Pensar el presente de manera crítica / Fernanda Liceth Zavala Mundo
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cial: en particular, la manera en que se enmarca —o toma como marco— en las
luchas y los deseos que conforman el presente, las reivindicaciones políticas y
los movimientos sociales articulados en él; en suma, aquello que constituye el
presente en tanto momento histórico.
De lo anterior deriva que el carácter crítico de una teoría social reside o
estriba en el compromiso que esta genera con las luchas en curso. Este com-
promiso, de acuerdo con Fraser, no carece de sentido crítico. En este sentido,
la teoría crítica puede ser denida como aquello que asume
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el presente: en el
sentido de aceptar, pero también de hacerse cargo y, junto a ello, de hacerse car-
go de los conictos y las complejidades que conguran el presente.
Por otra parte, y en esta línea, la teoría crítica puede ser pensada como algo
que conceptualiza el presente: entendiendo por esto tanto la capacidad para dar
cuenta del presente, para elucidar el presente, como la capacidad e interés de tradu-
cir y posicionar en el discurso las inquietudes y los conictos que tienen lugar en él.
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En estos términos, y tomando como caso al movimiento feminista,
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en el
texto la autora escribe: “Por lo tanto, uno de los criterios para evaluar la teo-
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De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española (, s. f.) el verbo asumir posee tres
acepciones: 1) “atraer a sí, tomar para sí”, 2) “hacerse cargo, responsabilizarse de algo, aceptar-
lo” y, nalmente, 3) “adquirir, tomar una forma mayor”.
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En la entrevista que Kate Nash y Vikki Bell —ambas profesoras de Sociología en el Golds miths
College de la Universidad de Londres— realizaron a Nancy Fraser en marzo de 2016, la lóso-
fa estadounidense rearma esta idea de teoría crítica y del papel del teórico crítico frente a la
realidad. Ante las preguntas: “¿Dirías que lo que estás intentando hacer, en tu obra actual, es
describir algo que ya está sucediendo? ¿O intentas dar apoyo a algo que está emergiendo y te
ves más como alguien que quiere provocar un cambio a través de su obra?”, la lósofa respon-
de: “La respuesta breve sería: todo lo que has dicho. Y estoy de acuerdo en que lo que subyace
en tu pregunta es la concepción que uno tiene del papel del teórico crítico. Así que todo depen-
de de cómo consigues que mantengan una justa relación unas con otras las diversas tareas que
destacas” (Fraser, 2008, p. 251).
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A propósito de este planteamiento, y anticipando algunos de los cuestionamientos que pueden sur-
gir a continuación, cabe preguntarse: ¿el pensamiento de Nancy Fraser y, en particular, su noción de
teoría crítica es separable de su posicionamiento como feminista? ¿O estos elementos están fundidos
sólidamente y, por tanto, no es posible distinguir entre ellos? En mi opinión, ambos planteamientos
deben ser considerados detenidamente y puestos en relación en una justa medida. Es innegable, por
ejemplo, que su compromiso con el movimiento feminista promueve en ella una forma de teorizar
abierta y sensible ante la movilización social. Esto no implica, sin embargo, que su intención sea re-
ducir la teoría crítica al feminismo o a los planteamientos de la reexión feminista. A mi parecer, en el
cuerpo teórico que desarrolla, y desde el cual propone pensar la realidad, Nancy Fraser toma por mo-
mentos la movilización feminista como caso. Esto, tanto por la cercanía que tiene con el movimiento
como por las problemáticas que, a partir de este, puede concebir y tematizar. Claramente, lo anterior
no impide que, en su producción teórica, la lósofa tome en consideración otras formas de reivindi-
cación política. De esto da cuenta la teoría de la justicia que desarrolla, desde Iustitia Interrupta (Fra-
ser, 1997) hasta Escalas de justicia (Fraser, 2008), donde la autora se propone reexionar sobre otras
formas de inquietud política y social —entre ellas, particularmente, la clase—. En este sentido, y si
bien ha dedicado una parte importante de su obra a la teorización feminista, desde mi punto de vis-
ta no es justo decir que su reexión se cierra al feminismo o que sus planteamientos no puedan pen-
sarse más allá de este. Dejo esto, a consideración de sus lectoras y lectores.