve, es que la juventud no quiere
morir en la guerra, quiere vivir bien, quiere tener su coche, quiere
vivir su vida, ya nadie opta por la guerra. Pero más aún, el Poli-
sario tampoco tiene la voz cantante para imponer lo que sea, no.
Hay otros dirigentes, incluso tribales, hay otros selectos; el Polisa-
rio sabe que, aunque entraran en el territorio se encontrarían con
una minoría con más inuencia social. Tuvieron la oportunidad
fantástica de negociación, en el sentido de solucionar problemas
de una forma donde no hubiera perdedores, pero, siguen empeña-
dos en una guerra sin sentido.