Consumo de bebidas carbonatadas y azucaradas y su asociación con hipertensión en adolescentes de una comunidad urbano marginada de la Ciudad de México

  • Marcela Martínez Valdivia Universidad La Salle
  • Manuel Abraham Gómez Martínez Universidad Nacional Autónoma de México
  • Arely Vergara Castañeda Universidad La Salle

Resumen

México se ha posicionado como el principal consumidor de refrescos, registrándose un incremento del consumo del 12% entre el 2000 y 2009.  La ingesta de bebidas representa una gran parte del consumo total de energía ya que el consumo de dichas ha ido incrementándose mientras que el consumo de energía de los alimentos se ha mantenido constante. Suponiendo una tendencia claramente creciente en el consumo de energía asociado al aumento de las prevalencias de sobrepeso y obesidad, así como de riesgo cardiovascular, incluyendo la hipertensión arterial en poblaciones cada vez más jóvenes.

Material y métodos: Se realizaron evaluaciones antropométricas, que incluían el peso, talla, circunferencia de cintura  y dietéticas con un recordatorio de 24 horas, así como evaluación clínica de la presión arterial de acuerdo a las guías de la American Heart Asssociation a 242 adolescentes residentes del Pueblo de Santa Fe, de la Ciudad de México, considerada como una zona urbano marginada de acuerdo a las características definidas por la CONAPO. Se calculó el Índice de Masa Corporal, además se determinó el consumo de macro y micronutrimentos con el programa Food Processor. Se realizaron pruebas de comparación para variables cuantitativas y cualitativas; t-student y X2. Se consideró una significancia de 0.05. Además se propusieron modelos multivariados para ajustar por aquellas variables que pudieran influir sobre la presión arterial.

Resultados: Se observó una prevalencia mayor  de hipertensión en los hombres que en las mujeres (13.9 vs 11.7%; p<0.05). Mientras que el consumo de sacarosa fue mayor en  las mujeres (8.3%) en comparación con los hombres (7.4%).Se encontró una buena correlación entre el consumo de refrescos y jugos con la circunferencia de cintura (r=0.523; p< 0.001; r=0.463; p< 0.001, respectivamente) y una alta correlación entre el consumo de refrescos y la presión sistólica y diastólica (r=0.985 p< 0.001; r=0.987; p< 0.001, respectivamente). 

Conclusiones: Existe una prevalencia de hipertensión arterial sistémica superior a la reportada  a la media nacional en la población evaluada. El consumo de refrescos y de jugos se relacionan con la presión sistólica y la presión  diastólica. En relación a la presión arterial sistólica  el factor que tiene un mayor impacto es el peso corporal y el sexo,  en un modelo univariado ajustado por el consumo de bebidas azucaradas.

Publicado
2014-11-07
Sección
Ciencias de la Salud