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Luis Manuel Juncos uiané
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mes de las personas extraviadas y encontradas, otros más ubicados
en el amplio camellón de la avenida Obregón frente al edi cio
que ocupa la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) del Gobierno de
la Ciudad de México, lugar donde nalmente nos acomodamos
para ayudar pues ahí se montó, una vez más de manera espontá-
nea, uno de los Centros de Acopio más grandes de la Ciudad para
atender la emergencia.
Herramientas, medicamentos, alimentos y ropa eran sólo al-
gunas de las cosas que se empezaron a apilar sobre el camellón, el
coordinador del Centro de Acopio un joven politécnico de nombre
Cesar (N) asumió la tarea de recibir la ayuda, resguardarla y dis-
tribuirla buscando los medios para, en medio de la premura cons-
tante, asegurarse de que llegara a las manos de quienes realmente
la necesitaban.
Nuevamente de manera fortuita, al estar sentados en la ban-
queta esperando para ver en qué podíamos colaborar, empezamos
a bajar de los camiones, camionetas, coches y hasta motocicletas,
los diversos objetos en donación para luego acomodarlos de acuer-
do al criterio que se había destinado, una vez más, de manera es-
pontánea; el orden improvisado buscaba asemejar un almacén de
tienda departamental situado a la mitad de la concurrida avenida.
Aunque pasó por mi mente, no me fue posible hacer un cálculo
aproximado del valor de los objetos ahí depositados, pero segura-
mente circularon por ese lugar decenas de millones de pesos, todo
el tiempo resguardado celosamente por los responsables del acopio.
Hubo que establecer mecanismos para de nir a las personas
habilitadas para autorizar la salida de la ayuda en acopio, atender
la atención de solicitudes para enviar ayuda a los lugares donde se
colapsaron otros inmuebles. El coordinador del Centro de Acopio
se enteró, en alguna conversación, de mi labor como profesor y co-
nocimiento acerca del estado de Morelos, debido a ello, cuando se
presentó una solicitud para enviar ayuda a la entidad morelense se
me solicitó el apoyo para coordinar el envío de dos tracto-camio-
nes, los cuales fueron destinados uno, al municipio de Tetela del
Volcán, y otro al municipio de Tepalcingo, ambos ubicados cerca
del epicentro del terremoto.
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