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E / Marcela Mijares Lara
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Enrique Cárdenas, la administración del general fue más caute-
losa de lo que se ha creído, pues a medida que se gastaba también
se recaudaba.
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Al igual que ocurre hoy en día, la presidencia de Lázaro Cár-
denas no fue aprobada por toda la sociedad mexicana. Desde dis-
tintas trincheras, los empresarios se opusieron a la intervención
del Estado en la economía y al respaldo del sector obrero frente a
los patrones, al aumento de los salarios o la organización de sin-
dicatos. Otra de las expresiones de oposición al cardenismo fue
la organización de la Confederación de la Clase Media, integra-
da por profesionistas, estudiantes, propietarios o artesanos, que
rechazaban la política social de Cárdenas porque los excluía de
sus benecios o les imponía decisiones no consensadas, por ejem-
plo, la educación socialista. En este mismo sentido, otra manifes-
tación del anticardenismo fue el surgimiento del Partido Acción
Nacional en 1939, representante de las clases medias urbanas, en
favor de la propiedad privada y contrario al partido ocial.
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La polarización de la sociedad mexicana en torno al programa
cardenista, en buena medida explica un tema tan polémico como
la sucesión presidencial de 1940, cuando Cárdenas se inclinó por
un sucesor más moderado como Manuel Ávila Camacho que por
Francisco J. Múgica, quien por su anidad ideológica pudo haber
continuado el proyecto cardenista.
Por último, se habla poco de la expresidencia de Cárdenas,
pero, en mi opinión, es igual de trascendente que su gestión co-
mo mandatario. A pesar de que muchas de sus reformas sociales
fueron desarticuladas en los siguientes sexenios, como resultado
de un viraje conservador que las sustituyó por reformas econó-
micas, el personaje se convirtió en un líder moral de la izquier-
da y su programa político trascendió como legado. En la década
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Enrique Cárdenas. El largo curso de la economía mexicana. De 1780 a nuestros días
(México: Fondo de Cultura Económica-El Colegio de México, 2015), 483-488. En
cuanto a la crisis económica de 1938 se explica por el contexto internacional, además
de la expropiación petrolera.
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Javier Garciadiego, “La oposición conservadora y de las clases medias al cardenis-
mo”, Istor 25 (2006): 30-49.